jueves, 14 de diciembre de 2017

Estreno de Star Wars VIII o La Noche de las poleras alegóricas

Diciembre se me está yendo en un vendaval de mucho trabajo y poco entrenamiento (aquí entre no, mudarnos no le hizo bien a mis horarios de entrenamiento, pero ya ni modo). La anterior semana no pude ni agarrar mi arco por una revisión y me pesó en la conciencia como una losa de cementerio, pero los plazos límites son para cumplirlos y la paga no fue mala... y esa es otra historia. 
De todas formas, no podía dejar que mi apretado horario, y agenda repleta y mi agitada vida social se interpusieran en mi camino al cine para ver el estreno de Star Wars. Había pensado llevar a mi mamá, pero parece que ya no está para trasnocharse viendo estrenos de películas de ciencia ficción, sin importar cuánto le gusten. Los años no pasan en vano, espero recordar eso cuando mis hijos crean que ya estoy cáscara por no ir al cine a media noche con ellos.
"Star Wars: Los últimos Jedi" debe ser uno de los estrenos más esperados del año. Todos los nerds  y geeks nos damos cita en los cines y estamos dispuestos a matar por una entrada para la primera función que haya (o mandamos a nuestros espositos a lidiar con los asesinatos y eso). Y después de tener las entradas, hacer una fila estúpidamente larga para tener pipocas, y otra para entrar a la sala, rezamos todos juntos, metidos en nuestras poleras de Star Wars (porque no hay mejor ocasión para usar una polera de Star Wars que el estreno de Star Wars) que la peli no sea un nuevo Episodio I, II y/o III.

Anoche, saliendo del cine, un amigo escribió que la peli tiene varios chistes innecesarios, que quería freír algunos porgs (o pollos-pingüinos-conejos, o pollopingüinejo, como les digo), y que era disfrutable si apagabas el cerebro por tres horas (César querido, disculpara por parafrasearte), y no es un comentario desacertado... lo que me lleva a pensar que debía tener el cerebro en modo automático por tres horas de cine.
Debe ser mi fanática incondicional interior, pero disfruté infinitamente la película. No niego que sea algo (bastante) larga, y que había partes en que la trama iba muy lentamente (tanto que mi esposito se durmió y aún así siente que no se perdió nada), y que tal vez intentaron dar muchas explicaciones y por eso se les alargó tanto. Lo grave de eso último (las explicaciones) es que aún así me quedé con varias dudas, siendo la más importante la de Snoke ¿De dónde rayos salió? ¿Quién rayos es? No creo que haya salido de la nada. 
También eché de menos las clásicas transiciones de las pelis de Star Wars durante casi la primera mitad ¿Será que no se dieron cuenta? 
Tal vez al que más extrañé fue a Han Solo (y eso que sospeché por un momento que Benicio del Toro sería algo muy cercano al viejo Han), y me dio un no sé qué ver a Carrie Fisher como la Princesa Leia por última vez. Mark Hammill está a la altura de su leyenda, y de la leyenda de Luke Skywalker que es más humano de lo que muchos quisieran creer.
Lógicamente, la trama importante es la de Rey y Kylo Ren y la Fuerza, y ahí es donde se les fue un poco la mano en las explicaciones y la lentitud de la trama. No es mala la idea, pero tal vez había otra forma de contarla que no se extendiera tanto.
Como dije, soy muy fan (aunque no tanto como otros), así que salí del cine con una sonrisa en la cara, con mi polera alegórica y pensando que debí llevar mi sable láser de Darth Vader, aunque no tuviera baterías.

jueves, 23 de noviembre de 2017

La debacle del campeonato

Todo empezó la anterior semana, cuando una universidad local (de cuyo nombre no quiero acordarme) nos avisó que no podríamos usar su coliseo para el campeonato nacional porque el ministerio de deportes lo necesitaba para las mismas fechas (y eso que nosotros lo pedimos primero, pero en fin). Como era de esperarse, desde ahí todo fue cuesta abajo.
Así que después de una semana de incertidumbre y muchas llamadas innecesariamente largas, y nuestra búsqueda casi desesperada por encontrar otro lugar que sirviera y estuviera disponible para fechas similares, ayer al fin la Federación (o más bien, el presidente de la Federación porque el resto del directorio no existe, o no sirve, o está de licencia) nos aviso que no habrá campeonato porque los demás competidores no pueden con el cambio de fecha. Comprensible, pero igualmente molesto.
Lo realmente triste del asunto es que teníamos pensados o ya charlados un montón de auspiciadores, además de un montón de ideas para recibir bien a la gente. Eso sin contar los amigos a los que estábamos esperando y que tenían todas las ganas de venir y que ahora no veremos hasta el siguiente año.
Pero no hay que llorar mucho sobre la leche derramada, dicen por ahí. Y qué mejor forma de secar nuestras lágrimas que organizar nuestro propio campeonato en el formato que se nos pegue en gana.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Los percances de los regalos de cumpleaños

