miércoles, 31 de octubre de 2012

Papa casada

En el ajetreo y locura de la anterior semana, no pude escribir nada sobre lo que pasaba. Más que nerviosa, estaba cansada, muy, muy cansada. Pensé que tenía los nervios bajo relativo control hasta que el viernes en la tarde me dio una crisis histérica por culpa de unos bloqueadores que se interponían en el camino del sacerdote que debía venir a casarnos.
Si me pusiera a contar todas las "anécdotas" de la boda, no termino nunca, así que me conformo con decir que, a pesar de las dificultades, salió todo bien y bonito, nosotros (mi marido y yo) estuvimos felices y la pasamos bien, como la gran mayoría de nuestros invitados.
Ya nos mudamos a nuestro cuartito temporal, así que estamos rodeados de cajas y desorden de todas nuestras cositas metidas en un solo loquero. Al menos, tenemos donde dormir y agua caliente en el baño.

domingo, 21 de octubre de 2012

Estados interesantes

Ayer mis amigas me organizaron una Despedida de Soltera. Debo admitir que, en general, no soy muy fan de ese tipo de fiesta, suena a que te duele dejar la soltería tanto que necesitas una fiesta para no sentirte tan mal por ello. Otra cosa a la que no soy afecta es a beber en exceso...o a beber, en general. Lo único que me "gusta" tomar es vino dulce, y sólo es porque es un dulce.
Pero sucedió que mis amigas, tan buenas como son (juro que eso no es sarcasmo), ya habían pensado en hacerme una despedida y me dio penita decirles que no, en vista, además, de lo chistosa que fue la despedida de Sil. 
El caso es que todo iba "bien", hasta que llegó Sil con vino dulce para mí. Me sirvieron una copa, jugamos a hacer preguntas indiscretas, me sirvieron otra copa, siguieron las preguntas, una copa más, me tocó bombardearlas, otra copa más, estaba dando una película con John Travolta de joven en la tele, más vino en lo que llamaremos "el vaso alegórico de las despedidas" y después cada quien a su casa. Así dicho suena muy simple, pero ya en la mitad de la segunda copa, yo estaba super girada. Y entre chiste y chiste, me tomé toda la botella de vino solita.
Sospecho que pudo ser peor, pero por suerte había bastante comida así que eso atenuó algo los efectos del vino. Solo algo, porque de todas formas la cabeza me daba vueltas, el mundo se negaba a estarse quieto, aunque se volvió muy entretenido súbitamente.
Estar ebria, debo admitirlo, es raramente interesante, y más si se trata de alguien que, como yo, tiene vocecitas raras en su cabeza. La que estaba más feliz era mi yo-loco, reía sin parar (con una risita perturbadora que traumó a más de una), decía todo lo que se le pasaba por la cabeza, o al menos lo intentaba. Mi yo-conciencia estaba ahí tratando de callarla la mitad del tiempo, y tratando de hacerle recordar que hoy tenemos clase de baile, y que nos convenía estar mínimamente sanas, aunque mucho éxito no tuvo, definitivamente. Y mi-"normal" estaba amarrada al fondo de la escena, rogando porque alguien callara a esas dos, recordando datos intrascendentes e información inútil que las otras dos soltaban sin mucho asco, y con agregados de su imaginación.
Creo que soy una ebria simpática, digo, no di la guerra, sabía que estaba mal, reía mucho y lo cierto es que, entre copa y copa, la pasé bien. Eso sí, no vuelvo a embriagarme nunca más.

