Romper la decoración como forma de "asesinato"

Las aventuras en las tierrras de Oerth, aunque poco comentadas últimamente en esta crónica de mis andanas, no han dejado de ser interesantes. Muy al contrario, están más emocionantes que nunca, el fin del mundo tiene la cualidad de elevar a la enésima potencia la emoción de cualquier aventura.

Si les cuento todo lo que pasó desde la última vez que conté algo, pues nno acabamos nunca. Baste saber que nos acusaron de dos crímenes que no cometimos, nos salvó un mapache egocéntrico, aparecimos en una isla llena de dinosaurios, un roc nos rompió todos los huesos, tardamos tres meses en parcharnos, me quedé muda, salimos a navegar sin que nadie tuviera profesión de marino, nos tragó una tortuga.dragón, navegamos en su caparazón (vacío), casi perdemos al gnomo por ser muy tigre (guiño, guiño), y terminamos en la isla de los Elfos enterándonos que el fin del mundo ha llegado. Y ese es el mejor resumen que puedo hacerles. 

Ahora, estamos en la tumba de un herrero elfo vagando por sus recuerdos de glorias y aventuras pasadas. Y nada mejor que meterse en el recuerdo en que se enfrentó a un Lord Vampiro en su castillo. O sea, brincos doy, las mejores vacaciones. Y como estamos ahí, dando vueltas, vaporizando a los demás muertos vivientes que rondan ese antro de mala muerte-en-vida, se nos ocurrió que podíamos destrozar también algunas de las decoraciones y utilería del castillo. Así que procedimos a romper puertas, descerrejar cerraduras,quemar cuadros y, como no, romper jarrones.

Pero no era cualqueir jarrón, jóvenes saltamontes, oh no. Era un jarrón muerto-viviente, o más bien, un jarrón contenedor de una parte de un muerto-viviente. Este terrible ser (o parte del ser) habla sin boca y tiene increíbles poderes psiónicos.

He aquí nuestro temible enemigo.

Ya no soy la que era

Definitvamente, debo aceptar que la edad me está alcanzando. Antes (hace unas pocas...semanas), podía trasnocharme con toda impunidad, despertarme a la hora para ir al trabajo (no en mis cinco sentidos, pero despierta al fin, estar parada 6 horas, volver y seguir con mi vida (preferiblemente, instalada en mi compu navegando por ahí). Pero, desde hace algún tiempo, siento que las fuerzas no me alcanzan ya. 

Llevo cosa de dos semanas corriendo de acá para allá, con una cosa u otra (muchas de esas cosas, son de la boda...voy a reconsiderar la opción de escaparnos y listo), muchas veces sin almorzar, y varias de esas sin desayunar siquiera porque el tiempo no me alcanza en la mañana. La cosa es que, cuando logro sentarme, me caigo dormida inmediatamente (hace unos días, me dormí sobre la mesa 1 hora). Y de trasnochar ni hablemos.

Yo, que solía decir que eso de dormir de noche es para los débiles, y que el horario del vampiro era el mejor, me caigo rendida tipo 1:00 a.m., lo que es mucho, mucho más temprano de lo que solía dormir. Lo único bueno es que duermo como muerta (más de lo usual), así que los dizque ladridos nocturnos de mi perro no me preocupan, porque no los siento (aunque mi familia esté comenzando a hartarse de la serenata). 

¿Qué puedo decir? Ya no soy la que era...

Distopía

Una "distopía" es lo contrario de una "utopía". ¿Qué es una utopía? Eso, mis jóvenes padawan, es un imposible, una sociedad ideal, un mundo perfecto distinto al nuestro. La Distopía también es un mundo distinto, pero está muy muy lejos de la perfección.

Había leído comentarios sobre el libro, y escuchado las opiniones de varios amigos sobre "Los juegos del hambre", todos ellos muy buenos y demás...pero por alguna razón, no me llamaba. No sentía curiosidad de leerlo, ni tenía la más leve intención de ver la película que se estrenó este año.

