Antiguas novedades

Debo admitir que las películas mudas, con contadas excepciones, no son muy de mi agrado. Charles Chaplin era un genio, pero algunas son demasiado aburridas y exageradas como para que las pase de buen humor. Este año, por primera vez, una película muda ganó el Oscar a Mejor Película, y yo adiviné acertadamente que mi sufrido novio se pondría a dar la lata y a perseguirme por todos lados para que la viéramos.
Iba ganando en lo de la persecusión hasta que hoy, finalmente, perdí. Pero de ninguna manera era la película el principal motivo de mi rendición, simplemente, me dejé llevar por la curiosidad.
Resulta que, hasta hace unos años, Cochabamba tenía varias salas de cine, en mayor o menor grado de dejadez. La gente descubrió el Betamax, el VHS y el DVD sucesivamente...y las salas de cine fueron quedando vacías. No sé como sería en otros lugares del mundo, pero acá sucedió algo muy curioso: las diversas iglesias protestantes (no las grandes, si no esas que son muy chiquitas) empezaron a comprar las salas de cine y convertirlas en sus iglesias (escalofriante, si me preguntan).
Muy pocas se salvaron, y hasta hace unos años sólo quedaban dos de los viejos cines en funcionamiento. Uno de esos ya se dio por vencido, el otro sigue funcionando (y tiene un buen sonido a pesar de otras falencias). De los demás que se salvaron de las iglesias protestantes, quedaron abandonados a falta de un uso mejor que darles.
Uno de ellos, fue el Cine TEatro Capitol. propiedad (si no me equivoco) del Magisterio. Gran boliche abandonado, etc, etc, hasta que, el año pasado, lo empezaron a refaccionar y lo "estrenaron" con una presentación de un grupo de comedia muy conocido en Bolivia.
Pensé que lo iban a seguir usando como, simplemente, teatro, pero ayer me encuentro con que también lo iban a usar de cine. Y ahí fue cuando perdí la persecusión: estreno (sí, recién la están estrenando aquí) de "The Artist", en un cine antiguo refaccionado y...pues caí.
Para que, dejaron muy lindo el cine. Está todo limpio, bonito, con butacas nuevas, creo que cambiaron el sonido, aunque les falta aprender a manejar bien su nueva proyectora. Además,había algo en el ambiente que iba muy bien con la película, no sé como explicarlo, pero una gran pista era que la gente empezara a aplaudir como medio de "presión" para que empezara la película. Eso es algo que hacía mi abuelita y que hace muchos años que no veía.
La peli es bellísima. Sencilla, honesta, nada de grandes efectos especiales ni historias retorcidas, casi (casi, es la clave) de diálogo, y una música bellísima (estuve amenzando a los créditos con el puño cuando aparecía el nombre del compositor). Dos horas sin diálogo y no me aburrí para nada.

Guarangadas

Hace unos meses, cuando todavía teníamos partidas rol muy seguido, el buen sobrino César me presentó una animación muy...buena. No, buena no es la palabra para describirla, la más acertada sería "cabrona".
Se habrán dado cuenta de que no uso muchos disparates por escrito, tengo que estar muy molesta para hacerlo. Eso se podría considerar contradictorio, dado que en vivo y en directo puedo ponerme a jurar como bucanero a la menor oportunidad (y el menor emplume, claro). La cuestión es que, como no me pongo a usar mi florido lenguaje de camionero muy seguido, a veces me resulta un poco chocante que la gente use tremendos disparates cada nada.
Siendo así la cosa, esta pequeña "serie" debería ser muy molesta para mí, pero extrañamente se me hace muy divertida. ¿Por qué no escribí de ella antes? No sé, se me olvidaba o cosas así. Si lo hago ahora (escribir) es porque, de pronto, resulta que todas mis hermanas han visto "Vete a la Versh" y nos pasamos dos días intermcabiando dichos guarros de la serie.
Explicarla sería un poco complicado, dado que no tiene mucho sentido (Darkar es un enfermo, y Mecoboy es...bueno, él). Por las dudas, los dejo con uno de mis episodios favoritos.

Extraño, ¿eh?

Notas con tinta

Copia textual de una larga nota incoherente escrita en una libreta, mientras esperaba a que terminaran de pintar el mural de la casa de mi sufrido novio (que, por cierto, quedó genial).