Oficialmente, tengo 32 años. Por algún motivo, aunque sé que debería, no me siento más vieja de lo que me sentía hace un año, o dos, o tres. Al parecer, los efectos positivos del ejercicio y de mi buena figura ganada a base comer como fiera y quemar calorías en el campo de tiro continúan. 
Mi cumpleaños fue bastante bueno, a pesar de estar cargando con un resfriado espantoso que me tuvo toda la semana moqueando y estornudando y estar apenas saliendo de lo que sospecho fue una infección estomacal la semana anterior a eso. Familia, comida deli, y amigos. 
¿Lo diferente? La llegada de los chicos de China justo ese día, y con ellos (específicamente, con Jorgito) mi arco nuevo. Después de varios meses, y bastantes dólares menos en nuestra economía, llegó mi precioso riser nuevo con mis preciosas palas nuevas. En verdad, verdad os digo que son de los arcos más lindos que he visto, y no porque sea mío solamente.
La parte grave de ese asuntito es que... las palas están super duras, incluso considerando que sólo son dos libras más que mis palas antiguas y que son más grandes también. Teóricamente, deberían ser más fáciles de jalar por su tamaño, pero en los dos días que estuve entrenando con ellas, me di cuenta que no es tan así. 
De momento, el marcador va Palas 2 - Meli 0. Ando con una makhurka espantosa en hombros y espalda, y mis brazos aguantan porque parece que aún estoy haciendo bien el ejercicio. Me cuesta encontrar mi anclaje, mantenerlo y no moverme cuando sale la flecha. Me duele el hombro izquierdo por tratar de mantenerlo bajo, y mis puntajes se han desplomado estrepitosamente.
El plan es tratar de manejarlas esta semana y media que vienen y ver si logro acostumbrarme y amoldar el arco. Si no, vuelvo a mis palas antiguas y me trago el orgullo de gastar 300$ en palas y no usarlas.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Mudanzas, Spotify, viajes, enfermedades, y un muy corto octubre

Con todas las cosas que pasaron este mes, recién acabo de darme cuenta que no escribí ni una palabra aquí y ya estamos a menos de una semana de que se termine (y que sea muy cumpleaños, por cierto). Y realmente que pasaron un montón de cosas, tantas que da flojera contarlas todas, así que un breve resumen:
1. Nos tuvimos que mudar del Aurora. Demasiada explicación y muchas vueltas, pero ahora estamos en un lote en Tiquipaya, que es mega grande pero hay que entrar por un camino medio misterioso. La parte buena es que tiene mucho potencial como para que hagamos algo decente allí sin peligro de romper flechas contra nada (casi). La parte mala (aparte de la distancia) es que la mudanza coincidió con la Feria del libro y nuestra participación en eso (otra historia que será contada en otra ocasión), así que fueron unos días realmente agotadores para todos.
2. Nos pusimos Spotify de pago. Al principio, no estaba muy convencida, pero he de admitir que tiene sus ventajas, aunque me decepciona su falta de algunas canciones en versiones que me convenzan, pero considerando que la rara soy yo y no el Spotify, supongo que podría disculparse. De todas formas, lo estoy disfrutando mucho (aunque sienta que traiciono a mi carpeta de música).
3. Me maredo se fue de viaje. Sep, una semana y ando por ahí deprimida.
4. Y para probar que a) estoy deprimida, y b) estoy bastante loca, me enfermé al día siguiente del viaje de mi esposito. 

Al parecer, a mi mes no le faltó absolutamente nada.

martes, 26 de septiembre de 2017

Una joya

Todos los que llevan cierto tiempo leyendo este blog saben que evito el Cine Center de Cochabamba como si  fuera la peste. El servicio es malo, los asientos son incómodos, el sonido es malazo, la comida es peor y las entradas son caras. Considerando que la última vez que fui allí perdí/me robaron el celu, no es como para querer volver, pero siempre existen circunstancias atenuantes.
Por ejemplo, la última circunstancia atenuante es que es el único cine en que están pasando "Las Malcogidas" a una hora a la podíamos llegar, así que no quedó de otra.
Pasando encima de las pipocas feas y la comida cara, la publicidad de tele y los trailers de DVD que nos clavaron antes de empezar, la peli merece una mención aparte, pero por buenísima (no como el resto de ambiente).
"Las Malcogidas" es una historia sencilla, pero divertida, honesta y bien contada. A diferencia de otras películas nacionales recientes, no pretende ser más de lo que es con diálogos rebuscados y tiesos, o apelando a las ambientaciones o los efectos. Es buena porque es porque la trama está bien construida.
Además de eso, las actuaciones están acorde a la historia, son creíbles y hacen la historia aún más creíble, incluso en los momentos más extraños. Es un gran progreso, más si se tiene en cuenta que muchas películas tienen actuaciones que... ¿cómo decirlo? Son bastante tiesas.
De mucho tiempo disfruté tanto una película nacional. Por divertida y por cínica es adorable, y por sus giros es atrapante. No tengo más que cumplidos para "Las Malcogidas". Vayan a verla. En serio.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Tengo poca paciencia

Creo que es una cosa de familia, pero recientemente mis niveles de tolerancia han bajado peligrosamente, junto con mi capacidad de poner buena cara ante situaciones malas/incómodas. Tal vez es bueno que no sepa jugar poker, porque no soy capaz de mantener una expresión neutra: cualquier cosa que piense se me nota en la cara automáticamente.
Eso sí, aún tengo intacta mi capacidad de decir que estoy cansada para hacer pasar mi cara de empute en las mejores fiestas y jardines. Claro, últimamente, no voy a las mejores fiestas y jardines.
Aparte de eso, soy un rayito de sol. 

martes, 12 de septiembre de 2017

Comentarios al azar

Hace unos días, descubrí tres cosas importantes:
1. Un vestido que me compré hace dos año, me queda mejor ahora que hace dos años.
2. El vestido en cuestión no pega ni con cola con un sostén deportivo (esos tipo top, ¿ubican?).
3. Prefiero cambiarme toda la ropa a cambiarme sólo el sostén por uno que sí vaya con el vestido.

