miércoles, 28 de diciembre de 2011
Entre fiestas
domingo, 25 de diciembre de 2011
Feliz Navidad a todos
lunes, 19 de diciembre de 2011
Ingenuidad
jueves, 15 de diciembre de 2011
Hecho está
domingo, 11 de diciembre de 2011
Se me escapa la vida
Los primeros días de este mes, iba a contar como ya teníamos armado el árbol de Navidad y la decoración de la casa. Como siempre, la sala se lleva la mejor parte, y el resto de la casa se reduce a coronas y adornos en las puertas, luces en la ventana alta de la casa y grandes tiras de espumillón con pompitas en las escaleras. Mi árbol se ve genial, para variar, aunque tuvimos que cambiarlo de posición este año (cosa de mi hermana Tef, que insiste en innovar). La única ventaja de mover el lugar el árbol, es que quedó espacio para mi piano.
Lo que me lleva a que la parte mala de tener el piano en la sala, es que ahora mi papá tratará de hacer que toque delante de la familia...y no tengo la menor intención de que me exhiban contra mi voluntad. Gracias. La parte buena es que ahora es más fácil ensayar con el coro (o parte de él) en mi casa. Y además, es genial exhibir mi árbol.
Los ensayos con el coro han estado oscilando de "esperanzadores" a "desesperantes". Reconozco que he tenido parte de culpa en ello, no siempre tengo tiempo para estudiar, no sé solfear, y me desafino con facilidad si alguien canta mal a mi lado. El concierto es el viernes, y para variar, se no vino encima sin estar realmente listo. Nuestro directorcito se fue a Japón (en serio) y estamos navegando en el mar de la incertidumbre. Supongo que, una vez más, diremos como los Chudley Cannons antes de entrar a un partido: "Crucemos los dedos y esperemos lo mejor".
Y hablando de quidditch, tengo el placentero de deber de informar que mi equipo, The Billywigs, sorpresivamente (ni nosotros lo esperábamos, la verdad) ganó el Segundo Torneo de Quidditch. Tenemos unas lindas escobitas, cortesía de Cris (cuando se quiere esforzar, lo hace), como trofeo anticipado...pero de veras que espero ponerle las manos encima a esa Copa.
Aparte de los adornos, el "deporte", el coro y el descubrimiento de mi nueva capacidad como Reina casi indiscutida del Nuevo vicio del Wii, mi vida está llegando a ser francamente desesperante. El mes terminó con mi paga de siempre, a pesar de que, una vez más, había cubierto el trabajo de dos casi sin ayuda, y aunque hay una nueva ayudante, casi todo recae en mi. Ni siquiera los adornos de Navidad que mi Jefa puso en la oficina me han hecho sentirme un poco más esperanzada. Sin ir más lejos, la ante anterior semana, estuvo de un humor pésimo: gritaba a la más mínima provocación, y eso no contribuía para nada a que nadie hiciera las cosas bien en la oficina. Imaginen como sería la cosa que, a los tres días de llegar, la chica nueva no quería volver.
Lo gracioso del asunto fue que la vez que pasó algo que a mí me parecíó realmente grave, y me estaba preparando mentalmente para una explosión de ira y para mandarla elegamentemente por un tubo, con la graciosa bendición de mis padres, sucede que...no pasa nada. Sospecho que era porque se olió que tratábamos de largarnos y como ella tenía planeada una "desaparición" de una semana, pues supongo que no le convenía.
Como la vez anterior, la parte buena de su "desaparición misteriosa" (porque de veras que ahora ni siquiera sé donde se fue o qué...aunque tengo mis sospechas) fue que tuvimos una semana de relativa paz: la gente no venía a molestarnos (mucho), hubo una tarde en que no pasó ni una mosca y traté de delegar lo más posible encima de su hijo. Y ni aún así me salvé de tener mi mal rato semanal por una confusiós estúpida que no fue para nada mi culpa. Me gusta pensar que suelo aceptar mis errores con algo de elegancia, pero juro que esta vez no me encajarán las equivocaciones de nadie.