C-25 de marzo
Llevo como 3 días sin internet. Se cortó el viernes en la mañana y hasta ahora no van a repararlo. He estado aprovechando para re leer los libros de Percy Jackson (si a eso se le puede decir aprovechar el tiempo), organizando el juego de mi Casa (con gran berrinche incluido), y durmiendo por las noches, en general (ne, ¿a quién engaño?) las noches se han hecho para jugar en la compu, leer historias extrañas y morir de miedo cada vez que un ruido perturba la quietud de la noche).
Debo admitir que han sido 3 días bastante movidos, especialmente hoy, domingo. Escribo esto en mi libreta nueva Ravenclaw (apropiadamente azul) para poder copiarlo después a mi blog...cuando regrese el estṕupido internet y deje de sentirme extrañamente desconectada del mundo. Por cierto, escribir en un libreta estando parada, no contribuye a mi caligrafìa, de por sí espantosa).
El caso es que, entre el accidente de mi herman y el nuevo mural de la pared de la casa de mi sufrido novio, está resultando un domingo muy movidito. Espero tener una foto del mural, pero pensar en que tienen que ponerle clavos en la muñeca a mi hermana me hacer poner los pelos de punta. Sí, sé que una cosa no tiene nada que ver con la otra, pero jamás dije que mis líneas de pensamientos fueran muy normales. Claro, también puede ser que estar cerca de dos horas oliendo aerosol está empezando a tener efectos extraños. No quiero pensar como estarán las de mi novio que está oliendo pintura desde esta mañana.
En unas 3 horas, empezará "The Sing off", asì que mi día aún tiene mucho por delante. Mañana iré otra vez a dar de comer a mi hermana, porque la mano derecha no le sirve y es una negada con la izquierda (como todos los mortales).
Sí, en verdad todo ese aerosol empieza a afectarme. No sé a qué vino ese último párrafo...puede que sólo sea gana de gastar tinta y parecer que hago algo más que estar aquí paradota.

Culpo al aerosol...

Trabajo en casa

Una de las cosas que más me molestan en la vida, es esa opinión cuasi generalizada de que las labores de casa no son un trabajo real. Lo cierto, es que son peor que un trabajo real porque, si es para tu familia, no tienes un sueldo, ni vacaciones, y a veces ni agradecimiento. Una tortura.

Admitamos que las empleadas domésticas se les da un sueldo y vacaciones, y aún su trabajo no es muy bonito. Cierto que las cosas están más decentes hoy en día, pero hace unos años ser la criada no era bonito. Hace unos días vi una película con mis hermanas, cuyas dos actrices principales estaban nominadas al Oscar a Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto. Y ya entendí por qué las nominaron.
"Criadas y Señoras" (aka "Vidas Cruzadas, aka "The help") trata sobre una muchacha blanca que regresa a su ciudad, Jackson-Misissipi, después de salir de la Universidad. Se encuentra con que es la única soltera de su antiguo grupo de amigas, y que la criada negra que la crió se fue de su casa...y nadie quiere explicarle por qué.
Aparte de su trabajo en una periódico local, cubriendo la columna de consejos del hogar, desea ser una escritora seria. En un arranque de inspiración se le ocurre escribir sobre las historias de las criadas negras que trabajan en casas de blancos, criando a sus hijos para darse que años después son iguales que sus padres. O sea, en los años '60, en medio del conflicto por los derechos de los negros, Martin Luther King, la guerra de Vietnam y demás, escribir sobre las criadas, o lograr que las criadas hablaron con una blanca amiga de sus patronas era...loco.
Skeeter, ayudada por las criadas Aibileen y Minny (dos personajes completamente alucinantes, en especial Minny), se va dando cuenta de muchas de las injusticias que se consideran normales y son aceptadas socialmente en su círculo.
Lógicamente, eso la lleva a ser la nueva rechazada de la sociedad: pierde a sus amigas, a su novio, y universalmente reconocida como "la rara metida en cosas de negros y revolucionarios", y eso no era un cumplido.
La película es muy hermosa, pero el libro lo es aún más. Aibileen se destaca como una mujer inteligente, sirviendo a una blanca tonta y egoísta, pero que la considera inferior a ella. Minny es increíblemente atrevida y valiente, aunque por dentro sea una masita...y sospecho que era Escorpio por esas venganzas tan monas que se mandaba. Y Hilly...esa es como el epítome de la crueldad "delicada" de las mujeres. Un desastre.
Si ven la peli, les aseguro que disfrutarán el libro. Y si leen el libro, busquen también la peli, porque seguro que se divierten.

