miércoles, 9 de mayo de 2018

Fe en el correo ¿restaurada?

Lo sé, vivo perdida últimamente, más que en todos los años anteriores de este blog combinados. Es más, acabo de hacerme decir con mi pequeña amiga Vicky que desde que clasifiqué a los Juegos ya no parezco yo, que ando con problemas con los que no creía que pudiera andar... Se me hace que me dijo que estoy vieja, pero no tengo pruebas.
Uno de mis recientes "problemas de vieja" es que no hay servicio de correos en Bolivia desde marzo ,exactamente, desde el 1 de marzo, damas y caballeros, el fatídico día en que las oficinas de la ECOBOL amanecieron con resguardo policial y un anuncio en las puertas que decía que el Gobierno daba por cerrada la empresa, que se liquidaría lo que se les debía a todos los trabajadores además sus finiquitos y demás, y que los paquetes que estaban para entregar... bueno, esos irían saliendo de a poquito (bien poquito).
La huevada, y no creo que nosotros seamos el único caso, es que mi esposito tenía (y aún tiene) tres paquetes que ya debían llegar y ahora están perdidos en el mar de la burocracia y la lentitud del funcionamiento de lo que queda de Correos. La otra huevada es que justo ese día iba a hacer un pedido de equipo deportivo que necesitaba para el Campeonato Nacional. Con el Correo cerrado y la incertidumbre de cuándo abriría, no me animé a hacerlo y me lancé al nacional con lo que tenía (que no estaba mal todavía, pero ya está medio para el perro). No fue tan terrible, pero una vez clasificada, se hizo evidente que necesitaba una renovación de algunas cosas de mi equipo.
Siendo así la cosa, hice un pedido de varias cosillas poco antes de mediados de abril, calculando que aunque el correo estuviera entregando paquetes a media máquina, con algo de suerte aún llegaría.
Lo grave del asunto fue que 1) Se hizo evidente que necesitaba renovar urgentemente mis flechas, y aunque ya tengo las varas, no sirven de nada si no tengo las plumas y los nocks, 2) Los paquetes de mi esposo siguen perdidos en algún lugar Dios sabe dónde, 3) Los juegos están a la vuelta de la esquina y yo sigo sin usar las malditas flechas nuevas, y 4) No hay nadie en la Selección que a) tenga plumas o nocks de sobra y 2) le tenga suficiente confianza para pedirle que me venda lo que le sobra.
Estaba a punto de ponerme a llorar (y planeando a quién podría llorarle) cuando, milagrosamente, me llamaron de Correos cuando salía del entrenamiento. ¡Sorpresa! Mi paquete llegó, no sé en qué estado, pero llegó. 
Así que, momentáneamente, tengo esperanzas de poder usar flechas nuevas pronto, mejorar mis puntajes, y esperar a que los paquetes de mi esposito aparezcan mágicamente.