jueves, 14 de diciembre de 2017

Estreno de Star Wars VIII o La Noche de las poleras alegóricas

Diciembre se me está yendo en un vendaval de mucho trabajo y poco entrenamiento (aquí entre no, mudarnos no le hizo bien a mis horarios de entrenamiento, pero ya ni modo). La anterior semana no pude ni agarrar mi arco por una revisión y me pesó en la conciencia como una losa de cementerio, pero los plazos límites son para cumplirlos y la paga no fue mala... y esa es otra historia. 
De todas formas, no podía dejar que mi apretado horario, y agenda repleta y mi agitada vida social se interpusieran en mi camino al cine para ver el estreno de Star Wars. Había pensado llevar a mi mamá, pero parece que ya no está para trasnocharse viendo estrenos de películas de ciencia ficción, sin importar cuánto le gusten. Los años no pasan en vano, espero recordar eso cuando mis hijos crean que ya estoy cáscara por no ir al cine a media noche con ellos.
"Star Wars: Los últimos Jedi" debe ser uno de los estrenos más esperados del año. Todos los nerds  y geeks nos damos cita en los cines y estamos dispuestos a matar por una entrada para la primera función que haya (o mandamos a nuestros espositos a lidiar con los asesinatos y eso). Y después de tener las entradas, hacer una fila estúpidamente larga para tener pipocas, y otra para entrar a la sala, rezamos todos juntos, metidos en nuestras poleras de Star Wars (porque no hay mejor ocasión para usar una polera de Star Wars que el estreno de Star Wars) que la peli no sea un nuevo Episodio I, II y/o III.

Anoche, saliendo del cine, un amigo escribió que la peli tiene varios chistes innecesarios, que quería freír algunos porgs (o pollos-pingüinos-conejos, o pollopingüinejo, como les digo), y que era disfrutable si apagabas el cerebro por tres horas (César querido, disculpara por parafrasearte), y no es un comentario desacertado... lo que me lleva a pensar que debía tener el cerebro en modo automático por tres horas de cine.
Debe ser mi fanática incondicional interior, pero disfruté infinitamente la película. No niego que sea algo (bastante) larga, y que había partes en que la trama iba muy lentamente (tanto que mi esposito se durmió y aún así siente que no se perdió nada), y que tal vez intentaron dar muchas explicaciones y por eso se les alargó tanto. Lo grave de eso último (las explicaciones) es que aún así me quedé con varias dudas, siendo la más importante la de Snoke ¿De dónde rayos salió? ¿Quién rayos es? No creo que haya salido de la nada. 
También eché de menos las clásicas transiciones de las pelis de Star Wars durante casi la primera mitad ¿Será que no se dieron cuenta? 
Tal vez al que más extrañé fue a Han Solo (y eso que sospeché por un momento que Benicio del Toro sería algo muy cercano al viejo Han), y me dio un no sé qué ver a Carrie Fisher como la Princesa Leia por última vez. Mark Hammill está a la altura de su leyenda, y de la leyenda de Luke Skywalker que es más humano de lo que muchos quisieran creer.
Lógicamente, la trama importante es la de Rey y Kylo Ren y la Fuerza, y ahí es donde se les fue un poco la mano en las explicaciones y la lentitud de la trama. No es mala la idea, pero tal vez había otra forma de contarla que no se extendiera tanto.
Como dije, soy muy fan (aunque no tanto como otros), así que salí del cine con una sonrisa en la cara, con mi polera alegórica y pensando que debí llevar mi sable láser de Darth Vader, aunque no tuviera baterías.