jueves, 15 de noviembre de 2018

El mundo de las explicaciones extrañas (SPOILERS)

Juro que traté de hacer esta entrada sin contar mucho, en serio, pero hay tantas cosas que no me acabaron de cuadrar que no pude resistirme. Los que todavía no hayan ido a ver "Animales Fantásticos: Los crímenes de Grindelwald", no lean esto. En serio. 
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Un nuevo año, un nuevo evento para el Club HP. Hace bastante tiempo que no nos metíamos en estos alborotos. El estreno anterior, el cine con el que queríamos trabajar, básicamente, nos hizo una propuesta tan miserable (así es Cine Center, hablo de ti) así que preferimos ver la peli como todos los mortales. Para este estreno, ya hay nuevo cine en la ciudad y pues les hicimos un trato: entradas por evento. Buen trato para todos.


No es que no haya disfrutado la película. Al menos una buena parte, sí la disfruté. Si se tata de Rowling, soy una persona muy parcial y estoy dispuesta a confiar en su criterio e imaginación casi siempre. Pero (siempre hay un pero), hay cosas que, como buena fan/nerd me es difícil dejar de lado.
La historia comienza en 1927. El MACUSA va a mandar de vuelta a Grindelwald a Europa para que responda por sus crímenes, y obviamente todo sale mal (o no tendríamos película). Grindelwald, como todo villano que se respete, desea dos cosas: poder, en la forma de Credence (que, damas y caballeros, no estaba muerto), y estilo, en la forma de una mansión en París.
Newt, mientras tanto, sigue con sus amigos animales mágicos, convenientemente guardados en su maleta o su sótano (gran sótano, por cierto), y esquivando al Ministerio de Magia británico y/o a su hermano Theseus y su novia que era su amiga en Hogwarts, Leta Lestrange (les suena el apellido, seguro). En ese alboroto, sólo falta saber dónde están las hermanas Goldstein y nuestro muggle favorito: Tina está en París (qué coincidencia) y Queenie aparece con una Jacob con pinta de drogado /hechizado en la puerta de Newt.
Hasta ahí, todo va bastante coherente. Después, Credence escapa con Nagini (seguro que ya saben del lío de la maledictus), Tina conoce a un señor sospechoso en París, Queenie deja a Jacob después de Newt lo desembruja, y todos se van a París. Ya tenemos a todos los interesantes en la ciudad luz, y es momento de que se suelte el caos. 
Para empezar, la personalidad de Queenie se fue al cuerno en algún momento entre las dos pelis. Donde habíamos visto una mujer dulce e inocente, pero con una buena dosis de fuerza interior, ahora tenemos una mujer que más que dulce e inocente parece una niña caprichosa. Newt se pierde un poco en su propia película, y el protagonismo se lo lleva la historia de Credence (que no necesariamente él), Leta Lestrange, el pasado de Dumbledore y los planes de Grindelwald. Asumamos que eso se debe al título de la peli, pero incluso así esperaba más criaturas fantásticas y menos Jhonny Depp. 
Por cierto, Depp quedó bastante convincente como Grindelwald y los de casting tuvieron el buen detalle de buscar al muchacho que lo interpretaba de joven. En general, las actuaciones son buenas, los efectos impecables, y la estética es muy cuidada. Pero  es cuando se trata de rellenar la historia cuando las cosas se ponen complicadas.
Entre enterarnos del turbio pasado de los Lestrange (bien turbio), y el de Leta específicamente, nos muestran detalles que se notan que están hechos para tentar a los fans: un vistazo de la Piedra Filosofal en la casa de Nicolas Flamel, un regreso a Hogwarts y, damas y caballeros, una Profesora McGonagall. La cosa es que es imposible que sea la profesora McGonagall que todos conocimos, las fechas no encajan por ninguna parte. Dumbledore aparece como Profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, lo que estaría muy bien si no fuera porque él enseñaba Transformaciones. Incluso si resulta que esa Profesora McGonagall es Minerva, significaría que Dumbledore es todavía Jefe del Departamento de Transformaciones o ya es Director de Hogwarts. En fin, que algo no encaja ahí.
A medida que avanza la historia, el drama de Queenie y los planes de Grindelwald avanzan hasta llegar al "catastrófico" final: Queenie deja a su mugle para irse con Grindelwald... que le promete ser libre para poder estar con su muggle (que por cierto, no quiere ir con ella siguiendo al fascista mágico). ¿Un buen motivo? No lo creo.
Y para acabar de matarnos a todos, la gran revelación (y no hablo del pacto de sangre entre Dumbledore y Grindelwald que hace que no puedan atarcarse uno al otro... lo que genera un gran hueco en la historia de la muerte de Ariana Dumbledore, si me preguntan). La gran revelación es que Credence es (chan chan chaaaaan) un Dumbledore. Por dónde, ni idea. ¿Primo lejano? ¿Primo cercano? ¿Hermano (¿mal doblaje?)? Hay mucha tela para cortar con muchas explicaciones jaladas de los pelos, y realmente espero que Rowling dé una explicación coherente a todos esos desmanes porque de otra manera toda la historia se cae solita por su propio peso (en incoherencias temporales, claro).
Y con eso ya les conté toda la trama. De veras, siempre evito hacerlo (excepto con las cosas muy obvias), pero esta vez no podía evitar quejarme. Aún le doy algo de beneficio de duda a Rowling, pero eso puede cambiar en base a lo que aclare, no creo ser la única que haya notado esas cosas (es más, casi todo el Club aquí lo hizo. Nos pasamos la mañana tratando de despertar a fuerza de debatir por chat sobre los méritos de la peli). ¿Qué pasará? ¿Qué misterio habrá? Fue una gran noche, pero no lograré dormir con todas esas cosas dando vueltas.