Revisando las entradas de este blog, me di cuenta que este mes de Junio no escribí casi nada. Ahí están tres tristes entradas para un mes de treinta largos y fríos días. No que no haya pasado nada, pero ando tan cansada y tan ocupada (como le dije a un amigo, no salgo de una y ya me metí en otra), que el tiempo no me alcanza para escribir...y mi amor por mi camita crece y crece.
Así que para no dejar el contador de este mes en un número tan feo como el 3, decidí escribir esta entrada, que tratará de...nada en específico. ¿Qué puedo decirles que no les haya dicho?
Con la llegada de mi arco (aún sin nombre), entrenar se ha vuelto una parte más importante entre mis actividades. Aún me cuesta acostumbrarme al libraje (hoy me di un golpe en la quijada por no anclar bien), pero creo que estoy mejorando, al menos, hoy tuve un buen entrenamiento...nada que ver con que praticáramos en diana grande en lugar de las chiquitas.
Por otra parte, estuve varios días dando formato a un libro...nada fuera de lo usual. Simplemente, recordé lo mucho que odio el Windows.
¿Qué más? A no ser que mañana aterrice un alien o algo parecido, creo que no hay nada más que contar.