miércoles, 28 de diciembre de 2016

Adiós, Princesa

Noticias viejas y todo eso, creí que tal vez se me pasaría un poco el espanto y la depresión si escribía esto un día después, pero con las noticias recientes y todo, pues no. Noticia vieja: Carrie Fisher, actriz, escritora y activista, murió ayer. Noticia nueva: Debbie Reynolds, su madre y actriz también, falleció hoy. No quisiera imaginarme cómo está esa familia.
Obviamente, soy parte de las personas que conocieron a Carrie Fisher como la justamente famosa y siempre impresionante Princesa - General Leia Organa de "Star Wars". Al lado de las princesas de Disney de los cuentos tradicionales que nos encajan a las niñas hasta por las orejas, Leia era refrescante y atrevida, algo más que una cara bonita. Tal vez tuvieran que rescatarla del Imperio en la primera película de la saga, pero su "rescate" fue más una necesidad de que le abrieran la puerta porque después de eso era bastante evidente que ella solita podía defenderse muy bien, gracias. Leia era impresionante para su época, y sigue siendo todo un símbolo (más allá del bikini de metal y el peinado de teléfonos).
Por otra parte, la Carrie Fisher de la vida real tuvo una vida tan complicada como la de Leia, a su propio estilo. Como cualquier persona de carne y hueso, tuvo sus debilidades y sus grandes logros. No voy a mentir y decir que seguí su vida y obra con dedicación, pero incluso una gran desinformada como yo se enteró de sus problemas con las drogas y de sus libros publicados. Con el estreno de "El Despertar de la Fuerza" el año pasado, volvió al primer plano de las noticias (para que le recordaran nada cortésmente que no se veía ya como la joven Leia...qué gente) y salió en varios programas de entrevistas y demás. Era interesante y divertido ver como era capaz de reírse de ella misma y de los muchos problemas que tuvo en vida, y contar una buena historia sin hacer mucho drama o jugar a la víctima. En muchas maneras, era muy parecida a Leia: valiente, divertida, luchadora, dispuesta a ser algo más que la chica linda en escena, y a ayudar a los demás (conocidos o no) por las mismas cosas que le tocaron vivir.
A pesar de sus muchas caídas y debilidades, es difícil no admirar y querer a una persona así, incluso si no la conoces en carne y hueso.

lunes, 19 de diciembre de 2016

La Fuerza está conmigo, y yo soy uno con la Fuerza

No era parte del plan, pero ayer nos mandamos a lo loco al cine a ver "Rogue One". Como buena fan de Star Wars, me dolió perderme el estreno (es frustrante saber que otras personas ven una peli que esperaba antes que yo), y cuando empezaron a llover los comentarios y las buenas críticas, ya me puse impaciente. Es bueno que mi esposito también disfrute de ir al cine y de Star Wars.



Salí alucinando del cine. La película sobrepasó todas las expectativas que podría haber tenido sobre una premisa tan "sencilla" como que es la historia de cómo se robaron los planos de la primera Estrella de la Muerte. Viendo el desarrollo de toda esa trama, aprovecharon muy bien la idea inicial de la falla del ducto que llevaba hasta el reactor central, y pusieron alrededor a personajes nada despreciables.
Felicity Jones lo hace bien como Jyn Erso, la hija del científico a cargo del diseño de la Estrella de la Muerte, pero Diego Luna como Cassian Andor, el oficial de inteligencia de la Alianza, es increíblemente bueno. Menos cínico y la vez más moralmente dudoso durante buena parte de la historia, se nota que trabajaron bien a este personaje. De los personajes secundarios, no sé cuál me gustó más, aunque el androide K-2 y Chirrut son, para mí, los más disfrutables. Y, por supuesto, Darth Vader aparece una vez más mostrando por qué es uno de los mejores villanos del cine. Simplemente, impresionante.
Lo más loable de la historia es que está tan bien construida que no se hecha de menos a los personajes  de la saga central, a pesar de que hay varias referencias a ellos. Tiene mérito por sí misma e ilustra bien la lucha de la Alianza y los Rebeldes en el tiempo en que el Imperio estaba en la cima de su poder y parecía que era imposible de enfrentar. Una guerra siempre trae consigo sacrificios grandes, y fue bueno que Disney no tratara de suavizar o edulcorar demasiado ese aspecto, porque no hubieara resultado creíble (porque las guerras interestelares en una galaxia muy lejana son super realistas).
Si se podría encontrarle un defecto es el aspecto de los personajes creados digitalmente. Aún es algo en que falta mucho, las texturas de la piel son difíciles de lograr y son demasiado evidentes, incluso para un ojo no entrenado. De todas formas, en mi opinión, y comparado con la historia, los personajes y los otros efectos, se trata de algo que puedo pasar alegremente por alto en pro de disfrutar el todo.
La música, aunque no fuera del gran John Williams (señor Williams, soy su fan), es muy buena. Michael Giacchino (señor Gaicchino, tb soy su fan) se las arregla para tomar sólo algunos fragmentos destacados de la música de la saga principal, y componer una nueva música sólo de esta historia. Si la idea era darle un carácter propio a la película, como trama separada pero parte del mismo universo, lo hizo y con creces. Aunque esperaba el famoso acorde inicial de todas las películas de Star Wars, a medida que avanzaba la película, me di cuenta de que realmente no extrañaba mucho la reconocida música del señor Williams.
Sólo me arrepiento de una cosa en relación a esta peli: la disfruté tanto que estoy con un cargo de conciencia bárbaro por no haber llevado a mi santa madre a verla. 

martes, 6 de diciembre de 2016

De regreso de Tarija

Fueron cuatro largos días que estuvimos allá, tres de ellos compitiendo y disfrutando los sabotajes del clima a nuestras flechas. Vientos que venían de todas partes y que no permitían compensar, calor insoportable incluso con el cielo nublado. Hubo un momento en que me sentía como en Chapare: demasiada humedad para mi gusto.
Eso sí, Tarija (lo que pude ver) es una ciudad muy linda: chiquita, limpia, ordenada, verdecita, un poco cara pero nada extraordinario, y los tarijeños son buenas gentes. En todo nuestro cansancio por el campeonato, y la frustración por los retrasos y el clima, fue un buen viaje que todos disfrutamos. Y eso que terminamos medio insolados y excesivamente bronceados.
El campeonato mismo tuvo sus altibajos, aunque lo más memorable en general fue la gran caída de los eternos favoritos, o al menos de los que siempre acababan en lo alto del medallero. A varios los eliminaron en las eliminatorias, antes o después, los más llegaron a medalla de bronce como mucho...que no es malo, por cierto.
A mí me fue bastante bien, aunque no tan bien como hubiera querido. Lo malo de ganar una vez es que todos esperan que lo vuelvas a hacer, empezando por una misma. Una medalla de plata en individual y una de bronce en equipo mixto no están mal, pero me hubiera gustado llevarme el oro de nuevo.
Y con eso se terminan los campeonatos del año. Como balance general, fue un año raro en cuanto a campeonatos: Pasé de estar en el fondo de la clasificación en marzo, a llevarme el oro en agosto y la plata hace unos días. El trabajo duro rinde sus resultados.

lunes, 28 de noviembre de 2016

El largo camino a Tarija

Para ustedes, queridos saltamontes que me leen allende los mares, una pequeña contextualización. Tarija es una ciudad del sur de Bolivia, conocida por sus vinos y...bueno, no sé por qué más es conocida porque jamás he estado allí. Sin embargo, es algo que pienso solucionar en unos días, considerando que el siguiente Campeonato Nacional de Tiro con Arco será allí.
Al parecer, Tarija tiene un excelente clima y habitantes amables (conocidos por una forma de hablar medio cantadita). Su gran desventaja es que es lejos, lejos, muy lejos de las ciudades principales de Bolivia, entre las que está Cochabamba. El viaje se puede hacer por tierra, pero son 18 horas de viaje que implicarían llegar molidos a disparar, incluso con el "día libre" que tiene la convocatoria, un día en que sólo tenemos que llegar y esperar el día siguiente para disparar. La opción es ir en avión, incluso aunque el costo sea bastante elevado. Lastimosamente, es lo que hay.
La búsqueda de transporte es sólo una de las varias dificultades con las que nos hemos topado preparando este viaje. La más reciente: uniformes. Salimos el jueves, y hoy lunes nos encontramos con que nuestra solicitud de poleras y pantalones deportivos sigue paralizada porque el encargado está de baja por enfermedad. Yupi. 
Soluciones drásticas: comprar poleras económicas (aunque no desesperadamente económicas) y hacerles bordar el escudo de Cochabamba. De todas formas, es un evento deportivo, no un concurso de modas para que estemos pensando en complicarnos la existencia con diseños a estas alturas del baile.
Para el anterior viaje, también estuve en medio de la acción tratando de ayudar, y acabé medio histérica con todas las dificultades. Y también acabé ganando en mi categoría. 
Espero que las dificultades sean un buen augurio.


sábado, 19 de noviembre de 2016

El regreso al mundo mágico

Hace unos días, fuimos con los chicos del Club al estreno de "Animales Fantásticos y dónde encontrarlos", para nosotros, el estreno más esperado del año. Aunque todos tuviéramos dudas, algunos más que otros, sobre lo que podrían traernos en una nueva saga sobre el mundo mágico (y más a la vista de lo que pasó con "El Hobbit"), no dejaba de ser una perspectiva emocionante.