No tengo la más mínima gana de ir mañana al trabajo (para variar), los fines de semana se me hacen cada vez más cortos (y un día y medio de descanso semanal no es nunca bastante). Y hablando de tiempo...
Justo cuando lo que necesito es tiempo. No paro de darle vueltitas.
domingo, 27 de noviembre de 2011
Estoy realmente ciega
jueves, 24 de noviembre de 2011
Tardes de notaría
martes, 22 de noviembre de 2011
Temblando
viernes, 18 de noviembre de 2011
Aventuras musicales
El martes, afortunadamente nos confirmaron que la solista podría cantar, pero el "Plan B" se mantenía. TErminamos quitando el Ave María de Gounod porque, definitivamente, yo estaba chillando y era horrible.
Miércoles ensayo con orquesta hasta un poco tarde, lo que me dejó muerta cansancio y casi arruina nuestros planes de aniversario con mi sufrido novio (festejamos nuestros 6 años juntos cabeceando sobre la comida).
Jueves, día del glorioso concierto. La gente (no mucha) esperando en la entrada, terminamos nuestra repasada del cuarteto y cinco minutos antes de la hora programada ¡SE CORTA LA ELECTRICIDAD!
Sin exagerar, casi me muero. Llamamos a la compañía de electricidad y nos dice que era un corte programado, que es por el racionamiento, y que devolverían la energía en una hora. Para ahorcarse con spaguetti.
Generosamente, el público se esperó la hora sin luz con santa paciencia. Al final dimos el concierto, con poca gente, para variar, pero estuvo bonito y la resonancia del lugar ayudaba mucho. Parecía que estuviéramos cantando en una iglesia.
Nos queda un concierto más en Quillacollo el domingo. Sólo espero que todo vaya bien.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Nuevamente, de incógnito
Después de dejar a un orco como alfiletero, y a otro como un unicornio para impedir que se llevaran al gnomo fastidioso en una bolsita en medio de la batalla que libraban con los hombres-lagarto del pantano, a cuyo chamán andábamos buscando por encargo de una ninfa...mmm...ok, no era eso lo que tenía que contar. Vida equivocada, lo siento. Empecemos de nuevo.
La vida real es aburrida (supongo que si, realmente, andara por ahí combatiendo a las fuerzas del mal a flechazos, rogaría por un poco de aburrimiento, pero uno siempre quiere lo que no tiene). Lo más "emocionante" de estos ultimos días fue que, al fin, le dije a mi jefa que no seguiré trabajando más allá de Diciembre. Al final quedamos para mediados de Enero a lo sumo, tras una larga diatriba sobre como las asistentes tardan más en aprender que en irse (y muchos pensamientos sarcásticos de mi yo loco), pero al fin tengo una "Fecha de Liberación". Lo único que pido es no volver a trabajar nunca con un abogado y menos atada a un escritorio en un trabajo que no requiera una pizca de imaginación. Sería genial trabajar en algo con música, hasta podría ser medianamente feliz dando clases de piano, pero en vista y considerando que mi formación musical es poco menos que Pobre tirando a Insatisfactorio (clasificación de TIMO's en Hogwarts: P=Pobre; I= Insatisfactorio; T=Troll), la idea se queda simplemente en un sueño algo vacío.
Lo único que sé a ciencia cierta es que no quiero tener nada que ver con un abogado en muchos, muchos años.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Noviembre
domingo, 30 de octubre de 2011
Comprando
viernes, 28 de octubre de 2011
Encuentros de ascensor
Meli entra al ascensor que, en lugar de subir al piso 3, desciende al sótano
Mente de Meli (que, últimamente, grita más fuerte que nunca): Rayos!! Matemos al primero que pase por esa puerta!!
Meli: Mataré el primero que pase por esa puerta...