Anoche, llegó mi sufrido novio con que ya había visto la peli, y era tan buena que se fue a comprar los libros.  Eso ya fue como para despertar mi curiosidad, y a pesar del infinito cansancio de los lunes, acabé viendo la tal peli. Resultó que, en efecto, es una historia muy interesante (además de retorcida, claro). Contar de qué va todo el jaleo, no tiene caso, sospecho que todo el mundo ya vio la tal película, así que supongo que coincidirán conmigo en mi afirmación de que vale la pena verla. Y agrego que, como reacción inmediata, me descargué los libros...aunque primero acabaré el que llevo a medias. Y que mi deseo de un arco y flechas se ha incrementado en 10 puntos. He dicho.

Armas mortales

No uso tacones a no ser que me obliguen, la gente o la situación, es lo de menos, pero es muy rara la ocasión en que me he puesto tacones y generalmente no superaban los 7 cm. de alto. El caso es que los preparativos de la boda me tienen como loca y me han hecho reconsiderar algunas cosas...como el uso de tacones.

Al final de cuentas, tengo un lado femenino que de vez en cuando quiere subirse a unos zancos que se ven increíblemente bien, aunque sean un claro atentado contra mi salud. A eso súmenle mi completa falta de equilibrio, y tienen que me los pongo y siento que me caigo hacia adelante.

Y aún así, voy y me compro los tremendos tacazos/armas mortales para usarlos en mi boda. Juro que es solo para entrar y salir del templo, y bailar el vals (aunque con esos tacos, mi papá se queda muy chiquito). Después de eso, probablemente terminen escondidos en el auto o bajo la mesa, mientras bailo con mis zapatos más planos.

La cuestión de la frasesita

Hace unas semanas, mi sufrido novio llegó con la hermosa prueba que hizo de un diseño para nuestras invitaciones de boda. Básicamente, y siendo ambos pottéricos empedernidos, la invitación estaba basada en un modelo que encontramos en internet que, a su vez, está basado en el famoso Mapa del Merodeador, tal como aparece en la 3ª película de la saga.

Ví la invitación, o su versión de la invitación, y quedé encantada. Pero (siempre hay un pero) mi familia (sin contar a mi hermanita) puso cara de "¿En serio pondrán ESTO?". Trataron de ser corteses, pero después vinieron las delicadas insinuaciones de que hiciéramos algo "más serio" y "más formal". En pocas palabras, "Hagan algo aburrido que no se salga ni un poquito de lo común, dúo de raros". 

Su pretexto para su sugerencia es que "el matrimonio es cosa seria". Y la verdad no sé de donde sacan que dijimos lo contrario, que queramos hacer algo que nos gusta no quiere decir que no nos tomemos esto en serio.

En fin, la cosa es que, en aras de la paz familiar y demás, accedimos a hacer un diseño más "normalito" que será enviado sólo y nada más que a mi lado de la lista, es decir: familiares y amigos de papás. Mis amigos se aguantarán con la invitación desplegable y como la mitad de ellos están en el Club, no hay problema. Y la familia de mi novio...al parecer tiene algo más de sentido del humor que la mía.

Así que hoy, mi sufrido novio me habla en el chat y me dice algo así como "¿Que frase le ponemos a las invitaciones de tu familia?". Y ahí fue que empezó mi vuelta por internet buscando algo que fuera cursi pero no tan cursi, y que no se acercara a lo sombrío o a lo trágico. Lastimosamente, parece que la tragedia y el amor van muy de cerca en la poesía (que llorones son los poetas, acá entre nos). De pasada, me encontré con una página que tiene ideas muy originales para poner en una invitación de boda, todas muys divertidas (en especial la que es rosada, búsquenla), pero que si pongo en la invitación para mi familia se me armaría un lío de Padre y Señor nuestro.

En un arranque de iluminación, decidí recurrir a los siempre útiles versos de Shakespeare. Me calé todo el libro (digital) de sus sonetos y descubrí que Shakespeare es igual de trágico que todos los poetas (con razón no soy fan de la poesía). De todas formas, tuve que recurrir al único soneto que conozco, el 116 (qué hermoso título, ¿eh?). ¿De dónde lo conozco? Simple, lo ví en una de mis películas cursis favoritas. 

