sábado, 28 de abril de 2012

Llegar al final

La anterior semana mi mamá volvió de su breve visita a Argentina y me trajo algunos librillos. En general,  siempre me siento muy feliz con cualquier cosa para leer que me traiga (y no crean que no estuve feliz), pero ahora estaba más desconcertada que otra cosa. Pasa que mi mamá me trajo dos libros que son el final de una colección o una saga.
Con el primero que leí, por obvias razones, no hubo tanto problema. "El fin de la Tercera Edad" es algo así como una recopilación de los borradores que escribió Tolkien antes de llegar a la versión final de "El Señor de los Anillos". Dado que me he leído ese libro más veces de las que puedo recordar, no había tanto problema en saber qué había pasado antes y que me había perdido. Lógicamente, a veces habían referencias a otros borradores que había mencionado en los libros anteriores (fíjense que éste es el cuarto) y yo no entendía qué rayos tenía que ver, aunque podía hacerme una idea.
De todas formas, era genial enterarse de los giros extraños que pudo tener la historia, o que algunos personajes no se llamaban así de entrada (Arwen era originalmente Finduilas). Había cosas que habían estado pensadas desde el inicio mismo de la historia, pero había muchos caminos por los que se podía haber llegado ahí, y Tolkien exploró varios antes de tomar su decisión. Realmente, la escritura lleva por caminos misteriosos...al menos, si dejas que te lleve.
El segundo libro que me trajo mi mamá si fue una complicación, aunque lo leí en menos de dos días (y eso que fue con largas pausas de por medio). Resultó ser la tercera parte de una trilogía (al menos eso decía la contraportada, aunque estoy segura que hay más) de una historia muy retorcida ubicada en el Japón feudal, lleno de señores de la guerra y demás. "Leyendas de los Otori. El Brillo de la Luna" me llevó al final de las aventuras de Otori Takeo, así que estuve como 50 páginas haciéndome un lío ubicando al Clan, la Tribu, los Ocultos, los Kikuta, los Muto, los Otori, los Shirakawa, qué problema tenían todos con los parias, dónde quedaba Maruyama, Hagi y demás ciudades latosas. Un embrollo.
Al final, sí entendí qué había pasado antes (al menos a grandes rasgos), pero aún así me quedé con la duda de cosas que daban por supuestas (varios ¿quién mató a quién? o ¿Qué es eso tan terrible que hizo pero que no quiere recordar?). 
Eso sí, a diferencia de "El fin de la Tercera Edad" que es un libro casi académico (un meta-libro), "Leyendas de los Otori" (que se supone es toda una aventura), se me hizo algo más pesado. Tal vez la autora estaba tratando de hacer más creíble a su personaje, haciéndolo hablar más "solemne", o tal vez la traducción no era la mejor, o simplemente, el estilo es pesado, pero había algo que desesperaba.
Y la nota curiosa: el libro casi termina en un tremendo terremoto que se carga a todo un ejército en el momento justo. Al terminar de leer la historia, me quedé un rato dormido y estaba soñando con samurais y katanas cuando empezó un sismo. No duró mucho ni fue muy fuerte (diga lo que diga la mayoría de la gente), pero fue raro despertarse con que todo temblaba y pensar por un segundo que ojalá se hundieran en la tierra todos esos pinches guerreros de Arai.

miércoles, 25 de abril de 2012

Justo...

Justo cuando una cree que las cosas probablemente empiecen a ir bien, que todo se encamina a salir de acuerdo al plan...justo pasa algo sobre lo que una no tiene control, pero que mueve todo el plan. 

