jueves, 27 de agosto de 2015

El meollo de la cuestión

Hace poco más de una semana, una joven murió en La Paz, presuntamente, atropellada por su ex novio. De inmediato, como suele ocurrir en estos tiempos del facebook, la máquina de la "justicia popular" se puso en marcha: antes de que el Fiscal General del Estado anunciara que el sospechoso sería imputado por feminicidio, la gente ya había emitido su opinión y condenado como culpable al ex novio.
Tal vez, fue que la víctima tuviera sólo 27 años, o que su madre fuera una periodista conocida y miembro de Mujeres Creando, la cosa es que el caso provocó indignación masiva, y la (casi) unánime condena de todos. Tampoco ayudó la actitud del sospechoso, que, de acuerdo a los testigos, trató de huir, y después declaró en la prensa que no se arrepentía de nada porque no había hecho nada.
Las versiones de un lado y otro varían. La familia de ella dice que él le pasó el auto por encima, la familia de él dice que ella se colgó del auto, se cayó y...pues se murió del golpe. Es obvio esperar que cada lado defienda su lado de la historia, pero desde que todo esto empezó se han estado lanzando barro mutuamente. Que si él era abusivo, que si ella era una mala madre, que si él la mató con premeditación, que si ella estaba más ebria que él esa noche.
Si bien es cierto que hay que presumir inocencia hasta que se demuestre lo contrario, y que aunque haya corrido mucha agua bajo el puente, la sentencia final no está ni a la vista, hay algunas cosas que me parece importante considerar en este asunto. 
Sin ánimo de emitir condenas, creo que no hay que ser un genio científico, ni un experto en medicina, para deducir que nadie se rompe el cráneo, las costillas, y se perfora un pulmón por caerse en la calle (tal vez si tuviera huesos de cristal). Aclarar eso es la clave. Aunque los testigos y las versiones tiren para un lado u otro, un buen perito podría desenredar el asunto, es sólo cuestión de reunir pruebas. 
En Bolivia (y en todo el mundo, no nos hagamos a los inocentes), las mujeres siempre han sido un sector pisoteado y alegremente ignorado. Aunque socialmente a todos nos parece una barbaridad que un marido pegue a su esposa, hay tantos elementos machistas tan metidos en nuestra cultura, que nos parecen de lo más normales y no condenables como la violencia física y evidente. Que una mujer, siendo madre, decida salir a bailar y beber, por ejemplo, es suficiente para que se la tache de "mala madre" y de cosas peores, dependiendo de quién emite la opinión, y nadie dirá nada al contrario porque aceptamos que una mujer debe meterse a su casita a criar a sus hijos y ser sacrificada y abnegada y todas esas cosas que nos meten en la cabeza desde antes de dejar los pañales. Y es por ahí por donde van las balas en este caso: que  si ella, la muerta, era madre soltera, y tenía un carácter complicado, y ella lo acosaba, y estaba ebria cuando murió, entonces ya no es "tan víctima". Falta muy poco (y seguro varios piensan así) para decir el clásico "se lo buscó".
El punto central en todo este lío no es cómo era ella, o si estaba borracha, o si era mala madre. Lo importante, lo que se investiga, lo que se va a juzgar es cómo fue que ella acabó muerta esa noche y qué tanto tiene que ver el ex novio y su auto en su muerte. Así de claro, así de sencillo. Aunque ella hubiera hecho de su vida un poncho, como se dice por estos lares, eso no es el tema de la investigación, ni lo que se va juzgar. Pueden dar un antecedente, pero nada más. Y nadie tiene derecho real a condenarla a ella por cómo vivió o por lo que hizo y dejó de hacer, "el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra" y eso.
Por muy "loca" que haya sido ella en vida, merece que su muerte sea aclarada de la mejor manera posible. Y si hay un culpable, debe cargar con las consecuencias.

