sábado, 23 de enero de 2016

Una primera vez para todo

En verdad, verdad os digo que este mes (espero no este año) se tomó muy en serio el reto de "sorpréndeme" de los ociosos que no saben qué más publicar en sus muros del face. Las cosas siguen sucediendo, una tras otra, grandes y pequeñas, sazonando un enero más que movido. Lo extraño de todo esto es que (aún) no me he echado en un rincón a llorar, incluso cuando no faltaban ni ganas ni motivos para hacerlo. Estoy recibiendo todo con una tranquilidad (casi) budista...o casi.
Por ejemplo, hoy que me aplacé por primera vez en un examen de tiro, no me puse a llorar, ni a lanzar maldiciones. Estaba decepcionada, pero dado que ya sé lo que hice mal, puedo tomar el examen en dos semanas más y hacerlo correctamente. Alguna vez tenía que pasar, reprobar un examen y eso, verdad?

jueves, 14 de enero de 2016

Enero movido

Al empezar este mes, con la certeza de mi desempleo y demás, tenía la (muy equivocada) impresión de que sería un enero muy tranquilo. Mis planes incluían entrenar (mucho), ayudar en los cursos de verano de Tiro con Arco, empezar a revisar tesis (y ponerme a eso muy en serio), y volver a mi música (me hace falta, como siempre). Resulta que lo único que he logrado cumplir de ese plan es entrenar, y sólo hasta por ahí. Me falta concentración para las revisiones, disciplina para la música, y tranquilidad, más que nada, para poder dedicarme a todo eso.
Como si todo se hubiera conjurado, he estado viviendo estos últimos días de susto en susto, y con muchas jaquecas de intensidad variada. No es divertido estar así. Pareciera que tengo más preocupaciones que cuando trabajaba.
Y para rematarla, hoy me despierto con la noticia de que Alan Rickman, el eterno Profesor Snape, falleció por cáncer. No es la mejor manera de empezar un día. Para nada.
Ni el año, si es el caso.


viernes, 1 de enero de 2016

Año Nuevo 2016

La verdad, no lo esperaba. Creo que no confío en mi suerte, pero estaba preparada para una ruptura difícil, de esas que dejan a las partes odiándose por siempre. Y de pronto, ¡tarán!, mágicamente todo salió bien. 
No puedo quejarme, fue una buena manera de terminar el año y empezar otro (algo) menos preocupada y asustada. No todo son buenas noticias, corazones  arcoiris vomitados por unicornios mágicos, pero no es tan terrible. Quiero empezar este nuevo año sintiéndome positiva, algo que tal vez no he sentido en muchos de mis anteriores inicios de año.