Como se pasa la vida...

Creo que ya le he puesto ese mismo título a varias de mis entradas en esta cosa que pretende ser un blog (tendré que revisar. Nota mental: pasar por el historial antes de ir a molestar en el face), pero hace unos días (el sábado por la noche, para ser más precisas) me di cuenta de algo. Y me sentí aún más vieja por eso.
Como se habrán dado cuenta, no soy para nada normal (como amablemente me recuerda mi hermana todos los días). Son muchas las cosas en las que soy espantosamente diferente de las chicas promedio de mi edad (y de cualquier edad, si es el caso), y de la gente normal, en general, pero de la que hablo ahora es mi completa ignorancia e inutilidad para...maquillarme.
Mi idea de arreglarme es doblarme las pestañas y ponerme delineador y máscara. Si estoy de excesivo buen humor, me soltaré el cabello y le pondré crema de peinado para que no se esponje (más de la cuenta). Y hasta ahí llegó mi idea de "arreglarme". No me hablen de sombras, ni rubores, ni polvo base, ni demás huevas.
Mientras mis hermanas tienen (por lo menos) dos estuches de sombras y maquillaje variado, yo tengo una cucharilla, máscara negra y delineador negro. Ni labiales tengo, para que vean.
Así que, ¿qué pasa cuando tengo que salir a algún evento que requiere algo más de "producción"? Mi hermana mayor se ocupó hace unos años de maquillarme para cualquier ocasión. Después se casó y el cargo de mi maquillista pasó a mi hermana menor (la que me sigue, para aclarar). Hace un tiempo que su "ajetreada vida" no le da el tiempo para ayudarme con los arreglos cuando tengo que salir, así que mi aspecto pasó a ser responsabilidad de mi otra hermana menor (la cuarta).
Salí "a bailar" el sábado, mi hermana menor (la cuarta) estaba enojada conmigo, así que ¿quién se echó encima la dispendiosa tarea de tratar de que mi cabello se vea decente y disimular que no salgo con la cara lavada y punto?
Respuesta: mi hermanita menor. Sí, esa que tiene 14 años, ideas extrañas para arreglarse el cabello, y cuatro brillos labiales en su cartera (sí, ya usa cartera...a su edad yo ni siquiera tenía monedero).
Por un momento, me sentí como la muñeca Barbie que heredan todas las hermanas (metafóricamente hablando, que de Barbie no tengo nada).

Vida, muerte y reencarnación de Paquita

Como saben todos los que me conocen mínimamente, tengo la manía de andar poniéndole nombre a mis cosas. Comencé bautizando a mis muñecas, como cualquier niña normal (creo), de ahí pasé a mis peluches...y en algún momento del camino me encontré poniéndole nombre a mi celular, mi plumafuente, mi computadora, mi almohada, y un largo etcétera.
Hecha la aclaración (uta, sí, qué claro quedó eso), sólo me queda explicar que mi laptop responde al nombre de Paquita, así que si hablo de su muerte y reencarnación, me refiero, lógicamente, a los líos que me provocó ese maldito troyano sin nada mejor que hacer que meterse en mi disco.
La cosa es que tuvimos que desinstalarla completamente. Formatearla. Dejarla a cero. Como se le llame. Fue un alboroto de mil diablos, de buscar drivers y los discos de instalación de mi lap que ya ni siquiera lo tienen los de Toshiba (así de vieja es mi pobre Paquita).
La parte buena fue que salvamos toda mi información, incluidos mis avances en juegos. ¿Cómo lo hicimos sin que se nos colara el troyano? Sencillo, con una cosilla muy muy simple llamada Ubuntu.
Para los que no lo saben, esta cosilla es un sistema operativo de Linux que resulta ser mucho más rápido que el Windows y que de entrada viene con un montón de aplicaciones para escuchar música y abrir archivos de Office y cosas así.
Lo que me acabó de convencer, aparte del hecho de verlo correr super bien desde un disco, es que, aparentemene, no hay virus para Linux. Y si consideran que todo el lío empezó porque se me metió ese troyano, tienen que admitir que es muy tentador probar un sistema más seguro.
Así que, aquí me tienen, con una computadora vieja corriendo a velocidad de una nueva, con un sistema operativo nuevo y muy simpático...y con un dolor de cabeza increíblemente horrendo e inexplicable, que nada tiene con ver con este tema.