martes, 24 de abril de 2012

No pienso llegar a anciana

No sé si alguna vez he comentado esto, pero es otra de las cosas que hacen mi vida medianamente interesante, que no es lo mismo que decir agradable. Mi abuelita cree ver fantasmas.
No es algo que suceda seguido, claro, de lo contrario no sería interesante, pero cuando sucede, mi abuelita se despierta al día siguiente o a mitad de la noche con la idea de que tienen que cambiarla de cuarto porque el suyo es pesado, que vio una sombra que entraba y se paraba al lado de su cama, o se desvanecía en el espejo, o algo así. No hay manera de convencerla de que, en realidad, sólo tuvo un mal sueño producto de comer tarde, o dormir en mala posición (o taparse toda la cara con las mantas, como suele hacer ella). 
Lo que hace el suceso aún más interesante es que ha pasado que algunas de sus "apariciones" han coincidido con la muerte de personas conocidas. Eso, por cierto, es escalofriante.
Por supuesto, cuando mi abuelita empieza con que pasó la sombra y demás, mi "instinto", por así decirlo, es contradecirla inmediatamente. Mi cuarto está directamente enfrente del suyo, si una sombra pasara y entrara, yo la vería antes que ella. Trato de ser paciente con ella, en especial con estas cosas que sé que le asustan mucho, pero llega un momento en que me saca de quicio.
Y eso me lleva a algo que me ha dicho alguna vez mi hermana en momentos de rabia: cuando sea vieja, también me pasarán esas cosas, y mis nietos tendrán conmigo la misma paciencia que yo tengo con mi abuelita, o sea, nada. Sé que en el mundo pasan cosas que no se pueden explicar, incluso un sacerdote dijo que mi abuelita es demasiado sensible a esas cosas y por eso las percibe, y mi mamá recuerda que esto no es nuevo, es algo que siempre le ha pasado (despertarse con pesadillas y ver cosas). Mi mente racional explica una y otra vez (a mis otras dos personalidades, que no están tan convencidas) de que esas cosas no pasan, son simples pesadillas, malos sueños provocados por el subconsciente y una mala digestión... y esa mala manía que tenían los papás antiguos de criar a sus hijos con cuentos del diablo en los espejos y aparecidos varios para que no se salieran de sus camas.
Pero cuando yo también me quedo a oscuras, me escurro entre mis mantas lo más rápido que puedo, cierro los ojos y trato de no pensar en las sombras que rondan a mi abuelita. 

domingo, 22 de abril de 2012

Desvelada

Como todos saben, suelo vivir con mis horarios al revés, no duermo hasta que es, al menos la una de la mañana y creo que las siestas de la tarde son saludables. Claro, la cosa de vivir al contrario de la gente normal, es que es voluntario y, por lo tanto, divertido. 
La cosa se pone fea cuando, a pesar de que es una hora en la que una suele estar despierta, resulta que no está de pie por propia voluntad, si no porque un bebé llora de hambre/cólicos/pañal mojado. Solía ser de esas personas que duermen como un cadáver aunque caiga una bomba al pie de la cama, pero parece que he perdido ese maravilloso talento. Ahora escucho todo, hasta el más mínimo quejido del bebé y no puedo volverme a dormir hasta asegurarme de que el pequeño ha vuelto al país de los sueños.
Resultado: llevo dos noches sin dormir, y mucho cansancio acumulado encima. Son las 10:20 p.m. y ya me caigo de sueño. Esto no es normal.

viernes, 20 de abril de 2012

Invasión

Resulta que esto debí contarlo el miércoles, pero entre un chiste y otro (no muy graciosos, por cierto), se me pasó. Ahora, resulta que mi hermana mayor y mi nuevo sobrino que nació el miércoles están instalados en mi cuarto.
No que me queje, pero resulta que no puedo quedarme con la luz encendida hasta tarde, tengo que mover mis latas de lugar porque tienen que poner la cuna, y probablemente no pueda dormir porque capaz y se le ocurre despertarse en la mitad de la noche. Creo que sí me quejo.
El bebé, lógicamente, es la cosita más dulce que hay en casa en este momento, digamos que su única competencia es mi otro sobrinito que, con 5 años, ha perdido gran parte de su dulzura inicial (mis hermanas y demás parientes no califican para "dulces" ni a balazos). Sólo por eso, puedo tolerar que llore de hambre y pañales mojados, lo malo es que mi "tolerancia" no se extiende a ningún otro miembro de mi familia.
Mientras escribo esto, toda mi familia está metida en mi cuarto viendo como bañan al bebé. Eso incluye a mi abuelita que no le da la gana de quitarse de mi cama (Dios sabe que otra de las cosas que odio es que se sienten en mi cama), mis papás, en el colmo de la dicha con su segundo nieto (así que no pueden parar de rondarlo), mis hermanas que no tienen nada mejor que hacer que ver bañarse al bebé, y mi cuñado que baña al bebé. Seis personas y un bebé, más la bloguera, metidos en un solo cuarto. O sea, más de lo que puedo tolerar con buen humor.
Con suerte, la situación no durará más de unos días, mi hermana y su pequeño pedacito de alegría se irán a su casa, en cuyo momento yo pasaré a extrañar al bebé y demás. De momento, soy feliz tolerando a los demás.

