domingo, 24 de noviembre de 2013

Domingo con el Doctor

Ayer eran las celebraciones en BBC Entertaiment, el único canal británico que recibimos por el cable (creo), pero me lo perdí porque los días sábados no estoy casi todo el día en casa (que es una lástima). Desde que vi el trailer, hace como un mes, en la tele, me quedé intrigada y quería ver qué hacía tan interesante a un personaje como para mantenerlo 50 años al aire.
Perteneciendo como pertenezco al mundo de los geeks (de este lado, saber del Doctor se considera muy geek), había escuchado hablar de "Doctor Who", una serie británica que, básicamente, trataba sobre viajes en el tiempo. Alguna vez, había visto pedazos de algunos episodios, y más rara vez logré ver un capítulo completo, así que mi idea de la serie seguía siendo muy vaga.  Y por lo mismo, el trailer me dio mucha más curiosidad que cualquier otro.

Entre una cosa y otro, ayer logré llegar a ver una peli hace en base a cómo se creo la serie. Debo admitir que estaba muy, muy casada, así que me dormí cerca del final, pero como la repitieron cuando me desperté de madrugada, igual me enteré de todo. De ahí, transmitieron un concierto en el Royal Albert Hall con la música de la serie, que además tenía a los aliens que combate el Doctor dando vueltas por la sala de concierto, y al mismo Doctor (al último) haciendo de la suyas.
Esta mañana, al despertar (tarde, gracias a Dios), ya sabía que había una maratón de los 10 mejores episodios y aunque estaban saltados, cronológicamente hablando, aún así se podía entender muchas cosas y, más que nada, darse cuenta de por qué hay tanta gente que idolatra esta serie y por qué sigue en el aire después de tanto tiempo. Es, simplemente, asombrosa, genial, graciosa y dramática a la vez, el  Doctor es un personaje único y raro, y ningún Doctor es igual al anterior aunque se supone que es el mismo (breve explicación: el Doctor es un Amo del tiempo, una raza alienígena extinta que es capaz de vivir muchísimo tiempo a través de sus propias reencarnaciones. Cuando un Doctor se siente "viejo", su cuerpo se destruye y libera un montón de energía regenerativa que hace que inmediatamente renazca en otro cuerpo con otras características físicas e incluso cambios en su personalidad, pero recuerda casi todas sus anteriores vidas. O sea, un enredo genial). 
Tal vez sólo hay visto lo último del Doctor, y no tenga mucha idea de las cosas que el doctor hizo antes (que, al parecer incluye salvar varias veces al planeta y meterse en líos en todas las épocas), debo admitir que es genial y que me dejó con ganas de ver mucho más...y que acaba de entrar en mi lista de manías.
Alguien regáleme un TARDIS para Navidad. Gracias.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Como siempre, el maldito dinero


Hace dos días, al medio día, nos cayó una noticia muy rara. Por Decreto Supremo de nuestro nunca bien ponderado Presidente (con las cosas que hace, no es como para ponderarlo bien) en que decretaba que, debido a un incremento en PIB, todas las empresas públicas y privadas deben dar doble aguinaldo este Diciembre a sus empleados. Admitamos que el dinero siempre nos cae bien a todos, como leí una vez en "Mujercitas", el dinero es una cosa necesaria y hasta noble si se emplea bien.
El detalle es que es dinero saldrá al costo de muchos, muchos sacrificios. Hay varios tipos de empresas, digamos, grandes y pequeñas. Las grandes, que tienen ingresos directamente proporcionales a su tamaño, y probablemente puedan pasar con cierta tranquilidad esta botadera de dinero. Las empresas pequeñas, por otra parte, es poco probable que tengan esa suerte.
Hay muchas consecuencias en perspectiva, la mayor parte de ellas malas, pero lo que sí es difícil de ignorar es que esto no es más que una jugada muy política, hecha por unos cuantos votos para un megalómano el siguiente año. La peor parte es que la idea es tan buena (vista de ese lado, lógicamente) que los que planearon esto se quedarán con todas las partes "positivas", mientras todos los demás estarán fritos.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Las desconocidas