Valiente

Hoy se murió doña Domitila Chungara.

Darles una explicación o reseña de su vida sería demasiado largo (y muy complicado). Resumamos: fue una mujer de las minas, dirigente sindical y una de las principales figuras en el Retorno a la Democracia. Hizo huelgas, estuvo en la cárcel y le hicieron de todo, se le murieron hijos...y a pesar de todo, se mantuvo fiel a sus convicciones.

Era de esas raras personas que no tenía miedo a decir su opinión y la verdad sin miedo. Tuvo la sensatez de reconocer que el miedo es, justamente, el peor enemigo del pueblo, y no dejó que eso rigiera su vida.

Un hecho, en particular, es por el que es recordada (y, espero, siempre lo será). En plena dictadura de Banzer, en 1978, la más larga en Bolivia, ella y cuatro mujeres más se pusieron en huelga de hambre en el Arzobispado en La Paz, junto con sus hijos y los sacerdotes Luis Espinal y Xavier Albó. Recibieron mucho apoyo, y muchas más personas se unieron a la huelga en todo el país.

Banzer tuvo que decretar amnistía y prometer elecciones democráticas.

La vida es tan injusta, o las personas son tan despreocupadas y olvidan con tanta facilidad. Se necesita que una persona se muera para que se la recuerde, o para que se le dé sobre el ataúd el homenaje que se merecía en vida (y que tal vez, no hubiera aceptado, quién sabe. No tenía muy buena opinión del Presidente).

¿Se puede decir "pobre" a una mujer que vivió de acuerdo a sus convicciones? Creo que no es el caso.

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Para los curiosos, les dejo el link del libro en que narra parte de su vida y su trabajo sindical aquí

Shit happens...very often

Ese es un "dicho" que solemos mentar mucho con mi amigo esar cada vez que pasa algo desagradable. Anoche, después de un nuevo episodio de "The Sing-off" (que, por cierto, estuvo genial), seguì mi agradable rutina de meterme a mi camita con mi laptop como compañía para vaguear un poco. Entré al Facebook, y antes de abrir la siguiente pestaña dudé entre irme directo al Yputbe para ver los videos de algunas canciones que me encantaron...o buscar el mp3 para descargarlas.
Estaba por ahí, buscando algún lugar en que pudiera encontrar las canciones, cuando mi antivirus comenzó a saltar. Lo siguiente que supe fue que mi computadora se quedaba en pantalla negra después de reiniciarla.
A la una de la mañana, eso no es como para tomarlo precisamente con calma. De lógica, entré en pánico y creo que algunas de las cosas que hice no lograron más que agravar el problema. ¿Qué fue? Un estúpido troyano que se activó (al parecer) anoche a nivel mundial.
De momento, al parecer mi disco está intacto y funcionando, pero no hay manera de quitar al troyano hijo de mil hackers o quién sea que lo haya creado. Estamos en medio de un largo plan para tomar medidas desesperadas para rescatar mi información, y reinstalar todo a cero.
En pocas, estoy sin laptop hasta (espero) mañana. Reportando desde la computadora de sus hermanas, llena de música horrenda, Meli se despide.

Retiro lo dicho

¿Recuerdan lo que dije hace unos días de mi salud de toro? Me pregunto si realmente alguien se lo creyó, incluyéndome. Como para desmentirme vilmente y para que aprenda a cacarear de hechos sin comprobación científica, en este momento estoy enferma. Muy enferma, en realidad.

Digo, llegar a 38.6° de fiebre no se puede considerar el epítome de la salud, ¿cierto? Amanecí sintiéndome como si alguien me hubiera pegado, y he estado todo el día con un dolor de cabeza que me mata, malestar general que parece resultado de que me hubieran metido en un saco y me hubieran dado de golpes con una barra de hierro, y mucha, mucha temperatura.

Me dijeron que la forma de distinguir entre la fiebre y una temperatura elevada sin más es que, con la fiebre mueres de frío, lo que te hace buscar mantas y cosas así para cubrirte, que resulta en que la fiebre te sube más. Supongo que en algún momento de la tarde tuve fiebre, porque mi hermana tuvo que taparme con un edredón más para que dejara de temblar como un pollo remojado.