A excepción de algunos detalles (ejem Johnny Depp ejem), la película está increíblemente buena: Bien contada, bien actuada, llena de detalles informativos e historia. Aunque es un spin-off de la saga de Harry Potter, sólo tienen en común el marco del mundo mágico...y una conexión histórica, pero que no era completamente inesperada (mi Ojo Interior me dice que seguramente llevarán la historia por ese lado). La historia se enmarca en un tiempo previo, un continente distinto, e incluso una sociedad distinta y con otro desarrollo, sus reglas e historia previa se distancian del mundo mágico británico que ya conocíamos.
Newt Scamander, interpretado por Eddy Redmayne, es la encarnación de un Hufflepuff hecho y derecho, noble y compasivo, algo ingenuo, bastante valiente, y gran conocedor de su campo. En pocas palabras, completamente adorable. Llega a New York con una misión clara, y se mete en un montón de líos por culpa de escarbato (un hermoso bichito cleptómano), que acaba mostrando un serio problema en el gobierno mágico estadounidense, además de poner en evidencias sus reglas arcaicas en cuanto a la relación con los muggles (la palabra no-maj aún no me convence), justamente por hacer amistad con un muggle tan ingenuo y noble como él.
Aunque algunos giros eran predecibles (para mi esposito eran evidentes), la historia se disfruta y los personajes despiertan las emociones que deben despertar en la audiencia. Eso sí, unos días antes ya había salido la noticia de Johnny Depp haría de Grindelwald pero (ALERTA DE SPOILERS) no esperaba verlo tan pronto. A diferencia de mi esposito, estoy dispuesta a darle el beneficio de la duda, es un buen actor pero desde Jack Sparrow que todos sus personajes son una copia del pirata: extravagantes, exagerados, más o menos interesantes, pero no realmente buenas interpretaciones. Como que sus personajes se pierde bajo la exageración de maquillaje y de histrionismo, y queda Johnny Depp exagerado pero siempre igual. Y lo primero que hacen es ponerle maquillaje para que sea Grindelwald...
Definitivamente, una peli que vale la pena ver, más allá de si son fanáticos de Harry Potter o no. Tiene su propio encanto y su propia magia.

p.d. Por cierto, al que se "encontró" mi celular en el CINE CENTER y lo apagó inmediatamente para no devolverlo: Eso se llama robar, incluso si lo encontraste, y me arruinaste lo que tenía que ser una buena noche. Te odio.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Consuelo literario

Considerando que esta ha sido, francamente, la semana del desastre (absoluto desastre que prefiero no tener que recordar), he estado más que de costumbre hundida en los libros que (aún) no termino de leer desde la Feria del libro. Las víctimas de esta semana fueron mis últimas adquisiciones de obras de Jane Austen (una de mis favoritas de todos los tiempos).
"Mansfield Park", junto con "Northanger Abbey", es una de las obras de Austen a las que menos bola le he dado por mucho tiempo. Lógicamente, y de lejos, mi favorita es "Orgullo y Prejuicio" (es para de mi tratamiento contra la tristeza). Aunque pueda parecer un re-cuento de la Cenicienta, "Mansfield Park" es más densa que eso. 
Fanny Price ciertamente cae en el molde la Cenicienta: pobre, criada en una familia que la desprecia, pero bonita, servicial, leal y cariñosa con su familia, y altamente virtuosa. Tan virtuosa que la mitad del tiempo del tiempo dan ganas de sacudirla para que se deje de tanto recato y diga algunas cosas que piensa pero se traga para no ser "desagradecida", y como la otra mitad anda sufriendo de mal de amores y lloriqueando por ahí...bueno, que no sé si Fanny me agrada o me desagrada. Austen muestra a través de ella todas sus ideas sobre moralidad y corrección, y estoy de acuerdo con muchas, excepto con eso de tragarse las cosas y lloriquear por los rincones.
En el pequeño mundo de Fanny, educada por sus parientes ricos que la miran de lado, se hacen evidentes todos los problemas de criar a personas con muchos conocimientos pero sin valores morales que les hagan contraparte. Aunque Austen siempre se refiere a las mujeres de sus novelas como personas cultas y educadas, sin importar sus situaciones económicas o familiares, y hace énfasis en sus elevado carácter moral, en esta novela todos las situaciones que se desencadenan alrededor de Fanny son consecuencia de la falta de principios de todos los implicados (menos de Fanny, obviamente) y a lo largo de toda la obra se lo subraya una y otra vez. Algunos no terminan bien (nada bien), y otros (los que tienen menos culpa o más oportunidad de revisar sus conductas) vuelven al camino correcto. Y, obviamente, de nuevo, Fanny vive feliz con su amado.
"Lady Susan", por otra parte, es el extremo opuesto de la virtuosa Fanny Price. Algo "entrada en años", es bonita, calculadora, y demasiado inteligente y falta de principios (igual que la Srta. Mary Crawford de Mansfield...o casi). Pero con ella, Austen es más blanda y se la toma con bastante humor. La obra es muy corta y está narrada en cartas de la misma Lady Susan y las personas que se relacionan con ella en el tiempo de la historia. Creo que lo más interesante ahí es lo bien que Austen se las arregla para caractizar a sus personajes por sus cartas, para cambiar de una voz a la otra sin enredarse y hacerlas creíbles a todas.
Lastimosamente, la segunda y tercera parte del libro en que está "Lady Susan" son lo que tenía avanzado de historias que dejó sin terminar. "Los Watson" y "Sanditon" empiezan bien y se ve que se pondrían más entretenidas y sarcásticas. Una lástima que no lograra terminarlas...es frustrante leer algo que no se sabe cómo terminara a ciencia cierta (y no me vengan con los varios intentos de terminar ambas historias, seguiría sabiendo que no son Jane Austen y me sentiría algo frustrada igual).

jueves, 3 de noviembre de 2016

31

Curiosamente, desde que cumplí 30 el año pasado (lógica 101, por favor), no me he sentido más vieja, incluso cuando los días se acercaban inminentemente a mi cumpleaños número 31. Tal vez sea que juntarme con gente mucho más joven que yo y que, curiosamente también, me consideran una más de ellos (aunque a algunos casi los doble en edad). Tal vez sea que los amigos de mi edad se portan cada vez más seriecitos (y eso que tampoco son el epítome de la madurez) y yo no lo logro (Síndrome de Peter Pan al mando). Tal vez sea, simplemente, hacer un deporte que disfruto, algo que hasta hace año y medio consideraba poco menos que imposible (siendo una de esas imposibilidades el que YO hiciera algún DEPORTE).
O tal vez, aún mejor, sea una mezcla de todas las anteriores lo que hace que me sienta más "joven" de lo que en realidad debería sentirme (¿tiene sentido eso?). Aunque me dan mis ratos de crisis existencial, debo admitir que sigo sintiéndome contenta de ser quien soy, tener lo que tengo, y estar donde estoy. Podría pedir aún muchas cosas (entre ellas un arco Hoyt del modelo que salió hace unos días), pero no puedo quejarme de las que ya tengo.
Y como para terminar de redondear un buen día, subieron el video de uno de mis mejores momentos de este año.