Mi pobre madre debe tener razón cuando me dice que ando en mi fachas.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Después de la decepción

No es el título más original para una entrada (es más, sospecho que ya lo usé antes, probablemente para referirme al mismo tema, pero no tengo ganas de buscarlo), pero es lo que tenemos (cero imaginación). ¿REcuerdan mis anterior entrada? Resultó que ni siquiera era la tercera, era la cuarto porque resultó que no gané en Tarija, si no que quedé segunda y nos avisaron 4 días después que había un error en las sumas... no sabía si morir de vergüenza (porque el error fue mío, aunque culpo al calor y al cansancio) o de bronca (porque los inútiles de la Federación no saben que esas cosas se avisan al tiro, o 24 horas después como mucho.
Pero a lo hecho, pecho, la vida continúa y esas gansadas. He de admitir que no es precisamente motivador encontrarte con tantas decepciones seguidas, y estuve flojeando unas dos o tres semanas. Por suerte, cuento con buenos amigos y buenos compañeros de equipo, que siempre encuentran la manera de arrastrarme de regreso al campo de tiro y, más importante aún, un esposito a prueba de todo y con la paciencia de un santo. A pesar de las decepciones, a pesar de todos los errores que todos puedan cometer, soy una chica con suerte.
Más importante aún, creo que es mi sagrado deber seguir al pie del cañón en este asunto de locos y ayudar en lo que se pueda a todos los que van. Por suerte para todos, mis papás me enseñaron rectitud moral ante todo, algo de lo que muchos de los que están metidos en este deporte (y en cualquiera, para ser honesto) carecen (o tienen un concepto algo doblado del asunto). 
Mientras me toque ir a competir a algún lado, queda seguir trabajando sin rendirse, a pesar de todo.

martes, 8 de agosto de 2017

Lo efímero del triunfo

Hace exactamente un año, gané mi primera medalla de oro en un campeonato nacional. Después vinieron los campeonatos de Tarija (plata) y La Paz (desgracia total), así que ya empezaba a hacerme a la idea de que tal vez sería mi única medalla de oro. Pero bastante trabajo duro y mucho apoyo hicieron su truco y otra vez subí la podio para recoger mi segunda medalla de oro.
Pero (siempre hay un pero), hay un truco en todo esto. Aunque haya ganado a las que estaban aquí, mi puntaje sigue siendo el tercero de los tres mejores, debajo de los puntajes de dos de las chicas que están en China. Teóricamete, eso significa que sería la tercera del equipo femenino en la Selección Nacional de tiro con arco. 
Con ese convencimiento, regresamos de Tarija contentos...pero la alegría no nos duró ni 24 horas, porque nos encontramos con un mail de la Federación al día siguiente diciendo que sólo van 4 de Bolivia a competir a Santa Martha, y de esos cuatro sólo uno es una chica...súper, no? 
Indignación total. Quiero cabezas en un plato.

sábado, 8 de julio de 2017

La Princesa Consuela Banana-Hammock

Sucedió un lunes, el pasado lunes para ser exactos. Apareció de la nada en el campo de tiro, mientras buscaba una flecha y se puso a escarbar conmigo en los montones de hojas secas del fondo. Por la tarde, volvió a aparecer y se veía contenta de verme.
Martes en la tarde regresó. Se sentaba a mi lado a dormitar mientras yo disparaba flechas, y después de cada andanada me acompañaba a recogerlas. 
Para el miércoles ya era una presencia habitual en el campo de tiro. Los otros chicos me mandaban fotos de ella con mensajes como "ya te está esperando" o "mira quién ya está aquí". Esa noche hizo mucho, muchísimo frío...
Jueves, alegando el clima y apelando a la misericordia de la familia, rogué que me dejaran traerla a casa. La respuesta fue negativa y tuve que empezar a cranear en otras opciones, ya que dejarla en el campo de tiro, sola y con frío no era para nada aceptable.
Generosamente, mi buena amiga Marce, accedió a hacerle un espacio en su casa a pesar de que ella ya tiene varios perros recogidos. Y ese era justamente uno de los puntos flacos del plan: esperar que los otros perros la aceptaran. Quedamos de llevarla el sábado.
Viernes por la mañana no apareció, aunque la esperamos y la buscamos cerca del campo de tiro. Empezó a remorderme en la conciencia no haberla ido a recoger el día anterior y llevarla con Marce. Afortunadamente, apareció por la tarde, lloriqueando y sin la cinta que había tenido hasta el día anterior. Se veía cansada y nerviosa, aunque se calmó después de un rato. 
Todos esos días, me acompañaba por la mañana y por la tarde hasta la puerta del Aurora. Ahí se espantaba con los perros, o se desanimaba por cruzar la pasarela o la avenida, y volvía atrás. Pero el viernes no fue así. Cruzamos la avenida con Adrián y ella nos siguió. Asustados, la volvimos a cruzar en brazos, y la dejamos con comida en la puerta del Aurora, para que volviera a entrar, subimos a la pasarela para que se quedara, y funcionó hasta cierta parte. No se animó a subir la pasarela...pero sí a cruzar la avenida como una loca, esquivando los autos que pasaban a toda velocidad.
Siendo así la cosa, y considerando que estaba en peligro de hacerse pisar por los autos, decidimos acelerar el plan y llevarla con Marce esa misma noche. Pero no conté con el corazón de pollo de la familia en casa. Aunque habían dicho que no cuando pregunté si podía llevarla a casa, al verla decidieron que mejor se quedaba...y se quedó.
Bienvenida a casa, Princesa Consuela Banana-Hammock. 