El soneto sigue siendo trágico, pero es muy honesto y muy hermoso. Debo admitir que, a pesar de todas los dramones que se gastaba, Shakespeare tenía una idea muy acertada del amor. 

Así que cuando ya había decidido que sería ese, y estaba aprobado y santificado por mí misma me viene mi novio con que...hay que cortarlo por algún lado porque no entra en el diseño. Bah...

Se acabó mi banda sonora

Básicamente, se arruinó mi reproductor de música, más conocido como "Bichito", lo cual es una lástima porque ya no tiene garantía y no sé si valga la pena hacerlo reparar. Es un cacho triste andar sin música, siento que me falta algo importante...y que me sobra escuchar las burradas que ponen en los micros.

Tampoco podría poner la música de mi celular, porque sus salida a audífonos no funciona y siempre he detestado a los que van por la vida con su música a grito pelado, sin respetar lo que los demás escuchan (o no quieren escuchar, pinches reggaetoneros).

Aniversario

Se supone que el aniversario número 5 del Club HP fue el 4 de este mes, pero por motivos logísticos tuvimos que posponer la fiesta para ayer , 11 de agosto. De todas formas, una semana no le hace mucho al festejo y, al menos en el caso de mi tienda, nos dio el chance de hacer todas las cosas que debíamos haber hecho antes.

Nos encantan las fiestas temáticas, en cuanto más "mágicas" mejor. Así que la idea de este año, cortesía del señor Marco fuer recrear una tarde de compras en el Callejón Diagon y alrededores. Lógicamente, tuvimos que reducir el número de tiendas que podrían funcionar, y tomarnos algunas licencias, pero debo admitir que la fiesta fue genial e increíblemente divertida. 

Aunque estaba encargada de mi tienda, me dio el tiempo de ir a saquear Honeydukes y tomarme 3 cervezas de mantequilla (además de todos los otros dulces que terminaron en mis bolsillos), asaltar la tienda de mascotas y comprarme dos lechuzas nuevas, pasar por Ollivanders (aunque no compré una varita, conseguí algunas cosillas muy monas), y enfrascarme en vender cosas tenebrosas en mi tienda, Borgin y Burkes.

No teníamos muchas cosas, y probablemente no éramos la tienda más surtida (de lejos, esa era Honeydukes, que tenía que abastecer el vicio a 30 adictos al azúcar), pero las cosas que ofrecíamos eran muy bonitas, o muy horrendas...o ambas.

Comimos como fieras, para variar nos atragantamos de dulces, reímos, corrimos como locos, y redondeamos la noche con algo de baile. Considerando todo eso, es lógico que me haya pasado el día en modo automático de puro cansancio acumulado, así que no me extenderé más y los dejo con una imagen de los más aterrador de mi tienda: Cabezas reducidas.

Cosiendo

No soy muy hábil con las manos (lo que, supongo, explicaría por qué nunca me fue bien en el piano, pero bueno), así que hacer manualidades (con la excepción de bordar) es algo...difícil, tanto para mí como para mi pobre paciencia que acaba huyendo de la escena, dejándome sumamante molesta. Eso significa que, a pesar de que tengo una idea general, coser es casi un atentado contra cualquier regla estética.

Claro, no es que tenga idea de coser ropa o cosas así (recuerdo que mi profesora trató de enseñarnos a hacer faldas cortas...no lo logró), pero en caso de necesidad puedo coser un botón o hacer un remiendo. Eso sí, la necesidad debe ser muy...necesaria para me decida a coser.

Y ahora acabo de descubrir que otro de los motivos por los que podría ponerme a coser es la Fiesta de Aniversario del Club. Más vale que les guste lo que estoy haciendo o...me enojaré.

Aprovechando la coyuntura

Entre una cosa y otra, me olvidé comentar que hace una semana que comenzaron los Juegos Olímpicos en Londres. Aunque tenga una gran tendencia a la vida sedentaria (o como le llama mi papá, vida horizontal), y deteste casi todos los deportes (con excepciones notables de deportes que, lógicamente, están fuera de mi alcance), me encanta ver las Olimpiadas. 