Entra Rodri, el novio de Gaby, gran amiga de Meli.
Rodri: Meli!
Mente de Meli: Bueh...supongo que tendremos que dejarlo vivir.
Meli: Rodri! ¿Como es? (Pulsa el botón del piso 3).
Rodri: Aquí no más (pulsa el botón del piso 2). ¿Dónde vas?
Mente de Meli: Mmm...Creo que esto amerita la respuesta honesta...
Meli: Al infierno...
Rodri: ¿Al tercer nivel? Bien, yo me quedo en el segundo nivel del infierno.
Mente de Meli: Alguien que no es mi mamá entendió el chiste! Waw!
Meli: Debe ser mejor que el tercero.
Rodri: Mmm...más o menos...
Mente de Meli: Es porque no conoce el tercer nivel...
Meli: ¿Tú te sientes atrapado en tu trabajo?
Rodri: No, pero se me ocurren cosas más divertidas que podría estar haciendo.
Mente de Meli: Al fin!! Alguien más en este edificio NO quiere estar aquí!
Meli: Jejeje...sí...
domingo, 23 de octubre de 2011
Otra larga semana
El caso es que, entre un chiste y otro, todas mis noches están ocupadas con algo: Partida de rol, ensayo de coro, partido de Wally (sí, queridos lectores, me uní a regañadientes al grupo que disfruta golpeándose las manos con una pelota), el Profeta...algo. Por supuesto, soy un asco para el deporte y me paso la mitad de los partidos esquivando la pelota (y la otra mitad quejándome porque me duelen las muñecas).
Tampoco soy un genio para el rol, de hecho, suelo ser de las que cae primero en caso de ataque y no sirvo mucho para una defensa (aunque la última vez le pegué tres flechazos a un orco), a no ser, claro, que me ponga a cantar. De todas formas, es divertido ver la cantidad de burradas que pueden hacer cuatro chicas tratando de cruzar un pantano sin hundirse. Digo, puede que por distribución de modificadores no sea la más lista, pero definitivamente las ideas para sobrevivir son todas mías.
Pero de todas mis "actividades extra curriculares", la que me entusiasma verdaderamente es mi calse de piano. Está bien, sólo pasé una clase de momento, y realmente es volver a retomar todo casi desde el principio, lo que significa que el Sr. "Hanon" y el Sr. Czerny-Germer han regresado a mi vida en toda su pesadillesca gloria. No me quejo, son cosas necesarias, y aunque hacer ejercicios de piano sea tremendamente agotador, es algo que disfruto. Además, debo admitir que me salen realmente baratas: digo, ¿qué profesor cobra el costo de su pasaje en micro por clase? Ni mi tío, por cierto.
Es algo esperanzador sentir que mis dedos, tanto tiempo rígidos, están volviendo a ser poco a poco más flexibles. Mi muñeca con tendinitis se queja cuando voy a velocidad, y eso que aún no llego a la velocidad requerida (108 M.M.,me quedé en 94 con mucho trabajo), pero creo que estoy haciendo un trabajo bastante decente, si se tiene en cuenta que ensayo veinte minutos al día y eso con suerte, en mi horario de almuerzo.
De todas formas, como siempre que empiezo con algo, mi imaginación ya se disparó y pretende que haga cosas que aún no puedo, por ejemplo, tocar piezas ultra difíciles. El día que logre tocar esto bien, podrá morirme tranquila.
domingo, 16 de octubre de 2011
De mí para mí
viernes, 14 de octubre de 2011
Un poco de música y deudas
domingo, 9 de octubre de 2011
Síndrome de domingo por la noche
jueves, 6 de octubre de 2011
Semana...semana...
