jueves, 30 de octubre de 2014

Otra vez el verano

Sí, ya sé que no es verano, pero se siente como si lo fuera. Me podrían decir que 28° C no es tan terrible de soportar, pero en mi departamento, donde no puedo generar una corriente de aire ni con todas las ventanas y puertas abiertas, donde el sol pega directo a la ventana de mi habitación toda la tarde, y donde la terraza está cubierta de calamina plástica que ¿qué creen? genera más calor, se siente como si fuera verano y estuviéramos en, no sé, el Sahara.
Lo peor es que me da vergüenza andar en mi short cortito y medio indecente, no apto para "señoras casadas", porque al parecer, gimnasio o no gimnasio, engordé y me queda demasiado apretado. Así que encima de acalorada, estoy demasiado consciente de mis lonjas, lo que no es agradable de ninguna manera.
Y pensar que aún falta para que haga verdadero calor de verano...

lunes, 27 de octubre de 2014

Dos años

Tal vez es porque tengo la sensación de que el tiempo debería durar algo más de lo que dura, pero la llegada de fechas y aniversarios siempre me sorprenden. Si lo comparo con otros matrimonios que conozco, cumplir dos años no parece la gran cosa, es sólo el principio de un largo camino por recorrer.
Pero, para mí, es un logro muy grande, más si consideramos mi pésimo carácter y mis arranques de mal humor que, generalmente, se estrellan contra mi esposito. Claro, tampoco vamos a negar las malas manías del susodicho que me sacan de mis casillas. Y llegados a ese punto, cualquiera con dos dedos de frente sabrá lo mismo que yo: de eso se trata un matrimonio.
Para los ingenuos que estén cerca de casarse, permítanme pincharles su nubecita flotante de felicidad: el matrimonio no tiene mucho de romance y corazones flotando en el aire, el tipo de ilusiones rosa que Disney vende. El matrimonio son las discusiones sobre quién tiende la cama y quién limpia el baño, y hacerlo aunque no te guste porque amas al otro en esas pequeñas cosas. Así que, si no están dispuestos a limpiar baños y restregar ropa a mano porque la lavadora (bendita sea) no lava tan bien como creían, mejor no se casen.
Feliz Aniversario para nosotros!

martes, 21 de octubre de 2014

Modelos y reinas

Había pensado escribir mi siguiente post sobre el último libro que leí (La mujer del viajero del tiempo, totalmente recomendable), o la última peli que vi (Cómo entrenar a tu dragón 2, bella), pero sucede que en la tarde caí a ver un documental de la BBC (amo ese canal) y me quedé pensando.
Hace un tiempo escribía sobre un concurso de belleza aquí en Cochabamba. Admito que no fui nada caritativa con esas chicas, pero lo cierto es que aquí los tales concursos son cualquier cosa y no entiendo como pueden prestarse a eso. Sin embargo, he de revisar hasta cierta parte mis comentarios sobre el tema.
Sí, los concursos aquí son cualquier cosa, y la que los maneja es una tirana, pero hay casos más locos. El documental se centra en el concurso Miss Venezuela, patria de la muchas de las Miss Universo y demás, las mujeres más bellas del planeta y eso. Un montón de chicas se ofrecen a ser cambiadas y criticadas por un viejo (tiene 67, eso lo califica de viejo) con una idea fija sobre lo que hace a una mujer bella y que cree que todas las feministas son feas sin remedio y por eso critican los concursos.
La institución de Miss Venezuela es algo tan arraigado en su país que las chicas y sus familias no dudan en gastarse miles de dólares (que a lo mejor podrían ser invertidos de otra manera) en operaciones, maquillajes, viajes y vestidos en un país en que las amas de casa hacen fila para conseguir  harina, leche o huevos. Mujeres que son preciosas se matan de hambre, se estresan, cancelan sus vidas y se meten siliconas y se sacan grasa porque un tipo se los dice. Niñas de 10 años aprenden a maquillarse, caminar en una pasarela y posar para fotos porque se espera que ellas sean las siguientes concursantes.
Cierto que muchas de ellas participan porque lo consideran su oportunidad de ayudar a su familias a salir de entornos peligrosos, una plataforma para el futuro progreso, pero esa lógica tiene la falla de que sólo una gana...las demás desaparecen. Si sólo sabe valerse de su belleza y no de su inteligencia, la vida de una chica puede tomar rutas muy peligrosas.
Porque encima se espera, se da por sentado, que una Miss sea tonta, que abra la boca para decir una estupidez...y las pobrecitas se sirven en bandeja al estereotipo. Y lo peor, en mi opinión, es que el mismo viejo que maneja el concurso lo decía con una llaneza que me paró los pelos: No se espera que salgan astronautas de aquí, son las chicas que van a trabajar en el "showbiz" (parafraseando), ergo si hay que cambiarles la cara y el cuerpo, pues se les cambia y listo. 
Parece que, al final, el punto de los concursos de belleza es simplemente hacer que todas las mujeres se sientan mal consigo mismas a costa de las torturas a las que otras se someten. En cualquier caso, siempre salimos perdiendo.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Sueños cumplidos