martes, 25 de agosto de 2015

Nostalgia boba

Hace menos de una hora, el...pues no sé, ¿transformador? del poste de afuera empezó a chispear como loco. Tuvimos que desconectar varios de los aparatos eléctricos, por las dudas, aunque la electricidad siguió funcionando. 
Entre las cosas desenchufadas estaba la tele, y aunque se le pasó el ataque de locura a la cosa esa de afuera, preferí no arriesgarme a encenderla (bendita la batería de la laptop). ¿Qué puede hacer una, a la media noche, sin tele y pocas ganas de dormir? La respuesta lógica sería dormir (Dios sabe que necesito todas mis energías para el trabajo), pero yo no soy lógica (al menos, no todo el tiempo), y se me ocurrió revisar una bolsa que tengo sin organizar desde que nos mudamos aquí. 
¿Qué hay en la bolsa? Más que nada, papeles, papeles y papeles (papeles chiquitos, papeles grandotes, así como en la publicidad esa del pegamento). Revistas, viejos trabajos de colegio, letras de canciones, recortes de periódicos sobre Harry Potter y El Señor de los Anillos. Lo único ahí que no es papel es mi caja de colores Lyra (un lujo que probablemente no pueda volver a conseguir si pierdo esta, básicamente porque ya no los fabrican). Y entre la montaña de papeles me encuentro con mi anuario de Promoción del colegio. 
Y ahí fue cuando me puse nostálgica, es decir, todos esos recuerdos de colegio, las compañeras, las actividades...momento, ¿por qué me pongo nostálgica si era la raleada del curso? Sospecho que mi adolescente interior aún quiere atención a su drama y, no tan secretamente, aún desea haberse integrado un poco más (y también desea haber empezado antes a usar contactos, delineador y perder algo de peso, ese año estaba muy gorda). Mala combinación de emociones con mi dolor de estómago por comer pavo que sabía a chancho pero en realidad era pato, y cubrirlo con helado.
De la rememoración de todas las cosas en las que no me integré (y todos lo errores ortográficos y gramaticales del anuario que no puedo corregir ya), pasé a revisar las fichas de mis compañeras de curso: "oh mira, ella ya tiene un hijo, y ella también, y ella también, y ella, y ella...¿en qué andará ella? oh sí, no me caía bien, ¡mira, ella me era simpática! Mmm...creo que yo no a ella...ouch, cierto, ella se murió". Más recuerdos deprimentes. Ahí me puse a pensar: ¿no sería interesante hacer una especie de recopilación de en qué andan esas chicas ahora? Cierto, eso sería chismear y para eso tenemos al facebook. De todas formas, ¿qué pondría yo en mi ficha actual? "Sigo siendo más lista que todas ustedes...simplemente, me da flojera mostrarlo. Pero seguro que mi vida es más divertida que la suya".
Sí, sumamente reconfortante.

lunes, 17 de agosto de 2015

Las prioridades claras

Después de dos meses de duro trabajo, al fin hoy tuvimos nuestro concierto con la Misa No. 2 de Schubert. Como siempre, la semana antes del ensayo resultó agotadora, estresante y logra sacar lo peor de mi poco tolerante personalidad. Hasta ayer, me sentía lista para mandar al diablo a cualquiera que se me opusiera, pero hoy...¡milagro!
Por una de esas cosas raras que suceden (se alinearon los planetas, cambió el viento de dirección, lo que sea), todo parecía salir bien hoy. Llegaron todos temprano a la concentración pre concierto, vinieron muchas personas a escucharnos, todos estábamos de buen humor y nos permitimos reírnos y bromear entre nosotros antes de entrar, empezamos a tiempo. Todo una maravilla.
No puedo decir que no tuviéramos errores, y la acústica del lugar me parece que no ayudaba mucho, pero ¡hey! no hubo críticas destructivas y el público, después de escuchar nuestra misa y el concierto de Mozart del violinista invitado, salió satisfecho.
Nada es más satisfactorio para un músico (incluso uno aficionado, como yo) que una buena noche de concierto...excepto lograr en la falda en la que casi no entraba en el anterior concierto.

jueves, 13 de agosto de 2015

Más canto

Me perdí un buen tiempo, ¿eh? ¿Me extrañaron? ¿No? Peor para ustedes. Ha hecho mucho frío estos últimos días, y entre una cosa y la otra, sospecho que he envejecido algo más rápido que de costumbre. Mi prueba es que ahora me duermo temprano (temprano para mí, o sea, alrededor de la media noche), y me da mucha más flojera que de costumbre ir a trabajar.
En uno de esas noches en que estaba ligeramente más despierta que de costumbre, y aprovechando que mi esposito había ido por películas nuevas, nos clavamos una que estaba esperando por algún tiempo ya: Pitch Perfect 2.


Deefinitivamente, amé la primera peli con locura, es divertida, sencilla y llena de música. La segunda también tiene mucha música y momentos sumamente extraños y divertidos, pero es como si se les hubiera ido la mano tratando de hacerla entretenida y dinámica, y en eso se les pasó a sumamente entrecortada y poco fluida. 
Si bien la primera tiene muchos clichés, funcionaban perfectamente con la historia. En esta también exageraron un poco con los chiclés y no me quedó muy claro en qué aportaban a la trama, incluso los que resultaban graciosos. Pero, lo más importante (al menos, en mi cabeza), son los arreglos de las canciones conocidas, aunque la peli versa mucho sobre lo de ser creativo y auténticos (y de ahí lo de la canción de Emily). Ya quisiera yo cantar así.
No me gustó tanto como la primera, pero Pitch Perfect 2 tiene su encanto y su gracia, en buena parte encarnados por los extraños comentarios de los presentadores de los concursos a capella, la japonesita rara y la latina más rara. Esos son impagables.