Las crónicas de la Partida de las Chicas en Oerth cada vez se pone más loca, aunque he de admitir que perdemos mucho el tiempo discutiendo qué hacer con los animales heridos, pero si no nos preocupáramos por ellos no habría quién nos salvara del ataque de los muertos vivientes. Moraleja de la última sesión: Confía en que un caballo podrá reventar a coces y mordiscos al zombie que quede en pie después de derribar a las chicas.
sábado, 1 de octubre de 2011
Otro mes
Vivo esperando que encuentre a alguien más para presionar, porque no tengo ganas de vivir histérica por cosas que, francamente, no me interesan en lo más mínimo. ¿Aún más extraño? Mi jefa tiene el oscuro don de enrredarme en mis palabras, hacermse snetir culpable y, finalmente, hacer que me quede trabajando para ella. Teóricamente, me quedo hasta finales de noviembre. De todas formas, no creo poder aguantar mucho más.
Siendo así la cosa ¿Qué tengo para animar mi vida? El Club, para empezar, aunque mi Casa haya perdido asquerosamente ayer. DEspués está la partida de "Calabozos y dragones" que hemos comenzado. Si eso no es divertido, no sé qué podría serlo. De momento, apredimos varias lecciones sabias: Si acampas, deja una fogata en el centro; si los kobolds te emboscan estúpidamente en medio de la oscuridad, no trates de matarlos a flechazos, corre y rómpeles su madre a palazos y punto. Lo demás, son huevadas. Siguiente sesión de "La fiesta de las chicas y el gnomo colado", el martes.
Lo ligeramente insatisfactorio de mi fin de semana: Postulé, con toda la vergüenza del mundo, para solista del "Gloria" de Vivaldi que presentamos en...mmm...una semana. No es por vanidosa, pero estuve muchísimo más afinada que la otra chica que se presentó, aunque debo admitir que nos respiro para nada bien. REsultado: cantaré el solo de Soprano II en la tercerra pieza de la obra, que en realidad no es tan solo. La otro malo es que...no lo sé, y tengo serios problemas cantando en terceras.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
De incógnito
Claro, no es que le haya hechado un imperio a mi jefa, o que haya usado el famosísimo truco del Jedi con ella ("Me dejarás usar internet..."), o haya cantado usando mi habilidad especial de Fascinar, lo cuál es una lástima porque le daría algo más de poesía y heroísmo (o al menos, emoción) a este asunto. Simplemente, mi jefa no está, y cuando el gato no está...
La lástima de todo esto es que puede volver en cualquier momento. Paro o no paro, transporte a medio paralizar y huevas, no puede tardarse más de una hora en volver...y ya va media hora desde que salió. Hay varias cosas que quiero contar, pero por razones de tiempo, deberán esperar a una mejor oportunidad (y una situación en que no tenga sueño de noche, como últimamente me sucede).
sábado, 24 de septiembre de 2011
Larga semana
Vamos por pedazos. Lógicamente, mi "ánimo" ha subido un poco ante mi "inminente" renuncia. Lo que aún no tengo claro es como lo haré, con qué palabras y bajo qué argumentos. Lo otro que aún no tengo claro es si realmente me alcanzará el valor para hacerlo, digo, de una forma extrañamente retorcida, pensar en la idea de dejar a mi Jefa con mi compañera, solas en una oficina y sabiendo de los defectos laborales de ambas, suena a una perspectiva no muy alentadora para nadie (excepto para mí, que no estaría metida en el lío). Realmente, creo que padezco en cierto grado de Síndrome de persona malatratada: No importa qué tan mal me hayan tratado, en cierta forma les tengo algo de lealtad y huevas.
Siendo así la cosa, pasé la semana dividida entre mi ánimo loco de contar días, horas, minutos y segundos restantes antes de llegar a mi "planeado" final, todo eso sazonado por varios pedazos de culpa y pensamientos del tipo "tal vez deba quedarme un mes más", "Digo, dos semanas no me matarán", "¿Te imaginas si la dejas sola? Esta oficina se va al cuerno" y demás ideas dictadas por mi maldita conciencia que estaría mucho mejor amordazada y encerrada en uno de esos baúles de siete llaves con mazmorra incluida.
