martes, 29 de diciembre de 2015

El mejor perro del mundo

Aparte de mi perro Auror, mi otro perro Cacho y mi difunto pero jamás superado Rulito, el mejor perro del mundo es, obviamente, Snoopy. Aparte de ser sumamente adorable y leal, el cachorro es tremendamente creativo, imaginativo (y otros varios "-ivos"). 
Hace unos meses, vimos el primer trailer de la película que saldría este año, y nos pareció hermoso y encantador, y muy cercano a los dibujos clásicos para tratarse de una película de animación 3D. Prometimos ir a verla y hoy nos lanzamos al cine.



La película es todo lo adorable que prometía el tráiler. Son todos los personajes que amamos en una nueva, pero muy cercana a la antigua animación. Sólo por eso, de entrada ya se merece un montón de premios. La historia es sencilla, basada en las clásicas historias de Charlie Brown y sus amigos, y por otra parte las historias que escribe Snoopy en el techo de su casita, que comienzan con el clásico "Era una noche oscura y tormentosa..." y sus enfrentamientos con el Barón Rojo. 
Como siempre, Charlie Brown es el más dulce perdedor de todos los tiempos, no importa cuánto fracase o haga el ridículo, se las arregla para mantenerse animado (aunque bastante instrospectivo y más listo de lo que él mismo cree) sin dejar de ser fiel a sus valores. Charlie siempre hará lo correcto, sin importar cuánto puede llegar a perjudicarlo, y esa es una lección que se ha perdido mucho en estos tiempos. Por su parte, Snoopy, como ya dije, es el mejor perro del mundo...y con mil veces más don de gentes que su dueño. La mitad del tiempo, Snoopy es también más listo que Charlie, pero aunque le haga algunas malas pasadas, siempre será su amigo y estará para ayudarlo.
No sé si los niños modernos vayan a disfrutar de esta película tanto como los adultos, aunque se trata de una película "infantil", es obvio que está muy pensada como el boleto al tren del recuerdo para un montón de gente, todos adultos, que conocieron y amaron a Snoopy desde hace un montón de años (me incluyo).

lunes, 28 de diciembre de 2015

Crónicas Navideñas 2015

Ya pasadas un poco las Fiestas, o al menos la parte linda de ellas, al fin tengo tiempo para sentarme a escribir algo (sigo creyendo que escribir un blog es como mandar un mensaje en una botella al mar, esperando que alguien la encuentre). No puedo quejarme, fueron unas buenas Navidades, a pesar del estrés, el cansancio, el trabajo, las compras navideñas (tan divertidas y estresantes a la vez) y demás.
Además, en un mundo que está tan mal, lleno de gente con verdaderos problemas, quejarse por tonterías como no obtener un regalo, o que no me gustó la comida (y que conste que no me quejo de nada de eso), sería un poco (muy) estúpido de mi parte. 
Recibí buenos regalos, lindos regalos, útiles regalos, y espero haber acertado con los regalos que dimos. Creo que lo más épicamente resaltante de esta Navidad (y de todas las Navidades, últimamente) fue la comida: Deliciosa y excesivamente abundante. No sé si es que me acostumbré a comer poco, pero sentí que tragué como bestia hambrienta desde el 24 por la noche hasta...hace unas horas, con pretextos varios, aunque todos festivos. Al demonio la dieta, diciembre es para engordar.
Ya cerca del fin de este año, me siento (increíblemente asustada) algo preocupada por lo que viene. Soy de las que dice que cambiar de año no implica ningún gran cambio, que es sólo el paso de un día a otro, pero este año que viene sí va a ser un cambio importante. 
En fin, lo que tenga que ser...
Feliz Navidad a todos.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Star Wars 7 (comentario sin spoilers...espero)

Como cualquier fan que se respete, hace un mes que ya teníamos nuestras entradas compradas para el estreno, incluyendo una para mi mamá (ella me metió en este mambo, así que es justo que la lleve al cine, no?). No es un gran misterio para nadie que todo se volvió Star Wars estos últimos días, y más si, como yo, eres un visitante regular de las redes sociales. Si la idea era aumentar la emoción, obvio que les funcionó. Para bien o para mal, Star Wars es una saga de culto, no se puede vivir sin conocer las referencias a la historia (gustar o no de ella, es otra cosa).
Eso sí, después del fiasco que fueron los Episodios I, II y III, traté de mantener mis expectativas dentro de lo razonable, aunque saber que J.J. Abrams estaría al mando era, sin lugar a dudas, un consuelo.