lunes, 3 de julio de 2017

¿Me extrañaron?

¿No? Qué puedo decir, he estado muy ocupada en junio. Y julio no parece pintarse mejor. Si llego viva y cuerda (o casi) al 7 de agosto, será mucha cosa de por sí. ¿Por qué? Veamos: Tenemos concierto el 1 y 2 de agosto (si están en Cochabamba, vayan), y campeonato el 5 y 6 de agosto. Eso significa que entre el entrenamiento (6 días a la semana) y los ensayos (4 días a la semana), no me queda mucho tiempo para nada más que los domingos por la tarde. 
Pero no se trata sólo de entrenar y ensayar, oh no. Hay que apuntar a, por lo menos, 626/720 puntos en el campeonato, y preparar un solo para el concierto, además de inscribir a todo el mundo, pelear con la Federación, diseñar todo el material impreso para el concierto y conseguir un vestido largo de fiesta. Todo eso en un mes.
Pero más allá del posible stress, las posibles broncas y todos los problemas que puedan surgir en el camino, miro hacia el futuro con cierto entusiasmo (a pesar del terror que tengo a fallar en varios o todos los planes del mes). Espero que mi fe en mi misma esté justificada.

viernes, 2 de junio de 2017

Y la vida continúa

Como era de esperarse, he pasado muy deprimida lo que quedaba de mayo, después de mi última entrada. Digo, perder una beca no es para menos, y aunque estoy segura que todos me dirán que no soy la primera a la que le pasa, y que seguramente tendré otras oportunidades más adelante, ya no me hago ilusiones. La vida es así, y no hay de otra que hacerse a la idea.
Por cierto que sigo entrenando, más que antes incluso. Mi buen amigo Adrián, fuente de todo pensamiento positivo, me convenció de que podemos hacer aquí lo que harán en China. Sigo dudándolo, pero al menos ya estamos en marcha. El resultado: de momento, ya partí dos flechas y perdí una. Súper.

sábado, 13 de mayo de 2017

Aceptando la realidad

Escribir siempre me ha ayudado a pasar los malos ratos, o por lo menos a descargar emociones para superar etapas difíciles. Ya que llevo llorando desde el miércoles (algunos días más que otros), y he pasado de la profunda tristeza a la ira a fuego lento, creo que es un buen momento para poner esto por escrito.
Resultó que sí me hice más ilusiones de las que yo misma pensé que me hacía. Resultó que quería eso más de lo que yo misma suponía. Resultó que me sacaron de la lista y no iré a China con una beca de deportes por cinco meses. ¿Por qué alguien que, como yo, iba recomendada por el Entrenador chino que vino a evaluar a los bolivianos, y que además iba recomendada por otras personas, eso sin contar con mi recorrido en el deporte no irá a China becada? La respuesta eso, jóvenes saltamontes, es tan obvia como molesta y casi insultante: por mi edad. Mandarán a un niño de 14 años, que es buen arquero, no lo negaré, pero que no dispara a la distancia de competición porque es más joven que yo.
Si van a opinar que los jóvenes son el futuro de cualquier deporte, que es mejor que los jóvenes vayan y aprovechen estas oportunidades, ahórrense el aire y permítanme iluminarlos con un detalle: en el tiro con arco, a diferencia de otros deportes, no es indispensable que uno sea "joven" para ser buen arquero. La edad no es precisamente relevante en esto.
Pero al parecer los encargados del Ministerio no saben eso, y les valió madres...
¿Tengo o no derecho a sentirme molesta? 
A eso súmenle un alboroto de lo más desagradable que hubo después, del que nos llegaron rumores...pero estos días hay tantos rumores, verdades a medias o tergiversadas, historias que no coinciden unas con otras... No sé qué creer, ni a quién creer. Todo es molesto y confuso, y no es la adolescencia!! Siento ganas de golpear algo o alguien (de preferencia en la cara y con un martillo), pero no puedo hacerlo.
La peor parte es que trato de alegrarme por dos amigos que sí van. Se lo merecen y se lo ganaron en justa ley, pero al parecer no soy tan buena persona como me gusta creer y la envidia y la autocompasión andan haciendo de las suyas. Ninguno se merece que me desquite con ellos por algo que es suyo en justicia, en especial porque son mis amigos y sé que querían que fuera. Incluso creo que tenían más fe que yo misma en mi plaza... en fin, todo acabó en nada.
Escribo esto porque así me hago a la idea. Si escribo algo es porque ya es definitivo y no cambiará. Ellos irán a China y yo no. Debo aceptarlo de una vez y seguir adelante.

domingo, 7 de mayo de 2017

Mientras esperamos la respuesta...

