Se acabó el primer mes del año como si nada. Si creen que la depresión en proceso que se filtraba de mi anterior entrada tomó forma, debo decirles que ya pasó...pasó a transformarse en furia ciega por un momento. Ahora mismo, sigo muy muy enojada.
En el momento de la furia ciega solté insultos como bucanero, los suficientes para asustar a las madres de mis compañeros de entrenamiento, aunque ellas compartieran mi furia. En el siguiente instante, estaba demasiado ocupada planeando la muerte de todos los implicados.
¿Qué puedo decir? Enero se disuelve en una nebulosa de ira, trabajo y situaciones intrascendentes. Si las venganzas quedaran impunes...