A Dios gracias, no nos defraudaron.
La nueva peli, "El despertar de la Fuerza", tiene todo lo que una buena película de Star Wars debe tener: drama, aventura, acción, humor, y muchas naves espaciales. Fue genial volver a ver a nuestros antiguos héroes (personalmente, soy de las que echaron un grito emocionado cuando Han Solo y Chewbacca aparecieron en el trailer) y saber que: 1) siguen vivos y 2) siguen peleando. Porque es obvio, mis jóvenes padawans, que esa galaxia muy, muy lejana, siempre hay alguien dispuesto a levantar la antorcha de la estupidez y la ambición y ponerse a juguetear con el Lado Oscuro. De todas formas, ¿qué es una historia sin un villano decente?
Siendo como es, una continuación de la antigua saga (la mejor, sin punto de discusión), era de esperarse que buscaran puntos de continuidad, por así decirlos, y realmente les salió bien. Fue de lo más agradable ver esas pequeñas referencias, nada exageradas, que nos remitían a las aventuras de Luke y compañía. 
Pero, y eso es también es un punto a su favor, supieron usar todos esos apoyos para dar sentido a una nueva historia, con nuevos héroes y nuevos enemigos. Mi esposito me decía que, a ratos, el guión se parecía mucho al de la primera película (o sea, "Una nueva esperanza"), y era fácil imaginar algunos giros del guión, aunque no por eso eran menos disfrutables. 
Los nuevos personajes, tanto como los antiguos, se hacen querer. Hay muchas cosas que resolver sobre sus historias previas, y probablemente dé pie a muchas teorías locas, más locas que las que han estado rondando el Internet los meses previos al estreno. La nueva película nos solucionó algunos misterios que nos tenían en la intriga, nos dio más historias y nos dejó con muchas expectativas de ver la siguiente historia. 
En pocas (y poniéndome muy cliché), la Fuerza es intensa en ella.

domingo, 13 de diciembre de 2015

III Campeonato Nacional de Tiro con Arco

Mi primer propósito para el pasado fin de semana era sobrevivir, todo lo demás vino por añadidura. Y no exagero. 
Fueron tres días, francamente, agotadores. Hasta este momento, me sigo sintiendo cansada. Eso sí, no puedo negar que valió la pena cada segundo pasado, fue toda una experiencia. No puedo decir que conocí mucha gente e hice nuevos amigos, estaba demasiado ocupada tratando de controlar mis nervios para no vomitar en los pies de algún otro arquero en la línea de tiro.
Lastimosamente, me eliminaron (por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa) en Octavos de final. Sé que esto va a sonar sobrador, pero la chica con la que me tocó competir no me ganó por ser buena, si no porque me puse a hiperventilar de histérica. O sea, recordatorio para el siguiente campeonato: no entrar en pánico en eliminatoria.
Incluso con esa humillante eliminación, debo admitir que me fue bastante bien para ser mi primer torneo y no estar tan bien equipada como otros arqueros. Conseguí una medalla de plata en Equipo Femenino Senior (aquí entre nos, aunque no ganamos, mi último disparo fue demasiado bueno), y una medalla de bronce en Equipo Mixto Senior (la parte triste de eso fue que tuvimos que ganar al otro Equipo Senior del club). No me quejo (mucho), aunque definitivamente necesito entrenar más para la siguiente ocasión que se me ocurra competir, y conseguir unas palas de 36 lb. también.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Como un parto

Empezamos a trabajar en la ópera sobre el Teatro Achá en, creo, agosto. La idea era que se presentara a finales de septiembre, pero para esas fechas aún no se había terminado ni la mitad, así que se dijo para mitades de octubre. Poco antes de eso, volvió a suceder que se cancelaba y pensamos en empezar a ensayar nuestro propio repertorio. Al final, nos dijeron que del mediados de noviembre ya no se movía.
Obvio que se volvió a mover, teóricamente para hoy y mañana. Más tiempo tomó decidir esas fechas que volver a cambiarlas por una serie de problemas y malos entendidos. Se quedó en tres funciones para hoy, a pesar del desgaste que iba a implicar para todos los involucrados, y justo ayer volvieron a cambiar las fechas.
Creo que sobra decir que, al menos el coro (ese en el que estoy) echó el grito al cielo y estuvimos a nada de mandar a algunas gentes al demonio o a lugares más ncómodos (cortéstemente, ofrecí mi servicio con el arco, pero quedó en nada). Así que, AL FIN, se aprobó una función para hoy, y dos más el domingo y el lunes.
A lo largo de todo ese tiempo, hemos escuchado cosas de un lado y del otro, culpas repartidas hacia todos los implicados en la organización del asunto, y aunque ayer nos dieron una explicación que parece plausible (acorde a típico estilo criollo de manejar las cosas de nuestras autoridades), ya dudo de todo. A pesar de la furia del coro (unos más y otros menos), nos presentamos hoy a cantar.
En honor a la verdad, debo admitir que lo disfruté. Hay algo esencialmente estimulante en cantar en un concierto, incluso si no estamos a la vista del público, y aunque no siempre fue de mi agrado la obra, salió bien esta noche. Quedan dos funciones, y con esta experiencia, creo que no las enfrentaré con tanta negatividad como la que tenía hasta poco antes de que se levantara el telón hoy.
Tardó en salir, pero salió.