La incertidumbre mata, y la espera puede llegar a ser muy desesperante. Esta última semana he estado oscilando entre la seguridad y la más completa duda. Dudo de mí misma, de mi capacidad para hacer un buen papel, dudo que toda la fe que muchas personas ponen en mí sea realmente justificable por mi desempeño... Son muchas dudas y muchos sentimientos encontrados. 
Quisiera encontrar una mejor forma de expresar mis ideas, o al menos poder decir de qué va todo este jaleo, pero al menos esto último es parte de mi "estudiado" plan para no caer en el excesivo entusiasmo que pueda acabar en una dolorosa decepción. Siendo así la cosa, ¿qué mejor que recurrir a los métodos comprobados de "equilibrar" mi mundo y regresar a un estado de ánimo apacible?
Como muchas veces he mencionado en este blog, tengo muchos vicios literarios, uno de los cuáles es Jane Austen y sus excelentes novelas, muy especialmente "Orgullo y Prejucio". Cada vez que lo leo (porque lo he leído infinidad de veces), o encuentro alguna nueva adaptación, me sorprende cómo una historia que ya tiene 200 años puede ser contada una y otra vez y seguir siendo actual. Incluso cuando la situación de la mujer ha mejorado mucho con el paso de los años, es fácil seguir pensando en Elizabeth Bennet como una amiga cercana, o como una chica con la que una se podría identificar.
El último ataque "austeniano" comenzó en el último campeonato nacional de tiro con arco en La Paz. Llevé mi libro para equilibrarme y distraerme un poco, y acabé leyendo en voz alta para el lado femenino de la delegación, con los chicos parando las orejas. Y como siempre, Jane Austen agarró una nueva presa y tuvimos a una de las chicas buscando el libro al día siguiente de regresar a Cochabamba, y planeando una gran tarde para reunirnos entre las traumadas a ver la mejor adaptación de la historia: la miniserie de la BBC de 1995.
Y en lo que esperamos las respuestas, y esperábamos el día de la reunión (que fue hoy, por cierto), me puse a dar vueltas por Youtube y me encontré con "El Diario de Lizzie Bennet". Sorpresa! Otra adaptación de la historia en forma de un vlog hecho por una moderna Elizabeth Bennet con la ayuda de su amiga Charlotte Lu. A medida que avanza la historia, algunos personajes más hacen sus propios vlogs, lo que ayuda a ampliar y explicar mejor la trama. En total, son como 160 videos relativamente cortos. Como era de esperarse, acabé enganchada. De hecho, a cierta altura de la historia, ya estaba gritando como adolescente emocionada...y eso que me sé la historia casi de memoria! 
Fue muy divertido ver esta adaptación, reí como descosida, me enojé (otra vez) con Wickham, estuve a punto de llorar por Lydia, y me enamoré (otra vez) del Sr. Darcy.

martes, 2 de mayo de 2017

El mes de la locura

No que abril haya sido un mes malo, aunque sí tuvo sus cosas bien densas. No que haya sido una maravilla, aunque cosas buenas tuvo. Simplemente fue un mes demasiado complicado... complicado, lleno de cosas conflictivas. Si no tuve migraña todo el mes fue de milagro.
De todas formas, ahora que las cosas se van despejando un poco y puedo hacer una valoración más calmada, me sorprende y alegra ver cuántas personas ajenas a mi familia me apoyan y están dispuestas a ponerse de mi lado, incluso cuando ni yo misma quiero hacerlo. Aunque todos los proyectos que llevo haciendo meses, y aunque todos los alborotos del mes pasado resultaran en nada, podría pensar en ese grupo de personas con alegría y contento.

martes, 21 de marzo de 2017

De vuelta a los clásicos

He de ser honesta y admitir que no acaba de convencerme aún esta nueva idea de Disney de rehacer todos sus clásicos de animación en live-action, en mi cabeza eso es síntoma de que se les acabaron las ideas (como si "Frozen" no me hubiera dado ya una pista sobre eso). No fui a ver "Cenicienta" al cine, y lo que vi en la televisión después tampoco me pareció salido del otro mundo. No fui a ver "El libro de la Selva" y aunque lo tengo en Blu-ray sigue en la pila de películas por ver... aunque cuando me comentaron que no tiene canciones como que se me quitaron las ganas. En fin.
Una vez aclarado eso, también es pertinente mencionar que tengo un problema serio con "La Bella y la Bestia". Es una de mis películas favoritas de Disney, acompañada por "Mulán", "El rey León" y "Aladdín". Si me preguntaran, ni siquiera podría decir cuál de ellas es mi favorita, las demás van debajo (que no quiere decir que no me gusten...con la salvedad de "Dumbo"). Bella fue, para mí, la primera princesa que quería algo más que buscar un marido... irónicamente (o no tanto, porque al final es un cuento de princesas), encuentra marido y todo eso, pero no porque ese fuera su propósito en la vida.
Así que  cuando anunciaron que harían "La Bella y la Bestia" en live-action, no supe bien cómo reaccionar. ¿Debía alegrarme o empezar a aterrarme y protestar? Una buena noticia fue que Emma Watson fue elegida para hacer de Bella, lo malo fue que no sabía si ella cantaba o no (o cómo lo hacía, para el caso), por la sencilla razón de que no podían hacer "La Bella y la Bestia" sin las canciones. Simplemente, no.


