Hace poco más de una semana, una joven murió en La Paz, presuntamente, atropellada por su ex novio. De inmediato, como suele ocurrir en estos tiempos del facebook, la máquina de la "justicia popular" se puso en marcha: antes de que el Fiscal General del Estado anunciara que el sospechoso sería imputado por feminicidio, la gente ya había emitido su opinión y condenado como culpable al ex novio.
Tal vez, fue que la víctima tuviera sólo 27 años, o que su madre fuera una periodista conocida y miembro de Mujeres Creando, la cosa es que el caso provocó indignación masiva, y la (casi) unánime condena de todos. Tampoco ayudó la actitud del sospechoso, que, de acuerdo a los testigos, trató de huir, y después declaró en la prensa que no se arrepentía de nada porque no había hecho nada.
Las versiones de un lado y otro varían. La familia de ella dice que él le pasó el auto por encima, la familia de él dice que ella se colgó del auto, se cayó y...pues se murió del golpe. Es obvio esperar que cada lado defienda su lado de la historia, pero desde que todo esto empezó se han estado lanzando barro mutuamente. Que si él era abusivo, que si ella era una mala madre, que si él la mató con premeditación, que si ella estaba más ebria que él esa noche.
Si bien es cierto que hay que presumir inocencia hasta que se demuestre lo contrario, y que aunque haya corrido mucha agua bajo el puente, la sentencia final no está ni a la vista, hay algunas cosas que me parece importante considerar en este asunto.
Sin ánimo de emitir condenas, creo que no hay que ser un genio científico, ni un experto en medicina, para deducir que nadie se rompe el cráneo, las costillas, y se perfora un pulmón por caerse en la calle (tal vez si tuviera huesos de cristal). Aclarar eso es la clave. Aunque los testigos y las versiones tiren para un lado u otro, un buen perito podría desenredar el asunto, es sólo cuestión de reunir pruebas.
En Bolivia (y en todo el mundo, no nos hagamos a los inocentes), las mujeres siempre han sido un sector pisoteado y alegremente ignorado. Aunque socialmente a todos nos parece una barbaridad que un marido pegue a su esposa, hay tantos elementos machistas tan metidos en nuestra cultura, que nos parecen de lo más normales y no condenables como la violencia física y evidente. Que una mujer, siendo madre, decida salir a bailar y beber, por ejemplo, es suficiente para que se la tache de "mala madre" y de cosas peores, dependiendo de quién emite la opinión, y nadie dirá nada al contrario porque aceptamos que una mujer debe meterse a su casita a criar a sus hijos y ser sacrificada y abnegada y todas esas cosas que nos meten en la cabeza desde antes de dejar los pañales. Y es por ahí por donde van las balas en este caso: que si ella, la muerta, era madre soltera, y tenía un carácter complicado, y ella lo acosaba, y estaba ebria cuando murió, entonces ya no es "tan víctima". Falta muy poco (y seguro varios piensan así) para decir el clásico "se lo buscó".
El punto central en todo este lío no es cómo era ella, o si estaba borracha, o si era mala madre. Lo importante, lo que se investiga, lo que se va a juzgar es cómo fue que ella acabó muerta esa noche y qué tanto tiene que ver el ex novio y su auto en su muerte. Así de claro, así de sencillo. Aunque ella hubiera hecho de su vida un poncho, como se dice por estos lares, eso no es el tema de la investigación, ni lo que se va juzgar. Pueden dar un antecedente, pero nada más. Y nadie tiene derecho real a condenarla a ella por cómo vivió o por lo que hizo y dejó de hacer, "el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra" y eso.
Por muy "loca" que haya sido ella en vida, merece que su muerte sea aclarada de la mejor manera posible. Y si hay un culpable, debe cargar con las consecuencias.