martes, 25 de octubre de 2016

Burocracia...otra vez

Como decía Mafalda en una de las tiras, "hay días en que lo malo de uno son los demás". Últimamente, así como en los últimos meses, ese papel ha sido ampliamente cubierto por la dirigencia deportiva con la que nos toca lidiar. Cualquiera diría que, siendo como somos, un deporte nuevo de Bolivia, en el que todavía no hay (o no debería haber) intereses que no sean los relacionados directamente al mismo deporte, estaríamos libres de esos tejemenejes. Pero, al parecer, en todas partes se cuecen habas, en especial en nuestro medio, tan rencoroso y poco dado al progreso colectivo.
Lo triste (y a la vez patético) es que se aprovechan de los mecanismos que ellos mismos, como dirigencia, deberían facilitar. Complican la existencia, hacen dramas de manerismos y formas de comunicación (como si fueran los reyes del universo, a los que hay que rendirles pleitesía), y son rápidos a responder para "poner en su sitio" a los que se dirigen a ellos. Pero cuando se les solicita un documento, un simple documento que ellos cometieron el error de no enviar de entrada, tardan toda la vida y responden otra cosa a lo pedido.
No sé cómo los demás afiliados aguantan esos tratos. Probablemente, les sean indiferentes y se los tomen como de quienes vienen. Lo que significaría que nosotros somos los exagerados.
Lastimosamente, sé que no lo somos. Así que nos quedaremos con que ellos son los rayados. Todos los ellos. 

viernes, 14 de octubre de 2016

Papeles, papelitos y papelones

Haré uso de una de las frases más recurrentes en el libro que acabo de terminar de leer para el título de esta entrada que trata, justamente, sobre ese libro. Podría ponerme rebuscada y clavarle algo bien sesudo sobre la educación y pajas (el tema del libro), pero ya ando medio dormida.
Hace cosa de un año o más, mi esposito me leyó una entrada en facebook de uno de sus estudiantes: el pobre, después de un largo peregrinaje por la burocracia de las autoridades de educación regionales (papel, papel y más papel), había sido condenado (papelón de papelones) a repetir un curso de la secundaria (o, más bien, los exámenes), que en su época (y en la mía, que tenemos la misma edad pues) era 1° y ahora es 3° (papa patata), para poder darle su Título de Bachiller (papel). Hay que reconocer que el chico se lo tomaba con filosofía y buen humor. Yo me hubiera pegado un tiro.
El pobre condenado le puso al mal tiempo buena cara, agarró al toro por los cuernos (la mayor parte del tiempo) y se fue a dar los exámenes que le hacían falta. En el camino, se dio cuenta de que la educación en nuestro pobre país no ha cambiado desde que pasó el mismo curso hace 15 años...y de la burocracia no hablemos.
Y es que es realmente aterrador ver que los contenidos de las materias no han cambiado absolutamente nada con los años. Recuerdo que hace unos, cuando mi hermana menor seguía en el colegio y estudiaba geografía, le di una revisión a su texto y me encontré con que Yugoslavia estaba todavía entre los países de Europa, y mi hermana debía memorizar eso y repetirlo en su examen como un periquito. Yugoslavia. Como para echarle sal a la herida, era exactamente el mismo libro de texto que mi esposito había usado en el mismo colegio que mi hermana en sus años de colegio. Exactamente el mismo.
En su estilo, medio cómico y medio filosófico, el autor cuenta sus aventuras lidiando con el sistema escolar boliviano: profesores buena gente, profesores despreocupados, compañeros interesantemente reflexivos, y conocimientos que en la vida se vuelven a usar (al menos, todos creemos eso...hasta que por un horrible error te manden de vuelta al colegio a re-memorizar todo eso para el rato del examen y borrarlo de los recuerdos inmediatamente después). 
Lo cierto, y en eso coincido con el chango, es que no se puede aprender nada si realmente no te interesa, si no te apasiona...o si no te lo hacen mínimamente interesante. No todos servimos para lo mismo, y aunque algunos (como yo) parecen tener el don de sacar buenas notas en todas las materias, no significa que en realidad hayamos aprendido algo (si me pusieran una de esas ecuaciones químicas que resolvía con los ojos cerrados en colegio, no sabría que hacer con ella hoy en día).
Por supuesto, los adultos siempre levantan el argumento de la "cultura general" para mandar a aprender todas esas cosas, y la "flojera" y falta de voluntad de la juventud para ponerle "empeño" a los estudios. El colegio te deja una leve (muy leve) capa de "cultura general" y un gran desinterés por el aprendizaje, además de la idea de que memorizar es lo mismo que aprender y es suficiente para obtener las tan deseadas buenas notas, que en no reflejan nada sobre los conocimientos.
Y también es por eso que aún no tengo hijos (entre otras cosas), porque me dan pesadillas pensando en qué colegios tendŕe que ponerlos a estudiar, o con qué profesores les tocará lidiar (ojalá no con una como la profesora de literatura que me dijo que Marte, el dios de la guerra, era mujer).
Atte.
La mejor alumna y abanderada de su promoción


lunes, 10 de octubre de 2016

Cerdo machista

Generalmente, no me interesa la política de EE.UU (lo que, probablemente, dice muy mal de mi madurez o algo así...se supone que es algo que le importa a la gente adulta), aunque empecé a prestarle algo de atención en el momento en el que Trump saltó a la palestra diciendo estupideces, y demostrando que siempre hay gente ignorante dispuesta a apoyar a un loco. 
Lo que empezó casi como un chiste, está tomando pintas muy feas, y más desde que el fulano ese ganó la candidatura del Partido Republicano. Al parecer, soltar insultos y estupideces a diestra y siniestra no es tan mala estrategia como una persona con algo de sentido común podría pensar. Y al parecer también, el sentido común está en extinción.
Pero, la anterior semana, como para echarle un poco de sazón a la cosa, y como para probar que,  realmente, Trump es un cerdo, el Washington Post sacó una grabación de Trump de hace unos años. Para qué voy a repetir lo que ya todos deben saber, y que provocó que su partido le esté retirando su apoyo.
Obviamente, Trump se "disculpó", aunque su disculpa sonó demasiado a una justificación soberbia, diciendo que fue "una charla entre hombres". Porque, obviamente, en una charla entre hombres es aceptable hablar así de las mujeres, es comprensible que un hombre público diga y piense esas cosas, no es para tanto drama, por favor. Y eso sale de la boca de un hombre que dice "amar y respetar a las mujeres" en cada acto público que puede. Me conmueve ese amor y respeto...
Y es que es realmente una barbaridad que su justificación sea esa, una charla de hombres. Después se preguntan de dónde salen el machismo y la cosificación de la mujer. Para que se vayan enterando es de ideas como esas: que está bien que los hombres hablen así de las mujeres entre ellos porque creen tener el derecho a hacerlo. Que los hombres piensen que es normal pensar así y expresarlo "entre hombres", aunque se llenen la boca de palabras que no entienden (como "respeto") delante de los demás para quedar bien.
Pensar que alguien así tiene chances de llegar a tener a la mitad del mundo por el mango...Dios nos libre.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Los tiempos han cambiado

Recuerdo el tiempo en que ir a ensayar con el coro me hacía feliz. Veía a mis amigos, hacía lo que me gustaba, y aunque no siempre estaba de acuerdo con algunas decisiones o situaciones, siempre acababa disfrutándolo.
Tal vez es que ando muy cansada, tal vez sea que mis prioridades han cambiado (para moverse al mundo del deporte, quién lo diría), tal vez también afecte que el coro mismo ha cambiado en estos años, y muy radicalmente en estos últimos meses, pero las cosas ya no son las mismas. No me malentiendan: aún amo la música y cantar es algo sin lo que no puedo vivir (el día que pase sin que yo me ponga a cantar a grito pelado en cualquier parte, teman), pero este último tiempo en el coro me trae más dolores de cabeza que otra cosa.
Siendo honesta, creo que no me estoy tomando bien los cambios...ni la dirección actual del coro, y no ayuda que varios de los nuevos integrantes no logre pasarlos ni con llajua, como se dice por aquí. Tal vez parte del problema sea que he generado un pequeño complejo de superioridad, pero ni admitiendo eso logro entender cómo algunos califican ciertas cosas de "buenas" y "muy musicales" y yo sólo escuche voces que parecen cornetas de año nuevo.
Puedo tener muchos problemas, pero sorda no estoy todavía.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Cómo invocar la lluvia