Un razón de ver a un montón de gente desafiando las leyes físicas que rigen a la gran mayoría de la humanidad, es para mantenerme informada y tener tema de conversación en las dos semanas que duran los juegos. La otra es porque me alucina ver a esa gente, en especial en deportes como gimansia artística, arquería, atletismo y nado sincronizado (yo, que nunca he sido flexible, no tengo puntería, detesto correr y odio las piscinas). La última es porque me conmueve ver a los pocos enviados de la delegación boliviana (la mayor parte invitados a participar) competir en su disciplinas, echarle todas las ganas del mundo...y quedar siempre fuera. Bolivia es unos de los 5 (y creo que ahora se redujo la lista a cuatro, por la medalla que obtuvo el guatemalteco en marcha)

Lógicamente, considerando que por estos lados del mundo, el apoyo al deporte es (por muy poco) equivalente a casi nada (aunque después nos encanta exigirles milagros a los chicos y chicas que le dedican todo su trabajo en las condiciones en que entrenan), nuestros deportistas no van a buscar medallas. Van por (nunca mejor dicho) amor al deporte, y a ver si pueden mejorar sus marcar personales. A veces lo logran, a veces no, pero los bolivianos de a pie no dejamos de apoyarlos, ni de seguirlos, ni de esperar lo mejor (contra toda lógica). 

Lo siguiente es noticia vieja (de poco más de un día, pero ya vieja), pero aún sigo emocionada por eso. El sábado por la mañana, desperté para ir a trabajar y me encontré con un mensaje de mi sufrido novio en mi celular: "Mi amor, el boliviano salió primero de su serie...Hay esperanza". Suelo ser muy perezosa para moverme, pero eso sí que era como para salir de brinco de la cama y enchufarme a la tele. Y a pesar de toda la paranoia de la NBC, al fin encontré un video de la carrera:

Ya sé que la calidad es un desastre, y el sonido no está mejor, pero aprecien los detalles de la carrera conmigo. Aparte de que el chango rajó como un balazo y ganó su serie, lo que me encantó y casi me saca lágrimas, es el orgullo del chiquito (que tiene 19 años, por favor) por Bolivia: destacaba el nombre del país en su camiseta y cuando acabó la carrera, le gritó "Viva Bolivia, carajo" a la cámara. No he visto a ningún atleta hacer eso(o son tímidos o no tenían aire).
De regreso a la realidad, en la siguiente ronda quedó de 8ª y, por tanto, eliminado de la competición. El nivel de competición era muy superior, no podíamos pedirle más a un chico cuya mejor marca es 10.36 seg. que competía contra tipos con marcas de poco más de 9 seg. Se hizo lo que se pudo.
Fue una breve alegría, pero alegría al fin.
De todas formas, nos quedan todavía las competiciones de Tiro y Marcha femenina, con nuestra veintiúnica clasificada (que no invitada). Y lo cierto es que no le dan mucha bola al tiro... 

Compañerismo de zurdos

Una de las múltiples desventajas de ser zurdas, es que no puedes contar con nigún diestro para enseñarte alguna habilidad manual, y eso incluye escribir. Por ejemplo, recuerdo claramente pelearme por el lápiz cuando mi mamá trataba de ayudarme con mis tareas de 1ª Básico, o que se negó de entrada a enseñarme a tejer con palillos cuando nos pusieron a hacer un muestrario de puntos en la escuela.

Afortunadamente, la señora que nos ayudaba con la limpieza de la casa en esa época, que además era comadre de mi mamá, era zurda también. Esta señora, la comadre María, tuvo la paciencia de enseñarme a tejer con palillos y con ganchillo, muy loable considerando que odio tejer y no tenía precisamente la gana de aprender.

El caso es que la buena comadre logró hacer que mis tejidos parecieran tejido y no una maraña de nudos, todo eso considerando que tejo al revés. Al otro lado. Y no conozco muchos diestros capaces de pescarle el truco a tejer como zurdo. 

Y después de esa larga introducción, resulta que ayer me llamó mi sufrido novio pidiendo que le enseñara a tejer a su sobrinita porque la pequeña es zurda y nadie más podía. Así que...pasé una noche muy entretenia viendo a una pequeña pelearse con los palillos y la lana tratando de hacer derechos...