Aprovechando que tengo nuevo material de lectura, empecé mi magna ronda de lectura con olor a tinta nueva. Aunque ya terminé con "Tolkien para Principiantes" (que debo admitir que compré por puro vicio, no porque me fuera a decir algo que no sabía), y los Cuentos de Oscar Wilde es el siguiente en mis "reseñas", quería empezar con el libro que me recomendó mi mamá (y que me hice dedicar con el autor).
"La chola y los Mariscales" es una historia, escrita de tal manera que me hace doler los ojos, está llena de faltas gramaticales y algunas ortográficas, pero ¡Ojo! por una vez estuve dispuesta a dejar pasar eso por alto en pro de la lógica interna de la narración. No sé si alguien que no sea latinoamericano entienda lo que es una chola, pero acá va mi explicación (tal como yo lo entiendo, al menos): básicamente, es una mujer a la que se distingue por usar pollera (una falda amplia y muy plisada, más larga o más corta dependiendo de la región), en la época de la Colonia, eran mujeres mestizas (descendientes de españoles y de "indios"), algo así como una clase media. Ahora, consideremos que los conquistados no lograron dominar nunca la lengua de los conquistadores, y hasta la actualidad el español es muy pateado al hablar (y mucho más al escribir) en cuanto el árbol genealógico de las personas se acerca más al lado conquistado. 
Siendo la protagonista, como dice el título, una chola, su español es bien pateado y mezclado con muchos modismos quechuas, así que aunque me duelan los ojos he de admitir que tiene una razón de ser. La trama se sitúa en los últimos años de la Guerra por la Independencia de Bolivia (y allegados) y los primeros años de la República. Francisca del Valle, según indican sus memorias, conoció a casi todos los próceres de la Independencia, aunque estuvo más cerca del Mariscal Andrés de Santa Cruz, probablemente uno de los mejores Presidentes de Bolivia (y como todo buen presidente, fue miserablemente traicionado y derrocado). Empezó como la rechazada hija del cura de Tarata, pasando por su época de rabona, de ahí a madre, comerciante, otra vez rabona, y pilar de su familia.
Históricamente, es un libro impecable, lleno de datos que no conocía por demás interesantes, de esos que, a pesar de que sabes qué va a suceder al final, igual sigues leyendo para saber cómo diablos llegaron a ese horrible final. El personaje es entretenido, sincero, lleno de ocurrencias y alterada como ella sola, lo bastante como llamarse a sí misma "Chola bandida", y lo bastante valiente como ir batalla tras batalla tras su Teniente (que sólo fue teniente un ratito, pero igual) y guiando a sus mujeres, tan valientes como ella.
Y eso es lo más resaltante del libro, que rescata (por decirlo así) a la figura de la "rabona". Eran mujeres, madres, hermanas, novias, esposas, que seguían a los soldados de a pie de los ejércitos a las batallas, muchas veces llevando a hijos pequeños porque no tenían ni con quién dejarlos ni dónde dejarlos. Llevaban comida, mantas, medicinas, al llegar a los campamentos cocinaban y consolaban a sus hombres, se quedaban cerca de las batallas y se metían a rescatar a los que se pudiera incluso antes que los hombres se hubieran acabado de matar entre ellos (y se hacían matar, de paso). ¿Lo irónico? nadie las quería. Al llegar a las ciudades, les prohibían la entrada aunque las vieran deshechas por el camino, los generales de los ejércitos las despreciaban y muchos las llamaban "esa chusma". Al parecer, nadie estaba dispuesto a admitir que ningún soldado hubiera sido capaz de llegar a las batallas sin ellas...y simplemente las borraron de las historias. La Historia (así, con mayúsculas) la escriben los hombres (y sus estupideces).
Recomendable para leer, y mucho. Eso sí, amantes de la Lengua, ármense de paciencia. Vale la pena, lo juro.

domingo, 10 de noviembre de 2013

El Botín anual (Parte 2)

Resultamos yendo tres veces a la Feria del libro, y cada vez volví con menos de mi sueldo en la billetera y más libros nuevos en mi cartera (nada de bolsas de plástico para mí, todo entra en la cartera). Hace un rato regresamos del último paseo antes de que la Feria se acabara y volviéramos a nuestras aburridas realidades de gastar el dinero en cosas más superficiales (como ropa y comida), pero haciendo un resumen de todo lo adquirido después del primer lote, tenemos algo así:
1. Cuentos (Adela Zamudio): Hace muchos, muchísimos años, una amiga me regaló una edición más sencilla de este libro en mi cumpleaños. Lo reeditaron este año, mucho más completo y con mejor calidad, y dado que no logro encontrar mi librito antiguo (que seguro mis hermanas perdieron), cayó otra vez en mis garras. Doña Adela es lo máximo. He dicho.
2. El fantasma de Caterville y otros relatos (Oscar Wilde): otra vez, un libro que ya leí, pero que no tengo a mano ahorita. La historia del fantasma medieval dedicado a pegar sustos a sus descendientes por 400 años es, simplemente, genial y muy graciosa. Claro que los otros cuentos, como El príncipe Feliz y El ruiseñor y la rosa tienen poco de graciosos, pero son muy intensos, por describirlos de alguna manera.
3. Libros, todo lo que hay que leer (Christine Zschirnt): Ignoremos a la señora de apellido impronunciable, básicamente me compré este librito, que es un ensayo (nótese que yo no leo teoría ni investigaciones ni nada que se le parezca por mi propia voluntad) porque en su contratapa dice (y cito). "...una serie de libros que nos ayuden a comprender la complejidad de la sociedad moderna: desde La Biblia hasta Harry Potter...". En esa parte fue que la curiosidad me ganó y saqué mi billetera. Básicamente, lo leeré para sentirme muy, muy inculta.
Por su parte, mi esposito volvió con otros libros, pero como son casi todos de teoría, no les dí mucha bola...excepto a otro ensayo sobre la literatura fantástica, y otro sobre las corrientes culturales modernas o algo así. Suenan bien, de ahí a que los lea...un trecho.

