domingo, 29 de abril de 2018

Las complicadas guerras heróicas

Sí, lo sé, me volví a perder un montón de tiempo. En mi defensa, he estado entrenando hasta que sacarme más callos en las manos de los que ya tenía, y quemando calorías en un ritmo que ya comienza a asustarme (trago como fiera hambrienta, a todas horas y ni así logro moverme de mi peso actual). Como suelen decirme mis compañeritos de entrenamiento, #NoExcuses, pero la realidad no es una ninguna excusa (creo). De todas formas, tengo mis altibajos. ayer volví de entrenar al borde de las lágrimas, y hoy salí tan contenta como para irme por un helado de premio.
Pero, haciendo una pausa a mi ajetreada vida de deportista, y a modo de ser buenos anfitriones con una amiga que llegó a entrenar también, nos lanzamos al cine a ver la gran sensación de los últimos días: Infinity Wars.




Soy de las que odia los spoilers, así que trataré de no hacerlos (pero la cosa está bien complicada, en serio). Después de 10 años (desde que salió la primera película de Iron Man), al fin todas las historias se van entrelazando y se cruzan. Es fácil deducir eso por el trailer, y además es muy de esperarse que nuestros héroes, antihéroes y demás gente que amamos del universo Marvel caerán como cucarachas ante Thanos. Ya la cosa se cocía a fuego lento desde hace rato y lo mínimo que podía ser esta historia es épica. ¿Es épica? Vaya que sí ¿Es un poco larga (o la sentí así)? También, pero se lo perdonamos porque no creo que hubiera otra forma de contar todo ese berenjenal de historias de otra forma, al menos no en una sola peli.
Por un lado, tenemos a los Avengers donde los dejamos después de Guerra Civil (y su pelea de parqueo), a los Guardianes de la Galaxia haciendo lo que mejor saben hacer (vueltear por la galaxia, a parecer), a Thor y compañía también dando vueltas por la galaxia, a Spider-man son su vida de adolescente y a Pantera Negra en Wakanda. Es mucha gente para meterla en un solo saco y resultar coherente, y lo bueno es que la historia que nos presentan resulta bastante coherente. 
Tal vez su mejor logro es hacer que Thanos no sea un villano unidimensional, de esos que son malos porque son malos y listo. Todo villano, igual que los héroes, tienen sus historias por detrás, y aunque cuestionemos (o no...otro logro de la historia) los motivos, razones y lógica detrás de la búsqueda de Thanos por las Gemas del infinto y eventualmente cargarse a medio universo (literalmente), no resultan trillados.
A fin de evitarme saber toda la lista de posibles muertos en la película, estuve 4 días entrando al facebook lo mínimo indispensable y sólo para ver las notificaciones. No les voy a arruinar la trama (a los pcos que me leen), pero vayan haciéndose a la idea de que si bien no hay sangre por ahí y por allá, sí que hay muertes y drama a patadas. No den a nadie por muerto hasta que vean el cadáver, y no crean que tal o cual sobrevive sólo porque sí. 
En todo lo larga que me pareció, Infinity Wars tiene una buena combinación de los clásicos chistes simpáticos de Marvel y el drama justo y necesario para hacer sufrir al público. Todo se arma hacia el cruel final que todos sabíamos que venía, con giros que no son tan predecibles como para hacer que la historia caiga en lo obvio.
Finalmente, ¿quieren un spoiler? La cosa aún no termina. Sufran.

miércoles, 11 de abril de 2018

Febrero poco, marzo loco... ¿abril?

Febrero fue un mes relativamente tranquilo, no me quejo. Dentro de todo, me parecía que tenía cierto control sobre las cosas que pasaban... hasta que empezó marzo. 
Marzo fue el mes del caos, del desorden, de todos caen enfermos, de no para de llover... una locura total. Que el campeonato más importante de mi vida (hasta ahora) fuera a final de mes y que entre todo lo anterior no tuviera tiempo para entrenar como para otros campeonatos, no ayudó para nada.
Resumen, llegué al campeonato sin sentirme del todo preparada y con ganas de que simplemente terminara para poder dormir un día o dos, que falta me estaba haciendo. Por suerte (porque la suerte tuvo mucho que ver con todo esto) quedé dentro de la Selección Nacional de Tiro con Arco. Así es, damas y caballeros, fieles lectores y recién llegados, aunque raspando logré clasificar y eso nadie me lo quita.
Obviamente, eso viene con más estrés y trabajo del que tenía antes del campeonato, y con más gastos de los que teníamos (aunque no sean del todo sorpresivos), en especial por la regla de la convocatoria de llevar todo el equipo en un case rígido con llave. Adivinen cuánto cuesta una de esas cosas...
En fin, ahora sólo queda entrenar y esperar a que el Comité Olímpico no nos haga de las suyas (como suele pasar)y acabe recortando lugares en nuestra selección para dárselos a cualquier otro deporte con "más trayectoria en nuestro país".