domingo, 27 de noviembre de 2011

Estoy realmente ciega

Dado que cada vez los ojos me arden más, y veo menos a larga distancia, mi mamá decidió hacerme una cita con el oculista. Creo que lo mejor de eso fue que salí una hora antes del trabajo el viernes y como el sábdo tenía la boda de Gaby, pues resulta que podía decir "Al fin es viernes!". En serio, creo que la perspectiva de salir antes de la oficina y tener el sábado entero para mí, fue lo único que me mantuvo cuerda esta semana.

La parte mala fue que, realmente, no era mi imaginación que cada vez veía menos. Mi medida subió a 4.00 en el ojo izquierdo y 3.75 en el derecho, mi astigmatismo se mantiene. Creo queno exagero y no falto a la verdad si afirmo que, si bien mis problemas de visión son genéticos (mi familia paterna está bien ciega), la cosa se puso peor desde que me pasó 8 horas diarias (como mínimo) clavada frente a una computadora.

Supongo que tener los contactos puestos más 12 horas, que es el límite permitido, tampoco ayuda, pero ¡hey! seré la Fea del Baile, pero todavía tengo mi retacito de vanidad.

De todas formas, es un asunto casi decidido que trataré de usar más las gafas que los contactos desde ahora (o desde mañana, que recogeré ambos de la óptica...miércoles que son caros). Digo, si voy ser ciega que sea culpa de la genética y no mía.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Tardes de notaría

Si algún día escribo una autobiografía, y en ella me refiero a estos meses en lo que ya no puedo llamar de otra forma que no sea "El Infierno", supongo que titularé así a ese capítulo. Hoy tuve una de esas tardes en que no tuve ni un momento de respiro, en las que batallab entre mis ganas de lanzarme por la ventana, lanzar a la gente por la ventana o lanzar a mi jefa por la ventana, todas igual de tentadoras.

Cuando el último psicópata que perturbaba nuestra paz salió de la oficina, mi jefa y yo nos miramos sin ni siquiera ánimo de recriminarnos los errores de la tarde. Haber sobrevivido sin ponerme a llorar, creo, ya fue todo un logro.

Lo terrible de todo esto es que, llegando a casa, ni siquiera puedo echarme a descansar en mi cama, con un buen libro y una caja de chocolates (encontré una manera de bajar de peso de forma casi instantánea, así que ya ni me preocupo por engordar). Se supone que ahora mismo debería estar "componiendo" un pieza para un documental que mi sufrid novio está haciendo. La macana es que, entre mi tarde infernal y que mis musas han dejado sus ocupaciones desde agosto, no tengo ni una gota de inspiración para nada.

Hace unos días, llegando super agotada de una noche jugando en el Wii con los amigos, me encontré con que mi mamá estaba viendo "Mujercitas". Hay allí una frase que dice Laurie a Amy, pero que no aparece nunca en el libro: "Mis composiciones son como tus pinturas, copias mediocres del genio de otros". Asumamos que el ajetreo me dejó algo más que cansada, y que el siguiente pensamiento el producto de eso: Mis composiciones no llegan ni siquiera a copias mediocres del genio de nadie.

Estúpidas musas.

martes, 22 de noviembre de 2011

Temblando

Literal, de veras. A eso de las 2:50 de la tarde, poco más o menos, justo cuando estaba ya empezando a entrar en "ritmo de trabajo", sentí un temblor. Por alguna extraña razón, siempre que ha habido un temblor en mi vida, yo estaba dormida, ergo, no lo sentí (gracias a Dios que duermo como una piedra).

Teniendo en cuenta la cantidad de historias aterradoras sobre temblores, sismos y terremotos que he escuchadoen mi vida, resulta que les tengo mucho, pero mucho respeto. En parte en broma y en parte en serio, fue que armé mi colección de latas de modo que se cayeran al primer sacudón y la bauticé como mi propia "Alarma antisísmica". Y va y resulta que el día en que sucede el sismo, NO ESTOY EN CASA.

Mentiría si dijera que no me asusté, aunque si alguien hubiera visto mi reacción no hubiera creído que tenía miedo. Cuando empezó el temblor, me quedé sentada un rato en mi silla, viendo como las estanterías se sacudían. No había acabado de temblar, cuando me paré y me fui directo al dintel de la puerta y esperé a que acabara. Creo que no pasó ni dos minutos, cuando empezó de nuevo. Escuché a los del piso de abajo que bajaban por las escaleras, así que agarré mi cartera, cerré la oficina y salí con toda la calma del mundo.

Lógicamente, por dentro ya estaba armando mi propia novela sobre como el edificio se derrumbaba y me quedaba atrapada en el pinche piso 3 del infierno y demás. Calculo que el temblor no duraría más de tres minutos, pero me alcanzó para inventarme toda mi trágica supervivencia. Hablando de la reina del drama.