Lo que más odio

O al menos, tiene un lugar muy alto en mi escala particular de cosas detestables (creo que sólo está por debajo de "Odio que el mundo funcione con dinero"). Detesto a la gente que no dice las cosas de frente, que prefiere insultar y burlarse de otras personas a sus espaldas o con frases que parecen inocentes.
Pero lo que más detesto es que sean tan cobardes como para meterse con alguien que, por una razón u otra, no se defenderá o no entenderá que acaba de ser insultada. Si se creen tan inteligentes y ingeniosos, deberían meterse con alguien que pueda responderles en igualdad, ¿cierto?. Lastimosamente, ser rastrero está de moda.

martes, 17 de abril de 2012

Y al fin se pone interesante

Hace unos meses, Pottermore abrió su versión Beta, y mi sufrido novio y yo nos pasamos días y días explorando por ahí. Lastimosamente, entre un millón de gente dando vueltas (que, en realidad, no son muchos) y con muy pocos amigos cercanos que lograron conseguir cuenta, la diversión se acababa después de rendirte con las pociones, como fue mi caso (o de terminarlas todas, como en el caso de mi sufrido novio).
A eso, súmenle el hecho de que por mucho tiempo los duelos estuvieron sin funcionar, y tendrán con que dejé mi cuenta de Pottermore durmiendo el sueño de los justos, con esporádicas visitas a ventilar mi varita. Hace cosa de 3 semanas o por ahí, los duelos se activaron, pero con pocos amigos, no le hallé mucha gracia al asunto.
Por suerte, hace unos días, Pottermore, finalmente, se abrió al público. La mitad del Club ya se hizo una cuenta y nos hemos pasado dos días lanzándonos duelos unos a otros, o yendo a retar a alguna Casa sin parar. La víctima reciente es Slytherin, aunque echarles maldiciones a los Gryffindor también es divertido.
Ahora sí, la cosa promete. La competencia entre Casas se cuenta por millones, hay que ahorrar en galeones para llegar al siguiente curso con un fondito para los libros de Lockhart que seguro serán un asalto, hay que aplicarse en pociones, y seguir molestando a la gente de otras Casas por los pasillos. 
Hogwarts, ten cuidado! Meli está suelta!

miércoles, 11 de abril de 2012

De regreso al kinder

El estúpido Kinder o Jardín de Niños (iguales a pequeñas pestes) fue el primer lugar en que me di cuenta de que, definitivamente, no encajaba. Lógicamente, con mis tiernos 5 años no lograba captar exactamente qué era lo que me hacía diferente de la masa de niños (la verdad, ahora tampoco lo entiendo del todo, pero sé que ser más lista que los demás tiene mucho que ver), así que el kinder fue un largo suplicio.
Debo admitir que, en realidad, no recuerdo mucho de esa época (gracias a Dios), pero de todas formas estuve maś que feliz de salir de allí. Sé que ahí te enseñan las cosas más básicas como para que después no te hagas un embrollo con un lápiz y demás cosas, pero debo admitir que, de lo que recuerdo, era muy aburrido eso de escribir mil veces el mismo número, o hacer mil y un dibujos de papá, mamá y demás familiares. Un muermo.
Ya van 21 años de que dejé el kinder, y parece que hoy me hubiera vuelto a alcanzar. Pasé una buena parte de la tarde ayudando a mi sobrino a hacer su tarea, consistente en un calendario de febrero en que había que escribir 4 veces cada fecha. Espero que mi sobrino recuerde por siempre que el último febrero tenía 29 días, porque a mi se me quedó grabado por siempre. Que cosa más aburrida...