Estos meses de invierno, Cochabamba ha estado pasando por una sequía muy fea. De más está decir que en los pueblos se han declarado en emergencia porque las cosechas y los animales se fueron al cuerno por la falta de agua. En la ciudad, el suministros de agua está racionado y lavar la ropa una vez a la semana se está volviendo un lujo. 
Pero, lo interesante del caso es que recién hace unos pocos días caí en cuenta de que esta situación es culpa nuestra, de mi esposito y mía (ni crean que me voy a echar toda la culpa). Debimos considerar la fuerzas sobrenaturales que estábamos manejando, pero no lo hicimos. Las ignoramos y ahora toda la ciudad paga el precio.
Sucede que Auror, nuestro pequeño bebé precioso, tiene una línea directa con San Pedro, San Severino, el meteorólogo o quién sea que esté a cargo de las lluvias. Cada vez que decimos que ya le toca baño, o que se bañará el fin de semana, o algo por el estilo, empieza a llover. Sin falta. Ha escapado del baño así un montón de veces. Nos pasamos al método de deletrear b-a-ñ-o para confundirlo, pero sólo funcionará hasta que caiga en cuenta de cómo funcionan las letras (y considerando que es un perrito muy listo, no creo que tarde mucho).
Cometimos el error de decir en voz muy alta, al inicio de este invierno, que no se bañaría hasta que empezara la primavera... y ya ven. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. No puedo, en ningún caso, culpar a Auror. Digo, sin el incentivo correcto para usar sus poderes, ¿por qué usarlos?
En cuanto caímos en cuenta de lo que habíamos hecho, empezamos a hablar de baños y fines de semana, duchas y bañeras, shampoo y toallas. Como un reloj, hoy cayó la tan esperada lluvia, y justo cuando empezamos la primavera.
Auror estará bajo amenaza todo el verano.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Cuentos de mi infancia

Hace unos días (un par de semanas, en realidad), fuimos a la fiesta de cumpleaños de mi sobrino. Creo que no tengo que aclarar que la horda de niños malcriados (y madres más malcriadas, créanme) sacaron lo mejor de mi autocontrol y rápidamente huí a esconderme en algún dormitorio. Felizmente, me topé con el librero de mi hermana, y recordé que debía realizar un búsqueda importante: el libro verde de Cuentos Rusos.
Este libro tiene una historia interesante (al menos, es interesante en mi cabeza). Mi papá, como buen becado a la ex URSS, tenía una afición por comprar libros de la Editorial MIR de Moscú y otros varios. No tengo ideas si los libros eran comunes y fáciles de encontrar o no, pero los que más recuerdo son las revistas Misha, y dos libros de cuentos. Uno de los libros, según las justas reparticiones de la casa es mío, y el otro, lógicamente, de mi hermana mayor. 
Lastimosamente, cuando nos mudamos a Cochabamba, mi papá, hombre siempre práctico, regaló las Misha (me partió el alma que lo hiciera, por cierto, esas revistas eran geniales). Mi libro de cuentos aún lo conservo en buen estado, y el de mi hermana...pues perdió la sobrecubierta hace unos años, y después le perdí el rastro. 
Si algo tenemos en común con mi hermana es que, al mudarnos de casa, de las primeras cosas que sacamos fueron los libros que consideramos propios. Yo me llevé mis "Cuentos de Aliónushka", y ella se llevó los Cuentos populares Rusos de Afanásiev. En fin, que encontré el libro en cuestión en medio del cumpleaños.
Ya que era técnicamente imposible que lo escaneara con el celular antes de que terminara la fiesta (además que tenía que ayudar con la comida), apelé a la generosidad de mi hermana...y le ofrecí copiarle el libro de Aliónushka (obvio que ella quiere mi libro, igual que yo quiero el suyo) para que me permitiera llevármelo a casa. 
Recordaba algunos de los cuentos a grandes rasgos, y de otros no me acordaba nada. Al volver a leerlos, reí a carcajadas y recordé por qué despreciaba un poco a las princesas de Disney. Aunque en estos cuentos rusos también a varias "damas en peligro" que necesitan ser rescatadas, ninguna es precisamente tonta. Por otra parte, hay varias que son astutas y que, aunque son mostradas como mujeres algo caprichosas y mandonas, hay que reconocerles que les sacaban las castañas del fuego a varios de los príncipes de las historias.
Creo que lo más genial de los cuentos era que, a diferencia de muchos cuentos infantiles, los personajes necesitaban ser algo más que sólo "buenos" para lograr su final feliz. La inteligencia y la astucia eran las más necesarias para sobrevivir en un mundo en que podían mandar a cualquiera a enfrentar fuerzas sobrenaturales, aunque la ayuda de la magia tampoco estaba de más, pero la simple magia sin que el personaje estuviera un paso delante no tenía sentido. 
La pena es que buscando una imagen de la portada que recuerdo, me enteré que el libro verde es parte de una colección. Hay un libro rojo y uno azul con otros cuentos que jamás leí, eso es más que suficiente para volverme loca. 

jueves, 8 de septiembre de 2016

Esperanzas dudosas

Tal vez sea pura paranoia mía, pero me sucede (frecuentemente) que cuando empiezo a comentar con familia o amigos sobre algún proyecto futuro o sobre algo que espero que ocurra...termina por no ocurrir. En cierta forma, eso me ha vuelto un poco cautelosa sobre lo que comento sobre mis futuros planes. 
Claro que, también, tiene su lado "útil", cuando comento cosas que tal vez pero no deseo que se cumplan, algo así como voltear la maldición a mi favor. No es muy frecuente, pero hay que agarrar la felicidad dónde se pueda, y después poner cara de circunstancias.
Y ahora hay algo grande, realmente grande, en el no tan distante futuro, y he cometido el error de comentarlo más de lo necesario. Al demonio la cautela, era algo demasiado bueno para callarlo, aunque, siendo honesta, también estaba metido mi algo desmedido orgullo (que muchas veces es infundado), pero ahora temo que la maldición vuelva a alcanzarme y me quede con las ganas.
Maldita sea mi bocota... 

lunes, 22 de agosto de 2016

19 años después

Las consecuencias de nuestras acciones son siempre tan complicadas, tan diversas, que predecir el futuro resulta ser un negocio muy difícil en sí.  - Albus Dumbledore

Y entre tanta vuelta, también me olvidé poner mi sesuda y elaborada opinión sobre el nuevo libro de Harry Potter, y eso que lo conseguimos aquí a los pocos días del lanzamiento (benditos los contactos y amigos de mi esposito). Para empezar, tendría que aclarar que no es una novela sobre Harry, sino una obra de teatro sobre su hijo Albus que comienza exactamente donde lo dejamos la última vez: King's Cross, 19 años después de la caída de Voldemort, el día en que Albus debía viajar a Hogwarts por primera vez.
Al terminar el 7° libro de la saga, la sensación era que todo iría bien en el mundo mágico y en la vida de Harry. No se puede negar que siempre hay problemas (y que el Niño que vivió los atrae como un imán), pero esperaba lo mejor para sus hijos. Digo, el pobre Albus ya estaba lo bastante fregado con el nombre que le clavaron.
Resultó que no. Albus Severus Potter estaba fregado como su padre (no tanto, pero por ahí) desde el momento en que se subió al tren, empeorando cuando se puso bajo el Sombrero Seleccionador y rematando en las clases. Eso bastaría para volver amargado a cualquier niño.
Lógicamente, el libro no tiene la profundidad de las novelas, aunque hay anotaciones sobre las emociones de los personajes y detalles de las escenas a medida que la historia avanza, y se puede colegir mucho de los diálogos. Es un consuelo saber que Harry sigue siendo bastante ingenuo a pesar de ser un hombre ya adulto, lo que puede ser desesperante en muchos momentos, y es fácil identificarse con la crisis emocional de Albus (todo un Potter y digno hijo de su padre en ese aspecto). Ron y Hermione son...bueno, son ellos mismos como siempre.
Aparte de los viejos personajes, hay varios nuevos, algunos que aparecieron en el epílogo y otros que no. Scorpius Malfoy es especialmente adorable, aunque Rose Granger-Weasley no me pareció la niña más agradable (se nota que le falta la buena onda de su madre para temperar el airecito de superioridad que comparten). 
La historia es simple y enredada, como cualquier historia de Harry Potter que se respete. Las cosas no siempre son sencillas, y la magia puede ser una complicación la mitad del tiempo, pero la trama se mantiene cercana a lo que conocemos de la saga, sin volverse repetitiva o molesta. Cuando anunciaron el lanzamiento de este nuevo libro, estaba obviamente emocionada, pero una parte de mí también temía que la historia empezara a estirarse innecesariamente y que corriera el mismo destino que la proverbial gallina de los huevos de oro. Afortunadamente (bendita Rowling), la historia es buena, tan buena como para haber acallado mis miedos, y agarrarme del libro en cada momento libre que tenía (incluso como para que Draco Malfoy se redimiera un poco a mis ojos que siempre lo han despreciado cortésmente).
Me encantaría ver la puesta en escena de la obra. O ponerla en escena.