Eso sí, y seguramente muchos me tachen de imprudente, no creo que sea como para que me lleven al médico como pretenden los alarmistas de mi hermana, mi mamá y mi sufrido novio. Por favor, es un simple resfriado de morondanga, lo único que hay que hacer es descansar, tomar líquidos y buscar un antigripal ligero. No es una gran ciencia y on veo porque tendría que molestar a un médico con eso.

Como verán, escribo aún con relativa coherencia (creo), y no estoy delirando. Es más, aún puedo escribir a pesar de que me duelen las manos (por algún extraño motivo que no alcanzo a comprender). Cuando vean un post de que me estoy convirtiendo en Mutante/vampiro/hombr lobo/Hulk y/o cualquier otra variante de monstruo que se les ocurra, siéntanse libres de escribir puteándome por negarme (aún) a ir a un médico. Gracias.

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Acabo de acer en cuanta de que, habiendo formas más divertidas de volar (incluyendo las destructivas), justo me tenía que tocar la que implica mucha incomodidad. Me lleva.

La carga de los antepasados

Hoy (o ayer) pasaron muchas cosas. Saltando la parte de que me dormí casi toda la tarde, resultó un martes de lo más interesante. Pero no tengo ganas de hablar de eso porque ¿A quién más que a mí le parecen interesantes mis reuniones familiares improvisadas, el cumpleaños de mi sufrido novio, o largas charlas que empezaron en los iPhone y terminaron en chistes de geeks?

Ayer (o anteyer) terminé de leer un libro que, más que nada, empecé por curiosidad de la película que basaron en esa historia. "Los descendientes" tenía varias nominaciones al Oscar, entre ellas a Mejor Actor Principal para George Clooney. Durante la premiación, Natalie Portman, que presentó ese premio, dijo algo de que George había conseguido hacerlos reír y llorar con el papel de un padre, cuya esposa está en coma y se encuentra de pronto a cargo de dos hijas que apenas conoce.

Aparte de eso, ví el trailer en el que la hija le decía que su esposa lo estaba engañando. Gran arranque para mi curiosidad. Busqué el libro, me lo descargué y me senté a leer esperando a la parte del engaño.

Lastimosamente, creo que eso me arruinó parte de la diversión. El tipo sospecha que su esposa lo estaba engañando y elucubra como 50 páginas sobre eso, mientras yo ya sabía que sí, la tia le pone los cuernos y estaba esperando a ver con quién.

En algún momento entre averiguar con quién le ponía los cuernos, donde estaba la hija mayor y por qué el tipo seguía declarando que quería y amaba a una mujer que a) Lo engañaba y b) Era toda una loca, le perdí la paciencia al libro y a los personajes, empezando del padre, pasando por las hijas, los amigos, el amante, y terminando en la esposa en coma.

El padre, en efecto, ha vivido ignorando a sus hijas, e idolatrando a su esposa. La esposa era una completa y absoluta cría malcriada y una alcohólica. Las hijas son dos...no sé como explicarlo, ¿mocosas malcriadas? ¿pequeñas pervertidas? ¿definitivamente no niñas ni adolescentes normales? Admitamos que entre dos padres tan extraños, no se podía esperar gran cosa de las chicas, pero en el momento en que su padre se queda cargo, se da cuenta de que algo va mal con ellas y lo que hace es...nada. Eso aparte de decirle a su hija mayor que le eche una mano con la cría.

¿Qué padre hace eso? Creo (y espero no estar equivocada, o mi fe en la humanidad perdería muchos más puntos) que un padre, no digamos normal, pero con al menos dos dedos de frente, si ve a su hijita de 10 años diciendo groserías frente a un espejo, o varios días con el pelo grasiento y apelmazado, o clavándose al intento las púas de un erizo de mar o dejando que un montón de medusas la piquen...no sé, hace algo. Tal vez no lavarle la boca con jabón (y de paso, el pelo), y alejarla de ciertas compañías destructivas como su mentada mejor amiga, y darle una nalgada, pero al menos tratará de razonar con ella. Y no me vengan con que la pobre niña estaba en shock por lo de su madre: las burradas son burradas y mejor pararlas.

