martes, 31 de enero de 2017

Fin de mes

Se acabó el primer mes del año como si nada. Si creen que la depresión en proceso que se filtraba de mi anterior entrada tomó forma, debo decirles que ya pasó...pasó a transformarse en furia ciega por un momento. Ahora mismo, sigo muy muy enojada.
En el momento de la furia ciega solté insultos como bucanero, los suficientes para asustar a las madres de mis compañeros de entrenamiento, aunque ellas compartieran mi furia. En el siguiente instante, estaba demasiado ocupada planeando la muerte de todos los implicados.
¿Qué puedo decir? Enero se disuelve en una nebulosa de ira, trabajo y situaciones intrascendentes. Si las venganzas quedaran impunes...

lunes, 16 de enero de 2017

Amargas decepciones

El lado realista de mi cabeza me decía que no debía hacerme muchas ilusiones, porque mi mala suerte siempre dicta que cuando más emocionada estoy con algo, menos chances hay de que ese algo suceda. Pero soñar no cuesta nada, y me permití soñar un poco, incluso sabiendo que ya había tentado a la mala suerte.
La verdad, ya sabía esto desde mitad de diciembre y aunque ese rato dijera a todos los interesados en el asunto que mejor ya no hacernos ilusiones, yo era la primera en seguir haciéndome ilusiones. La triste realidad es esta: Nuestras chances de ir a China con una beca por Tiro con Arco es igual a nula. ¿Por qué? Porque capricho de unos cuantos, así de sencillo.
He pasado los primeros días de este mes en tratar de resignarme, y los últimos días, en que por contactos misteriosos me enteré de la negativa casi definitiva al asunto, tratando de no deprimirme más de la cuenta. Aunque me picaban las manos por escribir esto, no me sentía con el valor para hacerlo. Supongo que ponerlo por escrito es igual a admitir la derrota.

martes, 3 de enero de 2017

2017

Decir que el 2016 fue bastante interesante sería quedarse corto. La mayor parte del mundo concuerda en que fue un absoluto y completo desastre, pero sería hipócrita y desagradecido de mi parte decir que no tuvo sus cosas buenas a pesar de todos las desgracias que llovieron.
Enumeremos:
1) Pude entrenar todo lo que quise (y también todo lo que no quise).
2) Tuve mucho tiempo para pasar con mi familia y amigos.
3) Gané en mi categoría en los nacionales (muy relacionado con el punto 1, por cierto).

Podría seguir, pero la memoria me falla y de todas formas el punto no es restregar a todos lo bien que me fue a pesar de las cosas malas. El 2016 pudo ser un mejor año, pero también tuvo sus cosas buenas. Soy una persona afortunada incluso cuando no me doy cuenta de ello.
No soy de las que cree que empezar un nuevo año cambia las cosas en algo, los problemas y todas las cosas de las que uno piensa huir cambiando un número no desaparecen. Pero, al comenzar este 2017, me siento extrañamente reflexiva (y espero que se me quite pronto) y aunque no sea fan de hacer listas de propósitos y tonterías por el estilo, tengo el deseo de hacer que este año sea bueno sin importar lo que pase.