Adiós ESPN, Adiós Fox Sports

En todos los años que llevo escribiendo esta colección de tonterías (cada vez más atrasadas) llamada blog, sólo he tenido una oportunidad de comentar cuánto me encantan las Olimpiadas. Además de mi obvia admiración por las proezas físicas de los participantes, creo que siempre he visto las olimpiadas soñando con estar un día ahí. Por supuesto, hasta hace menos de dos años, era un sueño completamente ilógico e irrealizable dado mi distanciamiento del mundo de la actividad física, más aún del deporte organizado.
Disfruté especialmente estas Olimpiadas porque, me parece, al fin comprendo (en parte) todo el trabajo de los atletas que llegan a competir hasta ahí (donde sea que "ahí" esté de turno). La otra parte genial fue que vi a muchos atletas algo "mayores" participar, como Oksana Chusovitina que participó en gimnasia (una disciplina conocida por sus jóvenes participantes) con 41 años bien cumplidos, o la española Ruth Beitia que ganó en salto de altura con sus 37 años (viva la experiencia). A veces, la experiencia puede ser una ventaja.
Y ahora nos queda esperar cuatro años para las Olimpiadas en Tokyo, que prometen bastante si se puede confiar en la presentación que hicieron en la Clausura en Río. Por el momento, tendré que despedirme de los canales de deportes de los que estuve colgada a toda hora estas últimas dos semanas y volver a la realidad de las películas y las series mientras hago mis ejercicios de la mañana (sí, entreno frente a la tele). Adíos, canales de deportes, los veo en la siguiente Olimpiada.

martes, 16 de agosto de 2016

Poke-cacería

Aunque salió hace más de una semana en Bolivia, según mis cuentas, no he tenido tiempo de contar de mis poke-aventuras como nueva poke-entrenadora (sí, ya sé que es entrenadora pokémon). Creo que hasta ahora lo más divertido del juego es andar por ahí con tus amigos como un grupo de poke-raros, y es que todos se han metido a pokemonear (nuevo verbo), desde mi compañero arquero de 10 años, hasta la mamá de otro compañero arquero. A eso, súmenle que fuimos todos juntos al campeonato de Sucre y estaba el grupito de Cochabamba paseando por medio coliseo en busca de bichos imaginarios. ¿Divertido? ¡Obvio que sí!
Por supuesto, cada cierto tiempo, una se topa con poke-tarados, de esos del tipo que van manejando, o se paran en media calle como para que un auto los pise. Aunque ha habido mucho alarmismo en torno al juego, sigo creyendo que es culpa de la gente que no junta dos neuronas para tener sentido común y tomar un mínimo de precauciones mientras hacen sus poke-cacerías. 
Y por supuesto, la mejor parte de este poke-juego es tener una poke-parada y un poke-gimnasio en la mera puerta de calle. Poke-bolas todo el día para mí.

lunes, 8 de agosto de 2016

El largo fin de semana y el triunfo

Siendo honesta, y después de todas las cosas que pasamos para organizar el viaje y llevar a nuestros chicos a competir, lo único que esperaba del Campeonato de Sucre era que terminara pronto. Iba con la idea de competir, pero no veía más allá de la fase de Clasificación, estaba más concentrada en mantener a todos juntos y cumplir las reglas (y atrapar algunos pokémon en el proceso, por cierto).
Incluso con el trabajo intensivo del entrenador chino, y con la mejoría que tuve los últimos días antes del viaje, no creía tener oportunidades reales.
Y de pronto, en el camino me encontré pasando los octavos de final, y después pasando los cuartos de final. En el momento en que me tocó contra Dahara, la mejor arquera de nuestro club, en las semifinales, creí que el camino se acababa ahí y que me tocaría ir por el bronce. Y pasé.
Me encontré con que tenía que disparar las finales, que tenía más apoyo del que pensaba y que todos estaban seguros de que llegaría a sacar el oro. No dormí bien la noche antes de la final.
Pero parece que los hados estaban de mi parte, y la suerte estaba a mi favor. Incluso rompiendo una flecha aparatosamente, gané a una de las eternas favoritas. Mi primer oro, y mi primera medalla individual. No me lo esperaba en este torneo, y no me la acababa de creer ni siquiera con la medalla ya en el cuello.
La mejor parte de todo, creo, fue que al fin mi papá me vio competir y entendió (espero) que esto es algo serio para mí.

jueves, 4 de agosto de 2016

Entrenamiento duro

Tuvimos suerte. Por una serie de casualidades y faltas de información en varios frentes, tenemos un entrenado chino por tres semanas...de las que ya pasaron dos. 
Por descontado que el entrenador sabe lo que hace, y puede hacerse entender incluso sin la ayuda de la traductora, una chica de lo más paciente que saldrá de aquí sabiendo más de arquería que nosotros. Es sumamente detallista y se nota que está dispuesto a trabajar y ayudarnos a mejorar, y como eso implica hacernos trabajar duro, pues nos tiene haciendo ejercicios con liga y tensiones con los arcos para hacernos más fuertes, eso además de corregirnos un montón de errores de técnica. Lo grave de aprender a disparar "de oídas" es que se te pegan muchas malas mañas, y es más complicado quitarlas que aprender algo nuevo.
Lo único que me preocupa de esto de cambiar mi técnica, aunque sea para mejor, es que este fin de semana ya es el campeonato nacional Indoor (que me hará perderme de muchas cosas, por cierto, sin mecionar el estrés de organizar el viaje de la delegación y demás). Por muchos días, estuve disparando terriblemente mal (consecuencias de cambiar de técnica), no podía hacer un grupo ni aunque me pagaran por ello, menos acertarle a una diana. Milagrosamente, y después de varios tips del entrenador, hoy logré mejorar. La cosa es no entrar en pánico en el torneo, que es lo que siempre me pasa.

jueves, 21 de julio de 2016

Organizar

Hay una razón por la que siempre evado la responsabilidad de organizar casi cualquier cosa: La gente. Incluso si es gente que quiero, incluso si los considero mis amigos, incluso si confío lo bastante en ellos como para competir juntos. ¿Por qué? Porque, como dicen por ahí, en todas partes se cuecen habas, y nunca se puede dar el gusto a todos, a pesar de que tengas las intenciones de que todo salga bien.
Y heme aquí, ayudando a organizar un viaje de delegación. Ayudando digo porque creo que en realidad no hago nada más que recibir mensajes de las personas y transferirlos al canal adecuado, sugerir opciones y dar consejos y apoyo moral. Según yo, eso no es directamente "organizar", sólo ayudar a hacerlo, y de todas formas sigo ahí en el medio de la acción.
La acción, por cierto, es francamente agotadora y pone a prueba la paciencia del más santo. Yo no tengo mucha paciencia, aunque mis buenos modales me impiden mandar a la gente a paseo (o a lugares menos elegantes y más escatológicos). En especial, esta semana está resultando toda una prueba y recién es la madrugada del jueves. Parece que todo se junta, todo se acumula y se amontona, y aunque me deshaga de un tema, sale uno más. Otra vez, benditos los modales que me inculcaron mis padres para no gritar a la gente con mi mejor lenguaje de bucanero y salir dando portazos.
Estaré muy feliz cuando todo esto acabe y deje de sentirme responsable por todos.

domingo, 10 de julio de 2016

Enojada

Y tengo razón de estarlo, me parece.
No puedo creer que para hacer algo bien, tengamos que quedarnos fuera. Si queremos participar, que es para lo que nos hemos preparado, tenemos que caer en el juego de las ilegalidades y las mentiras, inventar cosas que no existen. Puede que ahora funcionen, pero después nos reventarán en la cara. Estamos en la situación de venderle nuestras conciencias a alguien que no lo merece, a cambio de una entrada, de un pase. ¿Recuerdan la escena de inicio de "El Padrino"? " Algún día, y puede que ese día no llegue, acudiré a ti y tendrás que servirme, pero hasta entonces amigo, acepta mi ayuda..." 
Aceptemos nuestra parte de la culpa: si esto nos pasa es porque nos quedamos tranquilos en vez de adelantarnos a un problema que sabíamos que existía. Culpar a las circunstancias no es la solución, igual que tampoco es solución vender nuestros principios.
Alegar que ceder para participar es muestra de un liderazgo fuerte, que es mejor vender los principios en vez de decepcionar a todos, es una completa contradicción.
Y si resulta que todos están de acuerdo en eso, son libres de hacerlo, así como yo soy libre de no ensuciar mi nombre y hacer lo que considero correcto.