sábado, 20 de octubre de 2012

Tragedias


Llevo toda la semana postergando postear. Que si el lunes tengo sueño, que si el martes ya el tema no da, que si el miércoles mejor duermo. El jueves no tuve el estómago para hacerlo, y creo que ahora tampoco lo tengo. Sospecho que si escribo de esto por puro morbo, pero de veras que no se me quita la impresión.
Mi hermana menor es voluntaria del SAR, el grupo de búsqueda y rescate. El entrenamiento es durísimo, las guardias son agotadoras, y le ha tocado ver desde perritos atrapados en las torrenteras a recoger gente cortada en tiras para llevarla al hospital, pasando por fracturarse la muñeca mientras iban en la ambulancia con un herido y los chocó un micro. Mi hermana, sospecho, no le tiene miedo a muchas cosas, no hay nada que la inmute realmente (digo, si es capaz de hablar casi en tono de broma de algunos accidentes que ha visto...), así que para ella lanzarse en paracaídas es solo una aventura...y parte del entrenamiento.
Ayer, jueves, mi hermana tenía un salto en paracaídas de demostración, parte del espectáculo por el aniversario de un colegio de Cochabamba. Como son muchos los que practican el paracaidismo en el SAR y las oportunidades de hacerlo no son muchas y son generalmente algo costosas, sortearon a quiénes irían en el avión. Mi hermana salió sorteada.
Todo eso no tendría, probablemente, nada de relevancia, pero las cosas nos fueron bien. Un muchacho del SAR saltó antes que mi hermana, que era la segunda. Ella llegó bien al patio del colegio en cuestión y vio descender a los que iban detrás de ella, pero el primer chico no llegó. Después le contaron que había hecho emergencia y fueron a buscarlo.
Al parecer, algo salió mal, una corriente de viento lo impulsó o lo desvió y empezó a caer en tirabuzón, perdió el control, trató con el paracaídas de emergencia, pero parece que ya estaba muy abajo para que pudiera frenar con eso. Al menos, eso cree mi hermana.
No quiero imaginarme como se siente la familia de ese muchacho, si es la mitad del espanto que sentí al pensar que podía haber sido mi hermana la que hizo emergencia, debe ser horrible. Después se me ocurrió recordar que en un salto que hizo el año pasado, mi hermana también cayó un momento en tirabuzón, con el paracaídas detrás de ella como si fuera una cola, y me sentí todavía peor.
No puedo impedir que mi hermana se vuelva a subir a una avioneta para saltar, y aunque sea por un trabajo voluntario de rescate, de veras espero que no vuelva a hacerlo nunca más. Y eso, la verdad, es mucho pedir.

lunes, 15 de octubre de 2012

Clases de baile

       ...Ahora, bailar es dejar que el cuerpo respire... (Profesora McGonagall, antes del Baile de Navidad)

Esta entrada debería ser, en verdad, de dos cosas. Una, lógicamente, es la clase de baile que tuvimos hoy con mi sufrido novio, la otra es nuestra vuelta final por la Feria del libro, pero creo que definitivamente eso irá mejor en otra entrada, que prometo escribir tan pronto como pueda (o sea, en dos o tres...semanas).
La verdad es que bailar vals nunca me ha parecido difícil, mi mamá se encargó de enseñarme el paso básico antes de que tuviera 10 años creo, y (modestia aparte) tengo un buen sentido del ritmo. Mi problema es que, dado mi ingulable sentido del ritmo, estoy muy acostumbrada a ser la que guía el baile, cuando se supone que debería ser el hombre el que guía (ese es mi feminismo rebelándose...creo). 
Por otra parte, mi sufrido novio tiene en su contra sus articulaciones maltratadas por la gota y (la verdad sea dicha) un sentido del ritmo algo defectuoso (mi amor, si ves esto, no olvides que te amo). Lo sorprendente fue que sacó el paso de vals con contrapunto en dos patadas. Fue una grata sorpresa, debo admitir, aunque poner ese paso en el ritmo fue lo complicado.
Eso sí, nos hicimos un lío cuando empezamos a bailar juntos porque (¿qué creen?) yo quería guiar y no había caso: no puedo manibrar algo tan grande, mucho menos si estoy ocupada tratando de no caerme de los tacones.
Sí,damas y caballeros, bailaré con esos taconazos que les mostré hace un tiempo (tengo que estar realmente loca para hacer eso). Descubrí que lo difícil no es mantenerse en los tacones, lo realmente difícil es bailar sin apoyarse en los tacones a riesgo de no deslizarme y caerme de cara. Eso significa que estaba permanentemente parada de puntas, sin apoyo en los talones y tratando de seguir las zancadas que daba mi sufrido novio. Al final de la hora, los tobillos me temblaban y estaba colgada del cuello de mi pobre novio para no caerme. Lo único positivo de eso es que era algo más fácil de maniobrar.
Tenemos una clase más para sacar la "coreografía", o al menos ver si podemos lograrlo sin que los tacones asesinos se me volteen o se le claven en los pies a mi sufrido novio, y (teóricamente) deberíamos tener mucha práctica antes de esa clase. Ahora, jóvenes saltamontes, ¿creen que lograremos sacar la coreografía en dos semanas? ¿Perderá un pie mi sufrido novio? ¿Me haré un nuevo esguince en el intento? Dejen sus apuestas en los comentarios.

