miércoles, 13 de abril de 2016

Con ojos nuevos

Y mis papás se salieron con la suya. Me operaron de la vista el anterior jueves.
En honor a la verdad, debo admitir que valió la pena. Aún me falta más tiempo para recuperarme completamente, todavía veo borroso las cosas a lo lejos, pero nada comparado con la pésima vista que tuve casi toda mi vida. La parte que sigue sin hacerme gracia para nada es no poder ir a entrenar por el sol y por el esfuerzo. Estoy tratando de ser paciente con eso, y poder leer para pasar el tiempo ayuda, pero extraño mucho mi arco...y no ha pasado ni una semana!
Los primeros dos días fueron horribles, quería que me devolvieran mis córneas (imposible, las quemaron con un láser, digamos) o que me arrancaran los ojos, lo que sucediera primero. Además del dolor y la picazón, estaba el detalle de poder tocarme los ojos para nada (¿por qué cree uno que tocarse lo que le duele ayuda a disminuir el dolor?). Aparte los cuidados: gotas cada hora, pañitos fríos, nada de luces fuertes, ni tele, ni compu, ni libros, ni celular...Sí, estaba al borde de la locura.
Creo que lo peor ya pasó, así que ahora queda ir para adelante y esperar.

domingo, 3 de abril de 2016

De vaga...o algo así

Hace una semana, terminó el IV Campeonato Nacional de Tiro. Fue memorable por muchos motivos, incluyendo los dramas de la Federación (después de la reunión a la que nos colamos un montón de deportistas, soñé con un montón de gallinas que cacareaban de leyes y tejemenejes), que conocí varias personas simpáticas...y que me fue como a la patada. Gané una medalla, pero no porque me la mereciera. Un desastre total.
La parte buena de todo eso, aparte de conocer gente divertida, fue ponerme más fuertecita...si es las palas de 30 libras ahora me parezcan de goma es una señal de eso. La parte mala es que ya no puedo seguir dándole largas a mis papás que me persiguen para sentarme bajo un láser y hacerme operar de la vista. Es decir, estoy bastante miope (por culpa de sus genes, debo añadir), pero nada que unos buenos lentes de contacto no puedan solucionar.
No me siento precisamente entusiasmada por eso de la operación, ya vi a mi hermana llorar dos días de dolor y debo decir que la idea no me hace gracia. Beneficios a largo plazo y demás, bla bla bla...no tengo paciencia para esas cosas (otro de los motivos por los que siempre le escapo a los médicos). De todas formas, la peor parte del asunto es que me estaré un mes sin poder entrenar, entre el sol y no hacer nada de fuera estaré fregada. Para colmo, los primeros días resulta que no se puede ni leer ni nada, ¿qué se supone que haga? ¿sentarme mano sobre mano? No que sea la persona más activa del universo, pero no puedo estar sin hacer nada en lo que se me pasa el dolor y los analgésicos empiezan a funcionar.