martes, 16 de agosto de 2016

Poke-cacería

Aunque salió hace más de una semana en Bolivia, según mis cuentas, no he tenido tiempo de contar de mis poke-aventuras como nueva poke-entrenadora (sí, ya sé que es entrenadora pokémon). Creo que hasta ahora lo más divertido del juego es andar por ahí con tus amigos como un grupo de poke-raros, y es que todos se han metido a pokemonear (nuevo verbo), desde mi compañero arquero de 10 años, hasta la mamá de otro compañero arquero. A eso, súmenle que fuimos todos juntos al campeonato de Sucre y estaba el grupito de Cochabamba paseando por medio coliseo en busca de bichos imaginarios. ¿Divertido? ¡Obvio que sí!
Por supuesto, cada cierto tiempo, una se topa con poke-tarados, de esos del tipo que van manejando, o se paran en media calle como para que un auto los pise. Aunque ha habido mucho alarmismo en torno al juego, sigo creyendo que es culpa de la gente que no junta dos neuronas para tener sentido común y tomar un mínimo de precauciones mientras hacen sus poke-cacerías. 
Y por supuesto, la mejor parte de este poke-juego es tener una poke-parada y un poke-gimnasio en la mera puerta de calle. Poke-bolas todo el día para mí.

No hay comentarios: