viernes, 27 de mayo de 2016

Los viejos/nuevos mutantes

A la tercera va la vencida...o casi. La cosa es que, después de varios intentos, al fin nos lanzamos a ver la tercera peli de X-men. Todos ya sabíamos que este año era el de los superhéroes y demás, si encima estás casada con un fanático de los cómics, puede resultar que sea lo único que veas este año...aunque vale la pena. No voy a hacerme a las locas y decir que no disfruté la peli.


Personalmente, me parece una buena historia si el expectador conoce el universo de los mutantes lo suficiente como para disfrutar todos los pequeños detallitos y guiños, que es una de las cosas que más le han criticado a la película. Eso y la presentación de Apocalipsis.
Viendo algunos vlogs de crítica de cine, encontramos uno de una chica que decía que el maquillaje de En Sabah Nur se veía como del villano de Power Rangers y que hubiera sido que lo hicieran en CGI. Aunque aprecio todas las escenas increíbles que se pueden lograr con las animaciones y efectos de computadora, las pantallas verdes y demás, creo que la gente exagera con eso de creer que son la cosa que más destaca de una película, incluso sobre la historia o las actuaciones. Si algo se puede lograr con maquillaje o escenarios reales, ¿cuál es el punto de meterle un montón de efectos?
Lo irónico es que a la escena que tiene más efectos, con Quicksilver corriendo como loco, le criticaron que era relleno y que era básicamente repetir lo de la anterio película, más allá de que está muy bien lograda. En serio, no puedo entender qué más están esperando del cuate: su poder es moverse muy rápido y correr muy rápido, no va hacer nada aparte de eso.
Las actuaciones están muy buenas también. A la que menos fe le tenía era a Sophie Turner, más que nada porque le tengo manía a su personaje de Sansa en "Juego de Tronos", pero es obvio que es una buena actriz. Como siempre, Jennifer Lawrence se luce.
No creo que mereciera el 51% de "podrido" que le pusieron en Rotten Tomatoes, y menos comparado con el 90% que tiene "Civil War", que aunque la disfruté no estaba tan divertida como mis mutantes favoritos de toda la vida.

viernes, 20 de mayo de 2016

A un clic...

En tiro con arco, existe un pequeño instrumento (entre varios, por cierto) que es muy chiquito, pero muy muy importantito...y no me lo creí hasta que tuve uno. 
Aprovechando el viaje de una amiga a Gringolandia, hice un pedido de cosas que necesitaba para el deporte: plumas, nocks, puntas...esas cosas. Y ya puestos a eso, y por consejo de varios compañeros (a la vez que varios me dijeron que aún no), encargué un clicker. Básicamente, es una varita de metal que se atornilla al riser del arco, se pasa la flecha por debajo para disparar y cuando se ha alcanzado el anclaje y apertura, el clicker golpea el riser y hace un "clic". La idea es que siempre se repita la misma tensión en todos los disparos, o sea que hay que disparar en cuanto suena el clicker.
Suena sencillo pero es más complicado de lo que parece (como todo lo relacionado con este deporte. Tuve que hacer cortar mis flechas para poder usar el clicker, y practicar y practicar para repetir siempre el mismo movimiento y que el clicker no suene antes de lo debido...o no suene para nada (todavía ando batallando con eso parte). La parte buena es que mis resultados han mejorado notoriamente...quién me diría que un pedacito de metal es tan útil.
La cuestión ahora es que paso el examen de mañana porque lo paso. Punto.

sábado, 14 de mayo de 2016

Brandy

Normalmente, soy conocida en mi círculo de amigos (y enemigos) por ser casi totalmente abstemia. Antes de mi épica despedida de soltera en que me tomé sola una botella entera de vino, jamás había estado ebria (y eso que esa vez no estaba muy mal, me acuerdo de todo...y todas mis amigas también se acuerdan de todo). Después de eso, jamás he vuelto a beber en esas cantidades (será poco para algunos, pero para mí fue como beberme hasta los floreros, como se dice).
¿Qué significa eso? Que realmente no tengo mucha experiencia con el alcohol y sus consecuencias. Mi poca tolerancia a las bebidas espirituosas hace que siempre sepa donde detenerme, y eso es después de una copa y media de vino, o media lata de cerveza. Así que, además de los efectos que son del absoluto dominio popular, como los síntomas de las resacas y no mezclar alcohol con antibióticos, no sé nada sobre el asunto.
Pensándolo bien, es vergonzoso que alguien de mi edad y que se precia de ser más lista que el resto, no supiera que no se debe beber alcohol si una ya está con molestias estomacales. Alego en mi defensa que los anfitriones que nos invitaron brandy a una amiga arquera y a mí son demasiado amables y queridos para rehusar una copa...seguidas por otra de vino cabernet sauvignon y otra de tannat (sí, incluso aprendí nombres de vino).
Las consecuencias lógicas (para todos, menos para mi ingenua mentecita) fueron un absoluto desastre. Terminé terriblemente indispuesta y muy deshidratada. Sé que las cosas están mal cuando no me siento con fuerzas como para ir a disparar, a pesar de que mis flechas están recién cortadas y con puntas nuevas. Eso es grave.
De todas formas, y aquí entre nosotros, ese brandy estaba genial.

jueves, 5 de mayo de 2016

Ya es mayo, y todo sereno...

O al menos, eso quiero creer. No que sea difícil, aunque a veces parece que me ahogo en vasos de agua (medio vacíos, por cierto), siento que me he vuelto un poco impermeable a algunos problemas...o por lo menos, he dominado el arte de no andar gritándolos a los cuatro vientos (que también es positivo).
Así que la vida sigue, sin novedades. Siendo así, ¿sobre qué puede escribir una, si no pasa nada? Tal vez sea momento de revisar todos esos cuadernos que tengo garabateados...o pensar en cerrar este blog.