Fui a verla el domingo y salí levitando del cine. De verdad, se lucieron en esta película y quedó aún mejor de lo que podría esperar. Para empezar, toda la ambientación y el trabajo de producción son impresionantes. Podríamos esperar que no siendo dibujos animados, en que se tiene cierta libertad para meterle imaginación, se medirían un poco al hacer el pueblo o el castillo de la Bestia, pero la verdad que les quedó incluso más impresionante que la película de animación.
Obviamente, el gran referente en este caso es la película de 1991, y es genial que se hayan apegado tanto a ese clásico, incluso muchos planos y escenas están casi calcados. En cuanto a la historia, que era relativamente corta en la animación (y todas las animación son bastante cortas, normal), le aumentaron algunos detalles y tiempo que, para mí, hacen toda la trama un poco más completa y le da más profundidad a los personajes. Bella no sólo es la rara del pueblo que es criticada pero ignorada en general, si no que está bastante fichada y es rechazada bastante más agresivamente por ser más culta, ingeniosa e innovadora que el resto de los habitantes. Además, no sólo es lo bastante valiente para tomar el lugar de su padre como prisionera en el castillo, si no que ya anda pensando en escapar a los cinco minutos de haberse instalado.
Otro de los efectos de los detalles añadidos es rellenar ciertos huecos que la peli de animación dejaba, como qué pasó con la madre de Bella (no creo que haya nacido de un huevito), o darles un poco más tiempo a Bella y a la Bestia como para que su romance resulte más creíble.
El elenco que eligieron para la película es simplemente de lujo, no hay otra palabra para describirlo, no sólo porque la mayoría son actores de trayectoria, si no porque actúan increíblemente bien. Tanto es así que la interpretación más "floja" es de Emma Watson, a pesar de que está fabulosa. Gastón, LeFou, Lumiere son simplemente geniales, y Dindon, la Sra Potts, Chip y Maurice no se quedan atrás. La Bestia está increíble, no sólo por lo bien hecho de los efectos, si no por la interpretación y lo expresivo que puede ser debajo de todo ese pelo...de hecho, prefiero a la Bestia que al príncipe. Siendo así, Emma Watson, a pesar de lo bien que lo hace, incluso con el canto, que me parecía el reto real en este papel, queda un poco chiquita. Le faltaba un poco de emoción a ratos, digo, no puedes ver que los platos vuelan a tu alrededor cantando y mantener una sonrisa cortés. Yo estaría bailando sobre la mesa con los platos, pero esa soy yo.
Y, por supuesto, la música es lo mejor de la película. Actualizaron un poco el ritmo y la letra de las canciones, pero mantuvieron todas las originales, y aumentaron dos nuevas. Lo bueno de no haber encontrado el soundtrack en español latino, hizo que me sepa todas las canciones en inglés y como fuimos a verla en subtitulada, pues me pasé la peli cantando (y que me ganar algunos codazos al final). Por lo que vi, le cambiaron las letras al traducirla, en relación con las letras de la película de 1991, así que aunque me sé todas las canciones en español, me hubiera desesperado ver que no estuvieran igual a cómo las recordaba.
De las canciones antiguas, como dije, las actualizaron un poco, pero no como para volverlas irreconocibles. Los números musicales, con los coros y el baile y demás son geniales (empiezo a quedarme sin adjetivos), realmente no podría decidir cuál es el mejor porque todos son buenísimos. De las canciones nuevas, disfruté especialmente la que canta la Bestia cuando Bella se va de regreso al pueblo: bien cantada, muy linda.
En resumen, absolutamente una película que tiene que verse en el cine, y más si uno es fan declarado de Disney y sus clásicos, y más de esta historia en específico. 

jueves, 16 de marzo de 2017

Miedo y distancias de competición

Tengo un saludable respeto por los 70 mts desde el fiasco del torneo de Marzo del año pasado. Un demasiado saludable respeto. Por supuestos, todas las distancias de competición tienen su maña y su dificultad, pero creo que me quedé traumada con los 70 mts. Pero son justamente los 70 mts los que están en mi camino de conseguir algo serio con este deporte, como salir a competir internacionalmente. Por supuesto, el objetivo es hacerlo lo mejor posible en el caso de que salga, y eso significa  conseguir el mejor puntaje de todos en los siguientes campeonatos. Además, no es bastante ser mejor que las demás, porque somos pocas mujeres compitiendo, hay que lograr un puntaje decente que permita no ir a hacer un papelón afuera.
He estado trabajando en mi técnica, y aunque siento que he mejorado un poco, aún tengo un largo camino por delante. De todas formas, mi peor enemiga no es mi técnica (que de por sí es un asco), si no mi poca fe para salir de la sartén, negatividad o, como me gusta llamarlo, realismo bien informado. 
Hace unos días, mi buen amigo Jorgito regresó de un curso mega veloz con EL entrenador de Korea, patria de los mejores arqueros del mundo, con un montón de ideas nuevas en técnica y preparación mental. La más importante: este no es deporte para gente con pensamientos negativos, ni aunque sean realistas. Así que, estoy trabajando en mantenerme positiva y convencerme de que puedo llevarme a todas por delante en el siguiente campeonato (que está ya encima nuestro).
Claro, es más fácil decirlo que hacerlo, en especial si ando perdiendo flechas o desplumándolas. Y no ayuda nada que las flechas de pierdan en la selva en que se convirtió el pasto, o que se golpeen con las ramas de los árboles más bajos (que tampoco es que sean muy bajos). Así que...ahí vamos. 