miércoles, 6 de julio de 2016

Modernismo y modernidad

Escena típica de tardes de entrenamiento: Adrián, Vicky y Meli, los asistentes más constantes en las tardes de semana, se acercan a la línea de tiro, arcos en mano y flechas en el carcaj, concentrados en acertarle a la diana. De pronto, cualquiera de los tres voltea la vista hacia la derecha del campo, un área bastante seca con algunos hierbajos asomando de la tierra, y ve a cualquiera de los jugadores de fútbol que entrenan en las canchas cercanas haciendo pipí.
No es que no haya un baño cercano - de hecho, para muchos el baño está más cerca que la tierra seca con hierbajos -, así que sólo puedo atribuir sus idas a regar las hierbas secas a...fu, falta de educación (y de ubicación).
Hace unos días se inauguró un parque con esculturas de Dinosaurios en el pueblo cercano de Sacaba. A los pocos días, tuvieron que cerrarlo porque la gente que lo visitó destrozó todo lo que encontró a su paso: basureros rotos, áreas verdes llenas de restos de "picnics" y basura (es que lo basureros ya estaban rotos, imagino), niños subiendo por las esculturas como monos, y, como no, gente usando cualquier lugar que le cantaba como baño público. 
Y una dice ahí: ¿Qué les pasa? ¿Nadie les enseñó a comportarse en los lugares públicos? 
La respuesta obvia a la última pregunta es NO.
Hace varios años, en una clase de la Universidad, recuerdo que un docente nos decía que en este lado del mundo confundimos la Modernidad con el Modernismo: Llenar la ciudad de cemento, edificios y distribuidores sin ton ni son no nos hace modernos, eso es sólo posible con educación real y disponible para todos. 
Lastimosamente, las autoridades (y los ingenuos que votan por ellos) siguen llenando todo de armatostes sin sentido ni utilidad real. Tal vez un parque con dinosaurios de cementos es la más decente de sus ideas, pero en vista de que nadie lo aprecia ni lo cuida, es obvio que la solución no va por ese lado. Me pregunto si algún genio de planificación se le habrá ocurrido invertir dinero en políticas culturales. Peor aún, me pregunto si alguien le haría caso a ese hipotético genio alguna vez.
Incluso creo que me conformaría con que alguno de los futbolistas usar el baño...

martes, 21 de junio de 2016

¡Aprended de mi experiencia, arqueros novatos!

Revisando el escritorio de mi blog, caí en cuenta de que la anterior entrada (esa en que me quejo de que soy floja) era la entrada N° 1000...Aunque los primeros años, escribía un montón (mucho más que ahora), jamás pensé que llegaría a esa cantidad de entradas. Mil es un número por demás respetable, me parece. Claro que también me puse a pensar que hubiera alcanzado ese número hace mucho más tiempo si mi cantidad de publicaciones no hubiera descendido drásticamente a raíz de empezar a trabajar (sí, la vida es más fácil cuando no trabajas...pero no puedes darte ningún gusto).
Así que, queridos lectores, festejemos a mi longevo y bastante nutrido blog con una de esas historias que sazonan mi vida. Ayer, después de mucho dar vueltas, me senté decidida a re-emplumar mis flechas. Esto de ser arquero, mis jóvenes saltamontes, implica más que ir por la vida jugando a ser Katniss Everdeen, el equipo requiere constante revisión y mantenimiento, para que se vayan enterando, en especial las flechas que tienen una mala tendencia a perder plumas con el tiempo.
Ponerlas de vuelta es toda una ciencia, no me explico cómo lo hacían antes sin emplumador y pegamento de secado rápido (gracias a Dios que vivo en esta época). Lastimosamente, mi limitados fondos y pocas oportunidades de conseguir material deportivo hacían que no tuviera plumas para reemplazar las que iba perdiendo. Cuando conseguí plumas, no tenía emplumador y no había manera de que fuera a hacer el trabajo al cálculo, no tengo esa habilidad.
Al fin, un amigo arquero me prestó su emplumador y...estamos de regreso al inicio. Para empezar a re-emplumar hay que, obviamente, desprender de la flecha las plumas dañadas y quitar los restos de pegamento. No es un trabajo muy grave...a no ser que hayas pegado y re-pegado las plumas antiguas que estaban a medio desprenderse para que se acabaran de caer (tacaño de mi parte, lo sé, pero comprar plumas no estaba entra mis posibilidades inmediatas en esos momentos). Resultó que entre pegada y pegada, el adhesivo formó masas bastante sólidas sobre las plumas rotas, tan sólidas que la navaja suiza apenas lograba cortarlas, y no hablemos de los restos que quedaban pegados en las flechas. 
La limpieza de las varas, que no suele ser un procedimiento relativamente rápido, se extendió al rsto de la tarde, ¡y eran sólo 5 flechas!. Si no era por mi amigo Adrián, que se armó de paciencia y ayudó a limpiar (y se encargó solo del pegado de las nuevas flechas), no hubiera terminado nunca, ni mis flechas hubieran quedado tan lindas como están. 
Lo triste ahora es tener que deshacerse de los cadáveres de las plumas viejas, cortadas y con bloques de pegamento.

martes, 14 de junio de 2016

No es que no pase nada, pasa que soy floja

Creo que he perdido (casi por completo) el impulso de escribir en este blog. Sé que me quejo constantemente de que "no pasa nada", que "no hay novedades", y que "la vida es aburrida". En parte es cierto, pero no del todo. Mi pequeña vida rutinaria es más interesante de lo que parece.
¿Por qué entonces ya no escribo tanto como antes? ¿Por qué ya no publico que al fin aprobé mi último examen de tiro, o que fui al cine a ver una película sobre doña Juana Azurduy, o que aunque sigo comiendo como fiera hambrienta no parezco subir de peso (o eso quiero creer)? La respuesta se reduce en gran parte a que soy floja. Mucho.
La otra parte es que...creo que estoy envejeciendo. Y con poca gracia. Pocas veces la vida parece funcionar tan bien como (me parece) funciona la mía, con sus altas y bajas, pero estoy dejando que todas las cosas que me apasionan se conviertan en rutina, y eso es malo.

viernes, 27 de mayo de 2016

Los viejos/nuevos mutantes

A la tercera va la vencida...o casi. La cosa es que, después de varios intentos, al fin nos lanzamos a ver la tercera peli de X-men. Todos ya sabíamos que este año era el de los superhéroes y demás, si encima estás casada con un fanático de los cómics, puede resultar que sea lo único que veas este año...aunque vale la pena. No voy a hacerme a las locas y decir que no disfruté la peli.


Personalmente, me parece una buena historia si el expectador conoce el universo de los mutantes lo suficiente como para disfrutar todos los pequeños detallitos y guiños, que es una de las cosas que más le han criticado a la película. Eso y la presentación de Apocalipsis.
Viendo algunos vlogs de crítica de cine, encontramos uno de una chica que decía que el maquillaje de En Sabah Nur se veía como del villano de Power Rangers y que hubiera sido que lo hicieran en CGI. Aunque aprecio todas las escenas increíbles que se pueden lograr con las animaciones y efectos de computadora, las pantallas verdes y demás, creo que la gente exagera con eso de creer que son la cosa que más destaca de una película, incluso sobre la historia o las actuaciones. Si algo se puede lograr con maquillaje o escenarios reales, ¿cuál es el punto de meterle un montón de efectos?
Lo irónico es que a la escena que tiene más efectos, con Quicksilver corriendo como loco, le criticaron que era relleno y que era básicamente repetir lo de la anterio película, más allá de que está muy bien lograda. En serio, no puedo entender qué más están esperando del cuate: su poder es moverse muy rápido y correr muy rápido, no va hacer nada aparte de eso.
Las actuaciones están muy buenas también. A la que menos fe le tenía era a Sophie Turner, más que nada porque le tengo manía a su personaje de Sansa en "Juego de Tronos", pero es obvio que es una buena actriz. Como siempre, Jennifer Lawrence se luce.
No creo que mereciera el 51% de "podrido" que le pusieron en Rotten Tomatoes, y menos comparado con el 90% que tiene "Civil War", que aunque la disfruté no estaba tan divertida como mis mutantes favoritos de toda la vida.

viernes, 20 de mayo de 2016

A un clic...