Con todo, el temblor fue lo mejor de mi tarde, al menos, rompió un poco la rutina de mi vida.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Aventuras musicales

Ayer, jueves, tuvimos concierto con el coro, el penúltimo presentando el "Gloria" de Vivaldi. No diré que haya sido el más complicado de organizar, dado que todos los conciertos de este año han tenido un millón de problemas, pero si hubiera un título a "Concierto con más enredos e imprevistos", éste se lo llevaría.
Para empezar, conseguimos el salón del Colegio de Abogados (y sólo por eso, han ascendido un poco en mi estima...no mucho) una semana antes del Concierto, o sea, el anterior jueves. A la carrera, nos pusimos a ensayar el sábado (sin director, porque él estaba en La Paz, sin orquesta y sin la solista invitada). El domingo, que teníamos que reunirnos con algunos para planear un Plan B en el hipotético caso de que la solista no pudiera cantar porque su papá estaba my delicado, nos enteramos que el papá de la solista en cuestión acababa de fallecer. Eso, lógicamente, descartaba la presencia de la solista (digo, no podíamos hacerla cantar en esas circunstancias, ¿verdad?). Así que quedamos en preparar un cuarteto con dos Ave María, Moi una aria y Mónica dos.
El martes, afortunadamente nos confirmaron que la solista podría cantar, pero el "Plan B" se mantenía. TErminamos quitando el Ave María de Gounod porque, definitivamente, yo estaba chillando y era horrible.
Miércoles ensayo con orquesta hasta un poco tarde, lo que me dejó muerta cansancio y casi arruina nuestros planes de aniversario con mi sufrido novio (festejamos nuestros 6 años juntos cabeceando sobre la comida).
Jueves, día del glorioso concierto. La gente (no mucha) esperando en la entrada, terminamos nuestra repasada del cuarteto y cinco minutos antes de la hora programada ¡SE CORTA LA ELECTRICIDAD!
Sin exagerar, casi me muero. Llamamos a la compañía de electricidad y nos dice que era un corte programado, que es por el racionamiento, y que devolverían la energía en una hora. Para ahorcarse con spaguetti.
Generosamente, el público se esperó la hora sin luz con santa paciencia. Al final dimos el concierto, con poca gente, para variar, pero estuvo bonito y la resonancia del lugar ayudaba mucho. Parecía que estuviéramos cantando en una iglesia.
Nos queda un concierto más en Quillacollo el domingo. Sólo espero que todo vaya bien.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Nuevamente, de incógnito

Sí, otra vez estoy sola SOLA en el trabajo, y dado que, muy probablemente, este sea el mes con menos entradas desde que abrí el blog, trato de ponerme (y ponerlos, chismosos) al día sobre los últimos acontecimientos en mi emocionante y aventurera vida. Veamos.
Después de dejar a un orco como alfiletero, y a otro como un unicornio para impedir que se llevaran al gnomo fastidioso en una bolsita en medio de la batalla que libraban con los hombres-lagarto del pantano, a cuyo chamán andábamos buscando por encargo de una ninfa...mmm...ok, no era eso lo que tenía que contar. Vida equivocada, lo siento. Empecemos de nuevo.
La vida real es aburrida (supongo que si, realmente, andara por ahí combatiendo a las fuerzas del mal a flechazos, rogaría por un poco de aburrimiento, pero uno siempre quiere lo que no tiene). Lo más "emocionante" de estos ultimos días fue que, al fin, le dije a mi jefa que no seguiré trabajando más allá de Diciembre. Al final quedamos para mediados de Enero a lo sumo, tras una larga diatriba sobre como las asistentes tardan más en aprender que en irse (y muchos pensamientos sarcásticos de mi yo loco), pero al fin tengo una "Fecha de Liberación". Lo único que pido es no volver a trabajar nunca con un abogado y menos atada a un escritorio en un trabajo que no requiera una pizca de imaginación. Sería genial trabajar en algo con música, hasta podría ser medianamente feliz dando clases de piano, pero en vista y considerando que mi formación musical es poco menos que Pobre tirando a Insatisfactorio (clasificación de TIMO's en Hogwarts: P=Pobre; I= Insatisfactorio; T=Troll), la idea se queda simplemente en un sueño algo vacío.
Lo único que sé a ciencia cierta es que no quiero tener nada que ver con un abogado en muchos, muchos años.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Noviembre

Cada vez me vuelvo menos original, las ideas se me agotan o, mejor dicho, las ideas siguen en mi cerebro, dando vueltas como un montón de moscas fastidiosas rondando a lo que queda de yo real. ¿Deprimida yo? Ja! No sé de dónde sacan esas ideas.

Mi cumpleaños vino y se fue, sin pena ni gloria y con, realmente, poco entusiasmo de mi parte. Me dí un atracón de mondongo y más libros en la Feria (que ya terminó, por cierto) y aún así, al final del día, sólo quería meterme a mi cama y llorar. Un sentimiento muy recurrente en los últimos días, debo admitir.

Como se habrán dado cuenta, llevo como un millón de días sin escribir, el tiempo más largo sin hacer una entrada desde que empecé este blog/sarta de tonterías. Quería comentar sobre mi poco animado ánimo cumpleañero, sobre "Sensatez y Sentimientos", "Matilda" y toda la plata que gasté en la Feria del Libro, sobre como mis amigos se dividen entre los que creen que soy la persona más alegre del universo y los que ven un poquito más allá de la fachada de sonrisas y se dan cuenta de deprimida que ando, sobre como volver a leer "Mujercitas" me trae conflictuada y dividida entre el deseo de aprender a estar agradecida por las pequeñas cosas buenas de la vida o la decepción que siento de mí misma al recordar como era cuando leí el libro por primera vez y cómo me veía en el futuro.

Ya sé, demasiados pensamientos incoherentes (y más frases mal construidas...supongamos que se me está pegando la poca lógica en redacción de los abogados), pero son los únicos que tengo últimamente. Pensé que algo de mi situación mejoraría con la llegada de la nueva ayudante a la oficina, al menos me quitaría la culpa de huir sin dejar a nadie para ayudar, pero resulta que la nueva ayudante (que, por cierto, es un sol de gente) planea huir incluso antes que yo). Dicen que ganarse la confianza de tu jefe es todo un logro, pero realmente desearía no haberlo hecho.