lunes, 6 de marzo de 2017

Logan o por qué los alimentos transgénicos arruinan a la gente (mutante)

Habíamos planeado ir con varios amigos a ver "Logan" el fin de semana, pero entre una cosa y otra, terminamos yendo los dos solitos (y nos encontramos con varios amigos en el cine, de todas formas). Aunque tenemos varias películas en lista para ver, incluyendo "Batman Lego" y "La la land", volver a ver Wolverine en la que será (muy probablemente) su última aparición en el cine interpretado por Hugh Jackman, era demasiada tentación para no verla en el cine. Todo lo demás puede esperar al blu-ray.

La historia está situada en el año 2029 (o eso entendí), y Wolverine se ve muy mal. Muy, muy mal. Envejecido, cojeando y lleno de cicatrices, es obvio que su factor de regeneración está fallando densamente. Sólo tiene a un cuate mutante más, que no es de mucha ayuda, y al Profesor X, que ya no es el refinado caballero que solía ser. Cualquier otro mutante, viejo o nuevo, brilla por su ausencia. En suma: deprimente.
Para qué irnos por las ramas, si todos ya vimos el tráiler (o los más nerds, leyeron los varios cómics en los que se basa la historia de la película), y vamos directo a la aparición de una niña misteriosa con los mismos poderes que Logan. Garritas de adamantio y pésimo carácter incluidos. El paquete completo en un cuerpo de niña de 11 años.
Creo que la actuación de la pequeña Dafne Keen es de las mejores de la peli, y eso que está rodeada de un reparto muy bueno. Ni por un momento dudas que la niña es de peligro, ni siquiera cuando está rodeada de 50 hombres armados hasta los dientes, Laura puede estar en peligro pero jamás es la  víctima (y por eso tienen que cazarla con 50 hombres armados y atarla como animal salvaje).
Además del obvio argumento de llevar a la niña del Punto A al Punto B escapando de los malos de la historia, está la otra idea de la manipulación genética a mano de científicos bastante amorales que ha perseguido a los mutantes desde tiempos inmemoriales. El problema de creerse Dios y jugar a "perfeccionar" las cosas. Como los más nerds saben, y para ilustrar a los no tan nerds (que hoy en día todos se creen que lo son), la niña de la mala actitud no es hija de Logan, es su clon, y por eso tiene exactamente la misma mutación. Y ese no es el único lío genético de la historia. Vayan a verla a verla y descubran la relación entre el maíz transgénico, sus derivados, y los mutantes (y no digo nada más porque ya hice bastante spoiler con eso).
La película es larga, un poco demasiado, de hecho, pero completamente disfrutable (no como esas que son tan largas que pasas la última hora pensando en cómo salir del cine lo más rápido posible). Como es de esperarse en una película de Wolverine, hay tripas, sangre, miembros cercenados, y peleas que dejan a la gente convertida en anticucho. En eso, no se recataron ni un poquito y tal vez hubiera hecho falta eso para darle un poco de equilibrio, pero en fin. Vayan a verla. 

martes, 28 de febrero de 2017

La querida amargada

Si hubo alguien a quien admiré y deseaba emular en mi loca adolescencia, esa fue Daria (como siempre, me busco personajes ficticios para admirar). Era muy fácil verme en esa chica de lentes, peleada con el mundo, sarcástica y algo cínica, pero tan confundida con el mundo como yo lo estaba en ese momento, incluso considerando que Daria era mayor que yo.
¿A qué viene esa súbita declaración de amor adolescente? Lógicamente, a que recientemente volví a ver toda la serie y las dos películas, y es que una vez que me subí a ese tren, no hubo quién me bajara (ni siquiera la batería suicida de mi laptop). Me pasé años buscando la serie por la red, y resulta que la respuesta estaba más a mano de lo que creía (bendito fecebook y su sistema de chismorreo). Es divertido ver de nuevo una serie que pensé que jamás volvería a ver, y darme cuenta de todos los cambios sucedidos desde que la vi por primera vez.
Quiero creer que me parecía mucho a Daria cuando era adolescente: ambas éramos conocidas como las cerebritos del curso, teníamos una amiga muy cercana e increíblemente creativa, ni sentíamos mucho cariño por la gente boba. Pero también me sentía por debajo de ella: Daria escribía cuentos e historias, leía mucho más, era más sarcástica, y vivía bajo su propio código moral. Eso sí, resultó que al final las dos teníamos corazón de pollo y emociones (yo más que ella, pero así es la vida).
Verla de nuevo me hizo pensar (bastante estúpidamente, por cierto) en si he vivido mi vida como Daria la hubiera hecho. Obviamente, renuncié al camino del conocimiento y el intelecto, a pesar de que sigo leyendo como si la vida me fuera en ello, abandoné los lentes por los contactos y una cirugía de la vista, me preocupé más por mi aspecto y caí en las oscuras garras del mundo del deporte competitivo (y Daria odiaba a los deportistas tontos porque tenían la vida hecha a pesar de su notoria estupidez). Aún así quiero creer que podría intercambiar unos cuantos sarcasmos con Daria a nivel de respeto mutuo porque ¿no era vivir según tus propias normas y no los de la sociedad lo que ella quería?