En tiro con arco, existe un pequeño instrumento (entre varios, por cierto) que es muy chiquito, pero muy muy importantito...y no me lo creí hasta que tuve uno. 
Aprovechando el viaje de una amiga a Gringolandia, hice un pedido de cosas que necesitaba para el deporte: plumas, nocks, puntas...esas cosas. Y ya puestos a eso, y por consejo de varios compañeros (a la vez que varios me dijeron que aún no), encargué un clicker. Básicamente, es una varita de metal que se atornilla al riser del arco, se pasa la flecha por debajo para disparar y cuando se ha alcanzado el anclaje y apertura, el clicker golpea el riser y hace un "clic". La idea es que siempre se repita la misma tensión en todos los disparos, o sea que hay que disparar en cuanto suena el clicker.
Suena sencillo pero es más complicado de lo que parece (como todo lo relacionado con este deporte. Tuve que hacer cortar mis flechas para poder usar el clicker, y practicar y practicar para repetir siempre el mismo movimiento y que el clicker no suene antes de lo debido...o no suene para nada (todavía ando batallando con eso parte). La parte buena es que mis resultados han mejorado notoriamente...quién me diría que un pedacito de metal es tan útil.
La cuestión ahora es que paso el examen de mañana porque lo paso. Punto.

sábado, 14 de mayo de 2016

Brandy

Normalmente, soy conocida en mi círculo de amigos (y enemigos) por ser casi totalmente abstemia. Antes de mi épica despedida de soltera en que me tomé sola una botella entera de vino, jamás había estado ebria (y eso que esa vez no estaba muy mal, me acuerdo de todo...y todas mis amigas también se acuerdan de todo). Después de eso, jamás he vuelto a beber en esas cantidades (será poco para algunos, pero para mí fue como beberme hasta los floreros, como se dice).
¿Qué significa eso? Que realmente no tengo mucha experiencia con el alcohol y sus consecuencias. Mi poca tolerancia a las bebidas espirituosas hace que siempre sepa donde detenerme, y eso es después de una copa y media de vino, o media lata de cerveza. Así que, además de los efectos que son del absoluto dominio popular, como los síntomas de las resacas y no mezclar alcohol con antibióticos, no sé nada sobre el asunto.
Pensándolo bien, es vergonzoso que alguien de mi edad y que se precia de ser más lista que el resto, no supiera que no se debe beber alcohol si una ya está con molestias estomacales. Alego en mi defensa que los anfitriones que nos invitaron brandy a una amiga arquera y a mí son demasiado amables y queridos para rehusar una copa...seguidas por otra de vino cabernet sauvignon y otra de tannat (sí, incluso aprendí nombres de vino).
Las consecuencias lógicas (para todos, menos para mi ingenua mentecita) fueron un absoluto desastre. Terminé terriblemente indispuesta y muy deshidratada. Sé que las cosas están mal cuando no me siento con fuerzas como para ir a disparar, a pesar de que mis flechas están recién cortadas y con puntas nuevas. Eso es grave.
De todas formas, y aquí entre nosotros, ese brandy estaba genial.

jueves, 5 de mayo de 2016

Ya es mayo, y todo sereno...

O al menos, eso quiero creer. No que sea difícil, aunque a veces parece que me ahogo en vasos de agua (medio vacíos, por cierto), siento que me he vuelto un poco impermeable a algunos problemas...o por lo menos, he dominado el arte de no andar gritándolos a los cuatro vientos (que también es positivo).
Así que la vida sigue, sin novedades. Siendo así, ¿sobre qué puede escribir una, si no pasa nada? Tal vez sea momento de revisar todos esos cuadernos que tengo garabateados...o pensar en cerrar este blog.

miércoles, 13 de abril de 2016

Con ojos nuevos

Y mis papás se salieron con la suya. Me operaron de la vista el anterior jueves.
En honor a la verdad, debo admitir que valió la pena. Aún me falta más tiempo para recuperarme completamente, todavía veo borroso las cosas a lo lejos, pero nada comparado con la pésima vista que tuve casi toda mi vida. La parte que sigue sin hacerme gracia para nada es no poder ir a entrenar por el sol y por el esfuerzo. Estoy tratando de ser paciente con eso, y poder leer para pasar el tiempo ayuda, pero extraño mucho mi arco...y no ha pasado ni una semana!
Los primeros dos días fueron horribles, quería que me devolvieran mis córneas (imposible, las quemaron con un láser, digamos) o que me arrancaran los ojos, lo que sucediera primero. Además del dolor y la picazón, estaba el detalle de poder tocarme los ojos para nada (¿por qué cree uno que tocarse lo que le duele ayuda a disminuir el dolor?). Aparte los cuidados: gotas cada hora, pañitos fríos, nada de luces fuertes, ni tele, ni compu, ni libros, ni celular...Sí, estaba al borde de la locura.
Creo que lo peor ya pasó, así que ahora queda ir para adelante y esperar.

domingo, 3 de abril de 2016

De vaga...o algo así

Hace una semana, terminó el IV Campeonato Nacional de Tiro. Fue memorable por muchos motivos, incluyendo los dramas de la Federación (después de la reunión a la que nos colamos un montón de deportistas, soñé con un montón de gallinas que cacareaban de leyes y tejemenejes), que conocí varias personas simpáticas...y que me fue como a la patada. Gané una medalla, pero no porque me la mereciera. Un desastre total.
La parte buena de todo eso, aparte de conocer gente divertida, fue ponerme más fuertecita...si es las palas de 30 libras ahora me parezcan de goma es una señal de eso. La parte mala es que ya no puedo seguir dándole largas a mis papás que me persiguen para sentarme bajo un láser y hacerme operar de la vista. Es decir, estoy bastante miope (por culpa de sus genes, debo añadir), pero nada que unos buenos lentes de contacto no puedan solucionar.
No me siento precisamente entusiasmada por eso de la operación, ya vi a mi hermana llorar dos días de dolor y debo decir que la idea no me hace gracia. Beneficios a largo plazo y demás, bla bla bla...no tengo paciencia para esas cosas (otro de los motivos por los que siempre le escapo a los médicos). De todas formas, la peor parte del asunto es que me estaré un mes sin poder entrenar, entre el sol y no hacer nada de fuera estaré fregada. Para colmo, los primeros días resulta que no se puede ni leer ni nada, ¿qué se supone que haga? ¿sentarme mano sobre mano? No que sea la persona más activa del universo, pero no puedo estar sin hacer nada en lo que se me pasa el dolor y los analgésicos empiezan a funcionar.

martes, 15 de marzo de 2016

Fu...

Y aunque cambiamos de mes, en realidad nada cambió...como era de esperarse. Aunque recibí a marzo con cierto entusiasmo, los primeros días parecían una continuación de los meses anteriores: preocupaciones por aquí y por allá, tristeza acumulada, y mucho entrenamiento para alegrar mis tardes. Sobre eso, se vino la peor noticia de lo que va del año: Mi abuelita falleció.
Creo que la peor parte de eso fue que no la traté bien los últimos...bueno, los últimos años. Ella estaba muy viejita, demasiado llena de malas mañas, con demasiados rencores acumulados en sus largos 93 años de vida, y perdida en su propio mundo. Por mi parte, sólo puedo decir que soy demasiado impaciente, y dejé que eso aruinara mi trato con ella al final, incluso sabiendo que estaba mal y que no había nada que hacer en su caso. 
Ahora recuerdo cuánto la quise en mi infancia y adolescencia, con ese amor incondicional que da la inocencia y la ignoracia, y que los años y el conocimiento del mundo pueden arruinar. Sí, siempre fue una persona complicada, nada cercana al prototipo de santidad, pero fue una excelente abuelita, de esas que malcrían y consienten a sus nietas, con historias bizarras e ideas raras, lista para recibirlas y dar lo que fuera necesario por ellas. Me duele no haberla querido más, no ser capaz de medir mis palabras o mis modales, cuando ella dio tanto por mis hermanas y yo.
Esa es la peor parte del duelo, me parece, algo con lo que todos los humanos lidiamos en su momento: el remordimiento de no haber sido mejores con los que se fueron. Y aún así, no quiero recordarla como fue en sus últimos años, prefiero tener el recuerdo de su alegría y su cariño.

lunes, 29 de febrero de 2016

Fin de mes

Más que el fin de mes, ha sido el pasado fin de semana el que estuvo realmente horrible. Aunque el viernes ya se pintaba que todo saldría al revés, no hice mucho caso (la portadora de noticias, mi hermana, suele ser bastante dada al drama). De todas formas, el sábado llegó con todo.
No estaba ni acabando de despertar, y recibí una llamada de mi mamá avisando que mi Cachito había amanecido muerto. Sabía que estaba mal, lo veía cada vez más débil, pero el pobre era tan callado, y miraba a todos con amor y alegría...aún no me hago a la idea de que no lo veré más. 
De ahí, el sábado y el domingo se me fueron cuesta abajo. Y encima, febrero tiene un día de más este año...lotería.