viernes, 12 de octubre de 2012

Mudanza

Aún no me muevo de mi casa, ni siquiera de mi cuarto, pero las sañales para que empiece a moverme son inconfundibles. De momento, mis papás ya instalaron mi futura cama matrimonial en el que antes era el taller/cuarto del piano, arreglaron el agua caliente y sacaron todas las cosas que no se quedarán ahí...que son casi todas (menos mi piano).
Viendo todas esas cosas, me pongo a pensar que ya debería ir ordenando mis cosas para sacarlas del que hasta ahora ha sido mi cuarto. Eso implica ordenarlas, seleccionarlas, deshacerme de lo que definitivamente es basura, encajonar lo que se irá directo al futuro departamento, y mover el resto al nuevo cuarto. O sea, un montón de trabajo que no tengo ganas de hacer.
Sólo hay una ítem de entre todas mis cosas que debo salvar, guardar y esconder antes de que sea tarde: mis libros están en parte en mi ropero, y otra parte dando vueltas por ahí en mi casa, en lugares tan nada que ver como el librero familiar. En pocas, debo rescatarlos y llevármelos a un lugar seguro.
Aparte de eso, tengo que seleccionar mi ropa, porque toda la que tengo (que no es mucha), no entra ni a balazos en tres cajoncitos que me corresponden de la cómoda. Creo que me compraré un ropero.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Muerta de toda mortandad

La verdad, esperaba que eso no tuviera que pasarme. Incluso con la prueba de que cuatro de mis compañeros ya habían muerto, tres de ellos regresaron a la vida (el cuarto, nos tuvieron que mandar a su hermano de reemplazo) y todo eso, me resistía a creer que en algún momento podía ser yo la siguiente que cayera muerta.
Así que cuando un asesino me tiró una cuchillada a traición y me caí muerta...pues ni yo me la creía. Lo cierto es que fue muy...molesto. Todos combatían, ganaron puntos de experiencia, consiguieron una espada con alma propia, ¿y yo? Bien gracias, mi alma está atrapada en el cuchillo de tinium del asesino y mi cuerpo está almacenado en (redoble de tambores) un barril de licor de plátano. Al parecer, envolverme en un capa y que me cargue uno de mis adorados compañeros no se considera una forma digna de transportar un cadáver.
De todas formas, creo que la peor parte fue cuando me revivieron. Después de todo un lío con deseos a genios emplumantes y demás, lograron revivirme con un nivel menos, lo cual no es tan malo (tan). La parte fea fue que no me revivieron bien, al parecer hay un pequeño problemilla con las resurrecciones en este plano, culpa de la loca que nos invade, así que regresé mi a cuerpo...que está un poquito descompuesto: pelo reseco, piel poniéndose medio azulada, ojos medio lechosos. Dejé de ser la bonita del equipo.
¿Es muy sorprendente que estuviera muy, muy molesta? Mataré a Glasya con mis propias manitas putrefactas...

lunes, 8 de octubre de 2012

Controlar todo

Acabo de tener una discusión con mi papá sobre que yo quiero controlar todo de mi boda. Al parecer, eso le molesta. Pero, corríjanme si me equivoco, ¿No es eso acaso lo que debo hacer? ¿Controlar todo? ¿En especial si mis invitaciones en blanco desaparecen y nadie quiere decirme qué hicieron con ellas? ¿No debería poder controlar mi lista de invitados? 
Si sobra espacio, quisiera poner a mis amigos,  no a los amigos de mis padres (que ya dejé a varios), ni a los de mis hermanas (que no me interesan ni por si acaso). Eso no es querer "controlar todo", es sentido común querer tener el control de mi lista. Qué joder.

viernes, 5 de octubre de 2012

La maldición de las laptops

A estas alturas, no encuentro otra explicación para que todas las laptops que caen en mis manos (dos, de momento) tiendan a tener fallas estúpidas y molestosas. Al menos, esta vez no se murió toda la computadora, pero es mucho más molesto que eso.
Esta yo ahí, chateando y viendo episodios de Sakura Card Captor en Youtube, cuando, de la nada, toda una franja de unos 4 cm. de ancho de la pantalla decidió suicidarse...o declararse en huelga, aún no lo sé. La reinicié y la franja seguía ahí...y ahí se squedó.
Es muy molesto ver imágenes con la mitad convertida en una csosa rara y en negativo, o ver las letras borrosas y tratar de adivinar lo que dice...o esperar haber escrito bien (detesto equivocarme al escribir). Supongo que sería mucho peor que, directamente, no funcionara toda la computadora, pero esto es un completo estorbo. 
Al parecer, es una falla de fábrica de este modelo...y eso tampoco es un consuelo. ¿Por qué rayos me tiene que tocar a mi todas las compus falladas? 

miércoles, 3 de octubre de 2012

Debería

Debería estar haciendo muchas cosas, como repartir las invitaciones (o al menos, rotularlas), preocuparte por el Registro Civil y huevas, conseguir cintas, acosar a la modista que me hace el vestido...pero me siento muy cansada para eso. Ojalá las cosas me cayeran del cielo, sería todo mucho más fácil y no tendría que angustiarme porque ya toca levantarse para ir a hacer lo que sea.