Me derrito!! Me derrito...!!


O al menos lo haría si fuera de alguna sustancia como crema o similares, y no estuviera cubierta por piel y eso. Lo cierto es que, a pesar de las cosas que pasaron en estos últimos días (como perder mi lente de contacto, y hacer mis papeles para el Seguro y cosas así de aburridas), lo más resaltante de todo fue el horrible calor.
Hace muchos, muchos años, cierta vez nos pusimos a discutir con mi mamá sobre qué es más difícil de soportar, el frío o el calor. Yo dije que al frío, prefería aguantar el calor, mi madre, en su infinita sabiduría me dijo que era mejor aguantar frío que calor porque si te hace frío simplemente te abrigas, si te hace calor...te hace calor y se acabó, no hay nada que puedas hacer al respecto.
Lógicamente, tenía mucha razón y lo compruebo más que nunca en estos días. Si al calor que ya hace de por sí, le suman que mi departamento es caliente, tenemos que me estoy asando. Y no hay nada que pueda hacer al respecto. Ventanas abiertas, ventiladores, ropa fresca y cómoda...nada de eso sirve porque igual me hace calor y me siento fatigada (por no decir sudada) todo el rato. Es horrible. 
Lo peor de todo es pensar que aún no es verano...

lunes, 4 de noviembre de 2013

El Botín anual (Parte 1)

Creo que he de retractarme un poquito de mi entrada anterior (repito, culpen a las hormonas). Mi cumpleaños no fue el cuasi desastre que estaba esperando, incluso contando con el mal tiempo y las intermitentes rociadas del cielo (porque no se le puede llamar lluvia a cuatro gotas locas). Familia, comida rica, dos tortas, amigos, más comida y volver a casa a malcriar a mi bebito, ¿qué más se puede pedir?
Tercer día de noviembre, aunque debo admitir que fue bastante cansador, tuvo un cierre digno de un día de noviembre. Desde el anterior jueves, la Feria del Libro anual ya está abierta y es, como cabría esperar, una oportunidad para hacer tronar los ahorros de un año (al menos, esa es la intención, no siempre se puede). No hay nada, absolutamente nada, que sea mejor que comprar libros (excepto tal vez que te los regalen...pero eso tiene sus riesgos), y definitivamente es dinero que gasto con gran alegría.
No he visto muchas cosas nuevas este año, como muchos años anteriores tal vez, pero siempre se encuentra algo, algún viejo clásico, alguna lectura pendiente, algún antojo de tiempo. Con lo que me llevé, pude comprar cuatro libritos, aunque hay dos que me están sonriendo para la siguiente que vaya (que lo haré). De momento, mis nuevas adquisiciones son:
1. Médico de Cuerpos y Almas (Taylor Caldwell): Es la historia de San Lucas (sí, el evangelista), lo leí hace muchos años en la copia que tiene mi mamá, pero siempre es bueno tener una copia propia, ¿verdad?
2. Tolkien, para principiantes: Ok, no es que no sepa mucho de Tolkien, pero ¡hey! me encantan los libros "Para principiantes" y hace rato que quería tener ese.
3. La chola y los mariscales (José Antonio Gil): Novela nacional, ampliamente recomendada por mi mamá (que se compró otros dos libros del mismo autor). Temática aún por descubrir, pero creo que el título es bastante claro.
4. Los estados del Gato negro 2: El año pasado, presentaron la primera parte de este librito, que son los estados de face del autor, el gato negro. El cuate merece todo mi respeto por su gran sentido de la ironía y el sarcasmo. ¿Recomendable? Por supuesto que sí.
Los Cuentos de Adela Zamudio reeditados y los Relatos de Roald Dahl (o como se escriba) me están sonriendo, y no me parece que estén a mal precio, pero primero necesito recoger mi sueldito para hacerlo tronar. 
No está mal el botín considerando que la literatura moderna es mejor descargarla últimamente, y que estoy empezando a perder la paciencia con lo fics inconclusos (por no decir que me estoy quedando más ciega que antes por leer en el celular, mala idea si me lo preguntan). Eso sí, no prometo hacer reseñas, pero lo intentaré. Háganme recuerdo de escribir.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Empezando noviembre

Noviembre es mi mejor mes, siempre. Todo comienza con mi cumpleaños y de ahí en adelante todo marcha viento en popa, no suelo tener quejas de mis noviembres. Pero (y pueden culpar al coctel de hormonas de la temporada) no me siento animada con este primer día de noviembre: ni cumpleaños no me entusiasma, hace frío y no quisiera salir mañana de casa todo el día...
Ufff...de veras, culpen a las hormonas.