De aventura

Después de largos meses sin poder reunirnos, hemos vuelto a rolear. Tuvimos que cambiar de master, de mundo y de personajes, pero somos la misma pandilla de locos de siempre. Tanto así que ya comenzamos una pelea en un bar, una de las chicas tiene por profesión (que no Clase) la danza exótica, otra parece la distribuidora de estupefacientes, dos de los chicos estaban como la cuba, una estaba en pleno alucine y tuvimos que engañar a un sacerdote para que los hiciera reaccionar.
Además, tenemos las historias más extrañas del universo, que incluyen batallas crueles con los drows, familias malditas en que los hombres desaparecen, druidas con fama de drogos y demás. Vivimos todos en un mismo pueblo perdido en medio de la nada, así que nos conocemos desde la más remota infancia, pero estamos hartos de quedarnos ahí. Nuestra aventura comienza con todos decididos a irnos del mugre pueblo y descubrir el mundo.
La cosa ahora es sobrevivir a los posibles horrores que nos depara el destino...y la mente retorcida de nuestro nuevo master.

domingo, 8 de abril de 2012

Geografía

Siempre me gustaron los mapas, hasta ahora me gustan mucho. No me hice lío cuando, en colegio, nos mandaron de tarea hacer mapas de todo tipo de todos los continentes. Yo dibujaba, y pintaba y ponía nombrecitos en papelitos doblados que se estiraban como acordeón, y disfrutaba en general, mientras mis compañeras se quejaban, rezongaban, calcaban y pintaban de cualquier manera (¿Así o más friki).
Creo que tenía de ventaja que durante gran parte de mi infancia leí toneladas de libros de viajes, aventuras y locuras varias. Dibujaba cualquier lugar del mundo, y siempre tenía una gran idea de quiénes y qué podrían haber estado ahí y haciéndo Dios sabe qué locuras. Julio Verne fue un gran aliado, en ese sentido. Mientras las demás se quejaban, yo buscaba los mares donde el Capitán Nemo navegaba, donde los héroes griegos y romanos hacían idioteces, donde los ejércitos se formaban en las batallas (tal vez por eso ahora no me resigno a que la vida sea aburrida).
En pocas, la geografía jamás fue un problema para mí. Incluso podría haber dado la clase con la misma facilidad que la profesora.
Mi hermanita (qué grande está!) ha comenzado a estudiar geografía...y le está yendo como en feria, o sea, mal. Duda con los nombres, confunde mares, enreda ríos, las cordilleras se le pegan...y eso que sólo está en Europa, que es de los continentes más sencillos.

Gente

Siempre peco de ingenua en eso de conocer gente. Las personas sobre las que tengo una opinión formada, no importa si en buen o mal sentido, a veces (sólo a veces) me sorprenden.
Es genial si resulta que alguien sobre quién pensaba lo peor del universo, resulta ser una buena persona. Tal vez suceda que desconfíe un tiempo mal, pero si me convence de que, en verdad, me equivoqué con ella, puedo tragarme mis palabras sin mucho alboroto.
Lastimosamente, lo más frecuente es que las personas me decepcionen. En ningún caso creo que alguien sea perfecto (por favor, sé que ni siquiera mis padres son perfectos), pero me gusta pensar que la mayoría de la población mundial es, esencialmente, buena gente. Y entonces, pasa lo que suele pasar: ese alguien del que pensaba bien, al que creía esencialmente bueno, actúa o hace algo tan mezquino que sólo me queda pena.
A veces, una sola "mala acción" basta para deshacer una buena reputación...o destruir mi fe en alguien.

viernes, 6 de abril de 2012

¿Ayuno? Sí, seguro...

Viernes Santo. Día muy importante en el mundo cristiano (no importa de qué denominación sean, todos conmemoramos la Semana Santa). La Iglesia Católica indica que hoy no se debe comer carne roja, y se debe hacer un pequeño ayuno, etc, etc.
Me precio de ser católica, si no muy practicante, al menos creyente y respetuosa de algunas costumbres esenciales. Pero ¿cómo rayos se puede hacer ayuno si tu mamá (católica practicante y observante) se pasa la mañana preparando 4 platos distintos, eh? Eso es más comida de la que hace en un día normal...y más comida de la que ingiero en un día normal. En pocas, comí tanto (y eso que no toqué el arroz con leche) que ahorita no me puedo mover.
¿Santificar las fiestas con ayuno? Sí, después de que haga digestión, gracias.