lunes, 22 de febrero de 2016

Sigo al revés

Hoy había elecciones en Bolivia (otra vez). Sé que las votaciones son algo así como la cúspide de la democracia participativa y demás, pero tengo un certificado de votación por cada año desde que me casé...estoy segura que eso no es bueno para la economía de ningún país, pero así estamos.
Esta votación es realmente importante, se trata de modificar la Constitución parcialmente para que este Gobierno (que, por cierto, fue el que aprobó la Constitución en cuestión) pueda presentarse a una nueva re-elección después de que concluya este periodo, que, por cierto, ya es el tercero/segundo (se agarraron ahí con un tecnicismo bárbaro). De momento, según los primeros resultados no oficiales, el NO va ganando por dos puntos porcuentales. Nada, básicamente. 
Ahora mismo, el Facebook es un alboroto comparable a uno de esos festines/borrachera de la Edad Media, en que todo mundo grita su opinión a voz en cuello, y dan gritos de alarma por un posible (y muy temido) fraude. La cosa está como para coincidir con Umberto Eco (Descanse en paz), que dijo que las redes sociales han convertido al "bobo del pueblo" en el "vocero de la verdad" al darle el espacio para decir tonterías.
Y en este momento, ¿qué es lo que me preocupa realmente a mí? Me preocupa que mis hipotéticas palas, y mis hipotéticos estabilizadores (azules, por favor, no puedo romper la hermosa combinación de mi arco) lleguen a tiempo aquí. Me preocupa poder acostumbrarme a ellos durante el mes que me queda antes del Torneo que, gracias a Dios, ya no será en Tarija, si no en Cochabamba. Me preocupa terminar de revisar esta tesis que tengo entre manos para no quedar desfalcada por mis nuevas adquisiciones (de verdad que me encanta buscarme actividades caras...). Me preocupa solucionar esto de la operación de la vista y que nadie me odie por ello. 
Los resultados serán los que tengan que ser, cumplí con ir a votar. El Torneo...hora de entrenar como loca, de nuevo.

sábado, 20 de febrero de 2016

El indestructible loco

Tengo muchos libros que debía "reseñar", y otra cantidad igual de grandes de películas que también quería comentar. Culpen a mi flojera, mi poca memoria, y mi nula capacidad de distribuir adecuadamente mi tiempo (lista de pendientes: en continuo crecimiento...). Supongamos por un momento que me pongo al día, y les cuento de mi última salida al cine. 
Como era de esperarse, nos largamos a ver "Deadpool" unos pocos días después de su estreno. Aunque no totalmente inesperado, fue raro ver el cine tan lleno en día de semana, pero parece que las películas se superhéroes están de moda.


No voy a decir que sé mucho de cómics y sus personajes, sobre el tema sé lo justo y necesario para no quedar mal si quedo rodeada de gente más nerd que yo. De Deadpool sabía exactamente lo justo para no pasar por ignorante en el cine, o sea: El tipo es básicamente indestructible e inmortal por un experimento, rompe frecuentemente la cuarta pared (o sea, que habla a la persona que lee el cómic), y está más loco que... bueno, nadie puede estar más loco que él (creo). 
Afortunadamente, y para aliviar mi ignorancia, la película trata de cómo se convirtió en Deadpool y demás. No es un relato lineal, la historia empieza por la mitad y va haciendo muchos saltos al pasado hasta alcanzar el punto en que "comenzó". 
Siendo Deadpool quien es, no se trata para nada de una película para niños (Ni de lejos, no lleven hijos ni sobrinitos a ver esto al cine o los traumarán de por vida), muchas cosas explícitas y violencia a granel. Era de esperarse y todo, y aunque, viéndolo fríamente, es una historia muy traumante y retorcida por demás, el personaje es tan bueno, está tan bien actuado (Ryan Reynolds un crack), que uno acaba riendo a carcajadas en medio de las escenas de acción y sangre. Hace mucho que no me reía tanto en el cine por una película que no fuera infantil y/o de animación. Reí desde el momento en que comenzó su secuencia de inicio (FABULOSA, y no exagero) hasta que salieron los créditos. Humor negro por todas partes.
Otra agradable sorpresa fue encontrarse con todas esas referencias y guiños, obvios algunos y otros no tanto, a la cultura pop, el cómic y las películas. Todas esas cosas son muy divertidas, y más si te das cuenta de por dónde van los tiros y entiendes el chiste en todo su referenciosa gracia. Otro motivo más para reír como loca en el cine.
Película totalmente recomendable, y verla en el cine aún mejor. Eso sí, y lo repito, no lleven niños pequeños si no quieren pasar momentos muy incómodos explicando cosas.

jueves, 11 de febrero de 2016

Cambios de importancia

¿Alguien más notó que llevo casi tres semanas (creo) sin escribir? La verdad, con todas las cosas que pasaron en enero, de una en una y como cuentagotas, al final de mes no tenía ganas de nada, menos de hacer una recopilación de las desgracias propias y ajenas. Soy de las que cree que cambiar de semana, o de mes, o de año, no afecta en nada: Nada desaparece o aparece de un día para otro. De todas formas, estos primeros días de febrero (que es tan corto que ya vamos por la mitad sin darnos cuenta) me han servido para pensar algunas cosas, tomarme otras no tan a la tremenda, y tratar de no hundirme en mis pequeños problemas como suelo hacer.
Así que, primer cambio importante para este mes, mejorar mi técnica de tiro. Para eso, y aunque le duele a mi bolsillo (como casi todo...tal vez sí que soy tacaña), tomé un curso con el veintiúnico entrenador con varios años de experiencia que hay cerca a estos lares. Primer día hoy, y por la  mañana ya me había encontrado como 10 errores de técnica, varios de los cuales no se me habían pasado por la cabeza que podrían ser errores.
Me conocen (si me leen), así que no será dificil adivinar que llegué a casa bastante deprimida: un año disparando mal, muy mal. Claro que, viendo el lado positivo, si hay que hacer cambios mayores y tomarnos esto en serio, ahora es cuando. 
La parte buena fue que, después de disparar un poco en la tarde tratando de tomar en cuenta la mayor parte de las cosas que me señaló en la mañana, el entrenador me dijo que de estar en 3 había pasado a estar en un 6. Si eso no es un buen progreso para un día, no sé qué es. Espero no sentarme en mis escasos laureles y seguir mejorando de aquí en adelante, que te digan que retrocedes es peor que te digan que no avanzas o avanzas poco.

sábado, 23 de enero de 2016

Una primera vez para todo

En verdad, verdad os digo que este mes (espero no este año) se tomó muy en serio el reto de "sorpréndeme" de los ociosos que no saben qué más publicar en sus muros del face. Las cosas siguen sucediendo, una tras otra, grandes y pequeñas, sazonando un enero más que movido. Lo extraño de todo esto es que (aún) no me he echado en un rincón a llorar, incluso cuando no faltaban ni ganas ni motivos para hacerlo. Estoy recibiendo todo con una tranquilidad (casi) budista...o casi.
Por ejemplo, hoy que me aplacé por primera vez en un examen de tiro, no me puse a llorar, ni a lanzar maldiciones. Estaba decepcionada, pero dado que ya sé lo que hice mal, puedo tomar el examen en dos semanas más y hacerlo correctamente. Alguna vez tenía que pasar, reprobar un examen y eso, verdad?

jueves, 14 de enero de 2016

Enero movido

Al empezar este mes, con la certeza de mi desempleo y demás, tenía la (muy equivocada) impresión de que sería un enero muy tranquilo. Mis planes incluían entrenar (mucho), ayudar en los cursos de verano de Tiro con Arco, empezar a revisar tesis (y ponerme a eso muy en serio), y volver a mi música (me hace falta, como siempre). Resulta que lo único que he logrado cumplir de ese plan es entrenar, y sólo hasta por ahí. Me falta concentración para las revisiones, disciplina para la música, y tranquilidad, más que nada, para poder dedicarme a todo eso.
Como si todo se hubiera conjurado, he estado viviendo estos últimos días de susto en susto, y con muchas jaquecas de intensidad variada. No es divertido estar así. Pareciera que tengo más preocupaciones que cuando trabajaba.
Y para rematarla, hoy me despierto con la noticia de que Alan Rickman, el eterno Profesor Snape, falleció por cáncer. No es la mejor manera de empezar un día. Para nada.
Ni el año, si es el caso.


viernes, 1 de enero de 2016

Año Nuevo 2016

La verdad, no lo esperaba. Creo que no confío en mi suerte, pero estaba preparada para una ruptura difícil, de esas que dejan a las partes odiándose por siempre. Y de pronto, ¡tarán!, mágicamente todo salió bien. 
No puedo quejarme, fue una buena manera de terminar el año y empezar otro (algo) menos preocupada y asustada. No todo son buenas noticias, corazones  arcoiris vomitados por unicornios mágicos, pero no es tan terrible. Quiero empezar este nuevo año sintiéndome positiva, algo que tal vez no he sentido en muchos de mis anteriores inicios de año.