¿Recuerdan la vez que me lamentaba por no poder comprar un arco (de tiro)? Aún no puedo comprar uno, y tal vez no pueda hacerlo en mucho, mucho tiempo, pero por obra y gracia de los contactos de mi esposito, al menos pude disparar uno.
Cierto que en el momento de escribir esto me duele mucho la mano izquierda, con la que sujetaba el arco, los mosquitos me llenaron de picaduras, y aunque muero de ganas, no tengo probabilidades de inscribirme al club sin renunciar a mi trabajo o algo así (el que, por cierto, me está generando mucho estrés y el cabello se me cae a mechones). Pero ese rato me divertí como mono, incluso cuando un pobre perro casi se atravesó en el camino de mi flecha desviada, incluso cuando boté un montón de flechas muy lejos de la diana.
Lógicamente, el mejor momento fue cuando, a pesar de todos mis problemas para apuntar correctamente, le atiné al mero centro de la diana...que la flecha rebotara es otra historia, pero igual fue genial. Eso sí, debo tener algún problema del que no me doy cuenta al apuntar que todas mis flechas, o al menos la mayoría, acabaron clavadas en el lado izquierdo de la diana. 
Espero poder volver a ir en algún momento, de veras que sí. 

sábado, 11 de octubre de 2014

Decisiones, decisiones...


Las elecciones son mañana y realmente ningún candidato me convence. Las campañas han sido las mismas que hace nueve años, con las mismas estrategias y las mismas propuestas que jamás se cumplirán pero que no faltan los pelotudos que se tragan la historia.
Lo cierto es que la perspectiva electoral es deprimente por lo patética que es: El oficialismo tiene 1 partido, y la oposición se divide en 4 facciones distintas. Así quieren lograr algo...Y, obviamente, eso sucede porque todos quieren ser el héroe...y alzarse con la gran mamadera del Estado por el camino.
La historia de Bolivia es triste, mucho, plagada de gente con ambiciones personales en el poder, y otro montón de gente con sus propias ambiciones dispuesta a sacar a tiros al gobernante en turno. Y no hablo precisamente de la historia antigua. 
Si algo nos falta a todos los bolivianos, es un poquito de patriotismo. No más vean a los candidatos, dudo que realmente a alguno le importe realmente nuestro país, y por eso es tan difícil votar aquí: no se trata de escoger lo mejor, sino de escoger el mal menor.

jueves, 2 de octubre de 2014

Libro chicle

Hace muchos, muchísimos años (creo que estaba en segundo semestre de la U), me pasé una noche entera leyendo sin parar "El Código da Vinci". Lo gracioso del caso es que había comprado el libro para regalárselo a una amiga por el día de la amistad o algo por el estilo. Como no veía un momento cercano en que pudiera comprarme el libro, aproveché que ya lo tenía entre manos.
Lo interesante de ese libro en específico, tal como lo recuerdo, era su habilidad de "levantarse" a muchas personas famosas de la historia y hacerlas encajar en su complicada e intrincada trama sobre sociedades secretas. Cuando acabé de leerlo me sentí como si hubiera estado masticando un chicle toda la noche: divertido, buen sabor al principio, mucha tenacidad de mi parte por el medio pero poca gana de escupirlo para ver si tenía más sabor, y finalmente, lo escupo y sigo con mi vida. O sea, lo disfrutas, lo masticas, pero no te lo tragas.
Consideren, claro, que esos eran los días en que se pusieron de moda (otra vez) las conspiraciones y las sociedades secretas. Mi ansiedad por leer "El Códico da Vinci" era una respuesta lógica a todos los comentarios a mi alrededor, sobre el libro y la película. Algún tiempo después, salió la película basada en el libro anterior al "Código", "Ángeles y demonios". Después de mis experiencia con su antecesora, no estaba muy entusiasmada por leerlo, y ni siquiera me enteré que había película hasta que vi que la anunciaban en HBO y la vi de pura casualidad y desde la mitad (hasta el día de hoy, no he visto el principio).
Hace poco, dando vueltas por un blog (que parece que borraron, porque ahora no lo encuentro), me encontré el tal libro. Y ya que ando con tablet por la vida, me lo descargué, así que prepárense para la intrincada y complicada trama.
Robert Langdon, estudioso, historiador, docente de simbología religiosa en Harvard (¿siquiera esa materia existe?, recibe una llamada muy rara un día a las 5 de la mañana y una hora después (merced a un avión mega rápido) está en Suiza, en el CERN (si han visto alguna vez The Big Bang theory, seguro sabrán que es) ayudando a investigar un asesinato (chan chan chaaaaan).
De ahí, lógicamente (de acuerdo a cualquier historia que implique conspiraciones, sangre y muerte por todos lados), los eventos se suceden en una carrera alocada contra el tiempo para detener la locura de turno y a los psicópatas implicados. Una vez más (o más bien, por primera vez) toma a una sociedad secreta, Los Illuminati, y se toma libertades con los muertos famosos, como Galileo y Bernini.
No voy a negar que es atrapante e interesante, pero está tan lleno de inexactitudes de todo tipo (yo noté las que tienen que ver con el proceso de elección de un Papa, dejo las de ciencia a quien corresponda), que tenemos otra vez (o por primera vez) un libro-chicle: máscalo, pero no lo tragues.
Eso sí, debo admitir que de todas formas, me sentí algo decepcionada de la historia. Creo que el guión adaptado de la peli les quedó mejor, o tal vez sea que estoy acostumbrada a esa versión de la historia, con esos detalles.