jueves, 21 de julio de 2016

Organizar

Hay una razón por la que siempre evado la responsabilidad de organizar casi cualquier cosa: La gente. Incluso si es gente que quiero, incluso si los considero mis amigos, incluso si confío lo bastante en ellos como para competir juntos. ¿Por qué? Porque, como dicen por ahí, en todas partes se cuecen habas, y nunca se puede dar el gusto a todos, a pesar de que tengas las intenciones de que todo salga bien.
Y heme aquí, ayudando a organizar un viaje de delegación. Ayudando digo porque creo que en realidad no hago nada más que recibir mensajes de las personas y transferirlos al canal adecuado, sugerir opciones y dar consejos y apoyo moral. Según yo, eso no es directamente "organizar", sólo ayudar a hacerlo, y de todas formas sigo ahí en el medio de la acción.
La acción, por cierto, es francamente agotadora y pone a prueba la paciencia del más santo. Yo no tengo mucha paciencia, aunque mis buenos modales me impiden mandar a la gente a paseo (o a lugares menos elegantes y más escatológicos). En especial, esta semana está resultando toda una prueba y recién es la madrugada del jueves. Parece que todo se junta, todo se acumula y se amontona, y aunque me deshaga de un tema, sale uno más. Otra vez, benditos los modales que me inculcaron mis padres para no gritar a la gente con mi mejor lenguaje de bucanero y salir dando portazos.
Estaré muy feliz cuando todo esto acabe y deje de sentirme responsable por todos.

domingo, 10 de julio de 2016

Enojada

Y tengo razón de estarlo, me parece.
No puedo creer que para hacer algo bien, tengamos que quedarnos fuera. Si queremos participar, que es para lo que nos hemos preparado, tenemos que caer en el juego de las ilegalidades y las mentiras, inventar cosas que no existen. Puede que ahora funcionen, pero después nos reventarán en la cara. Estamos en la situación de venderle nuestras conciencias a alguien que no lo merece, a cambio de una entrada, de un pase. ¿Recuerdan la escena de inicio de "El Padrino"? " Algún día, y puede que ese día no llegue, acudiré a ti y tendrás que servirme, pero hasta entonces amigo, acepta mi ayuda..." 
Aceptemos nuestra parte de la culpa: si esto nos pasa es porque nos quedamos tranquilos en vez de adelantarnos a un problema que sabíamos que existía. Culpar a las circunstancias no es la solución, igual que tampoco es solución vender nuestros principios.
Alegar que ceder para participar es muestra de un liderazgo fuerte, que es mejor vender los principios en vez de decepcionar a todos, es una completa contradicción.
Y si resulta que todos están de acuerdo en eso, son libres de hacerlo, así como yo soy libre de no ensuciar mi nombre y hacer lo que considero correcto.

miércoles, 6 de julio de 2016

Modernismo y modernidad

Escena típica de tardes de entrenamiento: Adrián, Vicky y Meli, los asistentes más constantes en las tardes de semana, se acercan a la línea de tiro, arcos en mano y flechas en el carcaj, concentrados en acertarle a la diana. De pronto, cualquiera de los tres voltea la vista hacia la derecha del campo, un área bastante seca con algunos hierbajos asomando de la tierra, y ve a cualquiera de los jugadores de fútbol que entrenan en las canchas cercanas haciendo pipí.
No es que no haya un baño cercano - de hecho, para muchos el baño está más cerca que la tierra seca con hierbajos -, así que sólo puedo atribuir sus idas a regar las hierbas secas a...fu, falta de educación (y de ubicación).
Hace unos días se inauguró un parque con esculturas de Dinosaurios en el pueblo cercano de Sacaba. A los pocos días, tuvieron que cerrarlo porque la gente que lo visitó destrozó todo lo que encontró a su paso: basureros rotos, áreas verdes llenas de restos de "picnics" y basura (es que lo basureros ya estaban rotos, imagino), niños subiendo por las esculturas como monos, y, como no, gente usando cualquier lugar que le cantaba como baño público. 
Y una dice ahí: ¿Qué les pasa? ¿Nadie les enseñó a comportarse en los lugares públicos? 
La respuesta obvia a la última pregunta es NO.
Hace varios años, en una clase de la Universidad, recuerdo que un docente nos decía que en este lado del mundo confundimos la Modernidad con el Modernismo: Llenar la ciudad de cemento, edificios y distribuidores sin ton ni son no nos hace modernos, eso es sólo posible con educación real y disponible para todos. 
Lastimosamente, las autoridades (y los ingenuos que votan por ellos) siguen llenando todo de armatostes sin sentido ni utilidad real. Tal vez un parque con dinosaurios de cementos es la más decente de sus ideas, pero en vista de que nadie lo aprecia ni lo cuida, es obvio que la solución no va por ese lado. Me pregunto si algún genio de planificación se le habrá ocurrido invertir dinero en políticas culturales. Peor aún, me pregunto si alguien le haría caso a ese hipotético genio alguna vez.
Incluso creo que me conformaría con que alguno de los futbolistas usar el baño...