Aprovechando que hoy me quedé sólo con mi abuelita en casa, decidí sentarme a ver tranquila una peli con la que el sobrino César me viene machacando hace rato. La verdad es que cuando salió no me llamó mucho la atención y la dejé pasar, todo mundo dijo que era muy bonita y aún así la seguí dejando pasar. Hace unas semanas vi un pedacito, y fue cuando le presté verdadera atención.
La cosa es que "La princesa y el sapo" es de las mejores historias de Disney que he visto, son raras las heroínas de la "fábrica de sueños" que no son taradas redomadas o que hacen algo más con su vida que esperar a que venga el Príncipe (que encima es un dechado de virtudes) a rescatarlas y vivir felices por siempre. Haciendo un recuento de mis princesas favoritas, la tabla de posiciones queda así:
3°Lugar: Que en este caso no es perder, tenemos a Bella de "La Bella y la Bestia". Fue al primer personaje de Disney al que le escuché decir que quería salir del pueblito mediocre donde vivía y vivir aventuras. A eso súmenle que se sacrifica para que la temible Bestia suelte a su anciano padre y que de todas formas se queda con príncipe más guapo.
2°Lugar: Va para mi nueva conocida, Tiana. Para empezar, rompe con el estereotipo de "princesas" blancas caucásicas. La muchacha es de color, trabaja como una esclava, ni siquiera piensa en el romance hasta que cae en la historia y tiene más aspiraciones para la vida que "vivir feliz por siempre con el príncipe (qué sí es príncipe-príncipe)".
1° Lugar: Para mi personaje favorito de todos los tiempos, la No-llegó-a-princesa-ni-de-lejos pero mil veces más loable que cualquiera de las que nació princesa o noble, la siempre bien ponderada Mulan.
Pero volviéndo al tema, Tiana tiene la mala pata de toparse justamente con el príncipe más malcriado de Disney, una mezcla bizarra de Johnny Bravo, Príncipe Edward y Tom Sawyer, o sea de esos a los que quieres ahorcar con sus propios calcetines pero que acabas amando...después de darte el trabajo de reformarlo mínimamente, claro. Y en el camino de salir del lío en que un beso la ha metido, acaba enamorada del príncipe que resultó no ser tan patán como parecía. Se disfruta la historia y mucho, si hasta me dieron ganas de llorar.
La música es casi exclusivamente jazz, que le va muy bien considerando que la historia está ambientada en Nueva Orleáns, aunque ninguna se me hace particularmente memorable como me parecieron en su momento las de otras pelis de Disney, que las veía una vez y me quedaba tarareando días y días (para desesperación de todos mis prójimos). Pero si algo realmente loable tiene la peli es que volvieron a los viejos estilos de hacer una peli de dibujos animados: con lápiz y papel y mucha paciencia.
Supongo que a estas alturas del baile no vale la pena recomendarla porque todo el mundo ya la ha visto, pero creo que vale la pena una repetición, aunque sólo sea para reír con ese príncipe pelmazo y tierno.
La cosa es que "La princesa y el sapo" es de las mejores historias de Disney que he visto, son raras las heroínas de la "fábrica de sueños" que no son taradas redomadas o que hacen algo más con su vida que esperar a que venga el Príncipe (que encima es un dechado de virtudes) a rescatarlas y vivir felices por siempre. Haciendo un recuento de mis princesas favoritas, la tabla de posiciones queda así:
3°Lugar: Que en este caso no es perder, tenemos a Bella de "La Bella y la Bestia". Fue al primer personaje de Disney al que le escuché decir que quería salir del pueblito mediocre donde vivía y vivir aventuras. A eso súmenle que se sacrifica para que la temible Bestia suelte a su anciano padre y que de todas formas se queda con príncipe más guapo.
2°Lugar: Va para mi nueva conocida, Tiana. Para empezar, rompe con el estereotipo de "princesas" blancas caucásicas. La muchacha es de color, trabaja como una esclava, ni siquiera piensa en el romance hasta que cae en la historia y tiene más aspiraciones para la vida que "vivir feliz por siempre con el príncipe (qué sí es príncipe-príncipe)".
1° Lugar: Para mi personaje favorito de todos los tiempos, la No-llegó-a-princesa-ni-de-lejos pero mil veces más loable que cualquiera de las que nació princesa o noble, la siempre bien ponderada Mulan.
Pero volviéndo al tema, Tiana tiene la mala pata de toparse justamente con el príncipe más malcriado de Disney, una mezcla bizarra de Johnny Bravo, Príncipe Edward y Tom Sawyer, o sea de esos a los que quieres ahorcar con sus propios calcetines pero que acabas amando...después de darte el trabajo de reformarlo mínimamente, claro. Y en el camino de salir del lío en que un beso la ha metido, acaba enamorada del príncipe que resultó no ser tan patán como parecía. Se disfruta la historia y mucho, si hasta me dieron ganas de llorar.
La música es casi exclusivamente jazz, que le va muy bien considerando que la historia está ambientada en Nueva Orleáns, aunque ninguna se me hace particularmente memorable como me parecieron en su momento las de otras pelis de Disney, que las veía una vez y me quedaba tarareando días y días (para desesperación de todos mis prójimos). Pero si algo realmente loable tiene la peli es que volvieron a los viejos estilos de hacer una peli de dibujos animados: con lápiz y papel y mucha paciencia.
Supongo que a estas alturas del baile no vale la pena recomendarla porque todo el mundo ya la ha visto, pero creo que vale la pena una repetición, aunque sólo sea para reír con ese príncipe pelmazo y tierno.