martes, 3 de abril de 2012

Nunca digas nunca

Mi papá siempre ha sido aficionado a la tecnología. De él salió la idea de comprar una computadora para la casa cuando todavía yo era una niña tierna e inocente, probablemente, fui la primera en mi curso en presentar un trabajo hecho en computadora (mientras la demás, pobres niñas, seguían escribiendo a mano).
Después, también fue el impulsor de poner internet en casa, ese bien antiguo que ocupaba la línea de teléfono y hacía un ruido espantoso al conectarse. Por supuesto, no nos dejaba usar más de una hora, y como éramos niñas no se nos ocurrió protestar.
Así, sucesivamente, consiguió uno de los primeros celulares (un verdadero ladrillo), una laptop, pen drives, y cualquier cosa que saliera y que fuera una mejora de la anterior. Ahora, es de esas personas que no tiene conección a internet (bendita sea la banda ancha y el WiFi) y se sube por las paredes (igual que esta servidora).
Pero, he aquí algo que me pareció muy rayado de su parte, en cuanto se enteró d ela existencia del Facebook, del Twitter, y del Blogger (los tres, por intervención mía), se declaró enemigo acérrimo de "esas cosas de chismes". De hecho, a poco de comenzar este blog, me prohibió seguir publicando (de lógica, mucho caso no le hice). Hizo tremendo lío cuando se enteró que mi hermanita tenía una cuenta de Face (de hecho, creo que tiene dos), más que nada por no sé qué problema que se armó en su curso.
Y he aquí, que el enemigo declarado de las redes sociales acaba de unirse a una. Obviamente, tuve que lavarle el cerebro y decirle que mucha gente "seria" tiene facebook y/o Twitter, que se puede limitar el acceso a otras personas, y demás. Es gracioso tener a mi papá agregado a mi lista de amigos.

La tecnología me odia

Al menos, hoy lo hizo, y con mucho empeño, debo agregar. Si alguna desventaja tiene el Ubuntu (porque nada es perfecto en este mundo) es que no es compatible con muchos programas. De juegos y demás, no me hago lío (puedo meterme a la compu de mis hermanas y punto), pero de otros más específicos...sip, me hago problema.
Llevo desde la resurreción de Paquita usando sólo Ubuntu, y no tengo quejas, realmente. Pero hoy, desafortunadamente, tuve que volver a tratar con el Windows instalado en la otra partición de mi disco. ¿Para qué? Para poder pasar una partitura a Finale y exportar lo midis para el coro. 
Además de que tardó toda la vida en cargar (mucho más que mi Ubuntu, que en menos de un minuto ya está listo), se puso medio lerdo con más de un programa abierto. Admitamos que estaba usando uno que es bien pesado,pero igual me sacó de casillas.
Y como si eso no fuera poco, justo cuando termino de copiar la partirtura, resulta que el internet no funciona. Llamé al servicio técnico y resulta que el modem se desconfiguró. 
Si ahora estoy escribiendo, es de milagro. De todas formas, vendrán a cambiar el tal modem mañana... 
Sólo faltaba que se quemara la tele...

lunes, 2 de abril de 2012

And the winner is...

La esperadísima final de "The sing off" fue hace dos horas. Gané en dos de mis predicciones y mi recompensa fue un rico sandwich de mermelada de guayaba con dos quesos distintos.
Hubo dos presentaciones geniales, de todos los chicos y todas las chicas. Me gustó mucho más la de los hombres, y por mucho. La de las chicas...no sé, su coro no me acabó de convencer.
Eso sí, pensé que los 3 grupos que quedaban de finalistas iban a interpretar alguna última canción, algo así como la prueba final. Pero parece que decidieron no ponerles más presión encima, y...no cantaron nada, excepto "Pentatonix" que cantó "Eye of the tiger" después de recibir su gran premio y los abrazos de los Dartmouth Aires que se quedaron de segundos.
Así que, me quedé con sensación de poco, esperaba más de las finales de "The sing off". En fin, les dejo con mi interpretación favorita de los ganadores.