¿O que padre se entera de que su hija consume drogas y simplemente deja que su esposa la mande a un internado sin decir ni mu? Ni siquiera a rehabilitación, a un internado. No me gustaría creer que, en verdad, los adolescentes y niños son como esas dos niñas, o peor aún, que los padres son así de dejados y egoístas.

Admitamos que lo son, y siendo las cosas así, tampoco me van a hacer creer que porque las niñas de pronto entienden que en verdad su madre se va a morir y no hay nada que se pueda hacer al respecto, de pronto tienen una mejor relación con su padre basada en menos de una semana de convivencia "intensiva". También admitamos que me dormí en varias partes y justo en esas estaba la explicación y solución a todos los males.

No sé, creo que si logré terminar el libro fue simplemente porque me moría de curiosidad de saber qué hacía el tipo con unas tierras que les dejaron sus bisabuelos a sus primos y a él. Tarán, la explicación del título.

Si alguien más lo ha leído y le pareció genial o lo que sea, por favor, explíqueme.

Remedios caseros

Ayer, por algún extraño motivo que escapa a mi comprensión, me desperté con un dolor de espalda de antología. Parecía como si alguien hubiera agarrado una estrella del alba (Traducción: una de esas bolas con púas unidas a un palo con una cadena) y me hubiera golpeado justo en medio de la espalda con eso.

Sumémosle que amaneció lloviendo, y tuve para producir el suficiente humor de perros para toda una mañana. En la tarde, mi mamá trató de hacer la tarde más sencilla para todos y me alcanzó una pomada para dolores musculares y huevas. No me quejo, sirvió...pero hasta por ahí no más. O sea, todavía me dolía, pero no tanto como en la mañana.

Como la gran mayoría de las personas (y no es algo de lo que me enorgullezca la mayoría del tiempo), soy enemiga declarada de ir al médico. Eso sí, mando a todo el mundo a que vaya al más leve síntoma, pero en mi caso hago excepciones porque, gracias a Dios, tengo una salud de toro...dejando de lado mis dolores de anciana, claro. El caso es que, en caso de enfermarme de algo o de que me duela algo, mi solución generalmente implica mate de algo, líquido, descanso, y que nadie me dé la lata, gracias. Curación a la antigua.

Así que, ¿qué hice ayer con mi épico dolor de espalda? Sencillo. A eso de las 6:00 de la tarde, llegó mi sufrido novio con nuestro amigo Gabo1, cargados con el Wii y listos para jugar Just Dance 3. Hace unos meses empezamos con el tal jueguito, y fue una grata sorpresa descubrir que soy prácticamente imbatible.

La única persona que me puede ganar es Gaby 1, y nunca es por mucho. Tengo que estar muy cansada para que alguien más que ella logre sacarme, y si llego a ese punto prefiero retirarme por mi propio pie y volver a después a fregarles más la paciencia a los demás. Mis hermanas son bastante buenas, pero no logran derrotarme...lo que es muy genial.

Volviendo a mi historia inicial. ¿Dolor de espalda? Se fue después de dos canciones. Nada como un poco de terapia personalizada de movimiento para acabar con uno de esos males. En compensación, ahora me duele el brazo.

Enero poco, Febrero loco...

Juré que no me quejaría de toda el agua que ha decidido caer del cielo estas últimas semanas, digo, después sucede que a medio año viene la sequía de invierno y entonces me quejaré de la falta de agua. Febrero se fue en una lluvia casi permanente, no recuerdo tener un día de sol decente desde hace unas tres semanas, por lo bajo.

Según el dicho popular, llueve mucho, muchísimo, en Febrero, a diferencia de lo poco que llueve en Enero. Lo que nadie dice es cuánto llueve en Marzo.

Insisto en que prometí que no me quejaría, aguantaré toda la lluvia que tenga que caer como mejor se pueda. Lo que me está empezando a hartar es el frío húmedo que la acompaña, ese que se te mete en los huesos y te provoca un dolor de mil demonios, que hace que la nariz empiece a chorrear sin motivo aparente, y que te hace desear estar metida bajo mil mantas a todas horas.

¿Es, acaso, mucho pedir que llueva con algo de sol? No es un fenómeno tan extraño creo. O que se despeje inmediatamente después de llover, así el solecito alcanza a secar un poco la tierra antes de la siguiente lluvia. Digo, así no tendría que pasarme una inauguración de noche y al aire libre, parada sobre pasto húmedo y temblando de frío.

Se me van a congelar las ideas...