martes, 7 de febrero de 2017

Trabajo físico, trabajo mental

Dado que ya terminó mi ronda de dos escasos meses de oficina, he estado tratando de volver a mis rutinas de ejercicio que tuve que dejar por falta de tiempo (y falta de voluntad de levantarme dos centavos más temprano para hacerlas). No voy a engañarlos y pretender que hacía una ronda seria de ejercicios, de esos que te dejan adolorida todo el día, pero al menos me servían para mantener un poco más mi fuerza. Entre el trabajo y las fiestas, mi rutina se fue al demonio y la estoy pagando en falta de fuerza con el arco...
Pero es más fácil recuperar mi fuerza y mis dizque abdominales que trabajar en mis miedos, especialmente si esos miedos se manifiestan en errores estúpidos que ya no cometía. En toda esta semana, y en una alarmante progresión aritmética (que si fuera geométrica me muero), maté 6 flechas contra la temible plancha del campo de tiro. Las flechas no se rompieron, pero sí las plumas, y si consideran que no tengo emplumadora...no es una situación que me anime mucho, la verdad.
Aún así, reemplazar plumas es fácil, lo difícil es recuperar la confianza en mí misma para volver a disparar sin miedo y sin entrar en pánico por la frustración creciente. Lo malo de cometer errores que ya no cometía, es que empiezo a darme cuenta de los errores que aún cometo y no logro corregir, y como por encanto se hacen visibles para todos los demás. No soy una persona que lidie fácilmente con las críticas, incluso las bien intencionadas, y menos aún si son cosas que ya sé que debo arreglar...tal vez por eso jamás me postulo a trabajos que requieran "tolerancia a trabajar bajo presión". Hablen de presión con mis casi lágrimas en pleno entrenamiento.

martes, 31 de enero de 2017

Fin de mes

Se acabó el primer mes del año como si nada. Si creen que la depresión en proceso que se filtraba de mi anterior entrada tomó forma, debo decirles que ya pasó...pasó a transformarse en furia ciega por un momento. Ahora mismo, sigo muy muy enojada.
En el momento de la furia ciega solté insultos como bucanero, los suficientes para asustar a las madres de mis compañeros de entrenamiento, aunque ellas compartieran mi furia. En el siguiente instante, estaba demasiado ocupada planeando la muerte de todos los implicados.
¿Qué puedo decir? Enero se disuelve en una nebulosa de ira, trabajo y situaciones intrascendentes. Si las venganzas quedaran impunes...

lunes, 16 de enero de 2017

Amargas decepciones

El lado realista de mi cabeza me decía que no debía hacerme muchas ilusiones, porque mi mala suerte siempre dicta que cuando más emocionada estoy con algo, menos chances hay de que ese algo suceda. Pero soñar no cuesta nada, y me permití soñar un poco, incluso sabiendo que ya había tentado a la mala suerte.
La verdad, ya sabía esto desde mitad de diciembre y aunque ese rato dijera a todos los interesados en el asunto que mejor ya no hacernos ilusiones, yo era la primera en seguir haciéndome ilusiones. La triste realidad es esta: Nuestras chances de ir a China con una beca por Tiro con Arco es igual a nula. ¿Por qué? Porque capricho de unos cuantos, así de sencillo.
He pasado los primeros días de este mes en tratar de resignarme, y los últimos días, en que por contactos misteriosos me enteré de la negativa casi definitiva al asunto, tratando de no deprimirme más de la cuenta. Aunque me picaban las manos por escribir esto, no me sentía con el valor para hacerlo. Supongo que ponerlo por escrito es igual a admitir la derrota.

martes, 3 de enero de 2017

2017

Decir que el 2016 fue bastante interesante sería quedarse corto. La mayor parte del mundo concuerda en que fue un absoluto y completo desastre, pero sería hipócrita y desagradecido de mi parte decir que no tuvo sus cosas buenas a pesar de todos las desgracias que llovieron.
Enumeremos:
1) Pude entrenar todo lo que quise (y también todo lo que no quise).
2) Tuve mucho tiempo para pasar con mi familia y amigos.
3) Gané en mi categoría en los nacionales (muy relacionado con el punto 1, por cierto).

Podría seguir, pero la memoria me falla y de todas formas el punto no es restregar a todos lo bien que me fue a pesar de las cosas malas. El 2016 pudo ser un mejor año, pero también tuvo sus cosas buenas. Soy una persona afortunada incluso cuando no me doy cuenta de ello.
No soy de las que cree que empezar un nuevo año cambia las cosas en algo, los problemas y todas las cosas de las que uno piensa huir cambiando un número no desaparecen. Pero, al comenzar este 2017, me siento extrañamente reflexiva (y espero que se me quite pronto) y aunque no sea fan de hacer listas de propósitos y tonterías por el estilo, tengo el deseo de hacer que este año sea bueno sin importar lo que pase.