Así pues, el miércoles, después de un largo y agotador día de discusión metal bajo fachada imperturbable, llegué al ensayo de coro (tarde, nos agarró la trancadera) con todo el ánimo de pasarla bien un rato, no hay nada como la música para subir los ánimos. Lastimosamente, una de las contraltos hizo un comentario que no hubiera sido hiriente si no fuera por el tono en el que lo dijo, y que molestó mucho a Moi, a la que iba dirigido y que estuvo el resto del ensayo a punto de lanzar chispas e improperios. Ahora bien, si algo bueno tiene sobrevivir a mi jefa, es que la mitad de los comentarios ahora me resbalan (digo, no son gritos), así que cuando terminamos el ensayo y la misma contralto me dijo algo en el mismo tonito chinchoso, que podría haber tomado con algo más de paciencia si no fuera por eso, simplemente me valió. Claro, Moi fue y le dijo a Adán que ese tipo de comentarios le parecían fuera de lugar (es más, considerando que el inicio de todo sue una sugerencia completamente útil y válida de Moi, estaba más que fuera de lugar). Obvio que apoyé la queja de Moi, pero no por lo que me tocaba a mí.
Jueves: otro largo día de aburrimiento en la oficina, pero al que sobreviví a pesar de todo porque veía una lucecita al final del túnel más conocida como "Sesión de Rol - de regreso a Oerth". Hay tanto que contar sobre eso, pero como si me extiendo mucho esta entrada quedará larga como años de tormento, mejor resumamos. De momento, somos 4 chicas en la partida, aunque por razones de fuerza mayor (conocidas como Mamá y Clases), mi hemanita Ara sólo alcanzó a hacer su personaje y retirarse de la escena antes que comenzara la aventura. Así que, tenemos mi hermanita semi-elfo, Gaby humana maga, Malu druida semielfo (creo), y su servidora, que vuelva a ser una elfa bardo. Al parecer, han pasado como 350 años desde que Melian Aredhel (mi anterior yo) iba por el mundo con su banda de raros haciendo de las suyas, y en ese tiempo parece que el Imperio se fue al cuerno por culpa de la reina traidora y ahora el mundo se cae pedazos o algo así. En pocas, vivimos tiempo peligrosos y somos tres (hasta que se nos una mi hermanita) chicas que sólo saben defenderse si el enemigo está a mil metros, que no pueden cargar muchas cosas, pero que pueden conseguir una habitación en una posada en un pueblo desconocido montando un concierto improvisado y después de eso, meterse a hacerlas de mensajeras para un Elfo viejo y ciego que, sospechamos, tiene un pasado de lo más interesante y no quiere contar nada. Eso sí, mi nuevo yo, que por cierto, se llama Aredhel Naya, aprendió que siempre es útil cargar una barra de jabón en el equipaje, en caso de que una termine tocando un cuadro pintado en piel humana y con marco de huesos. ASCO.
El viernes hubiera sido un día más, si no fuera porque tuvo un final algo extraño. Después de otro largo día de aburrimiento ajetreado en la oficina, me fui a casa sabiendo que volvería a salir en un rato para acompañar a mi sufrido novio en su recorrido fotográfico por no sé qué cosa de Bienal de Arte Urbano y cosas. Caminamos por ahí, en la noche, con frío y algo de hambre, y con el cansancio acumulado de una noche de no dormir bien y el día de locos, así que me encontraba en ese ánimo sarcástico y brutalmente honesto en que critico todo lo que me parece mal sin un ápice de caridad. Y claro, como la tal Bienal estaba...¿como decirlo?...Mal, pues digamos que me pasé la noche criticando.
Eso de por sí, no es extraño (soy muy criticona, hasta en mis momento más benevolentes). Al llegar a casa, nos tomamos un tecito caliente con mi sufrido novio para hacer pasar el frío, y nos sentamos en el sofá en todo el plan de llamar un taxi...y lo siguiente que supe fue que eran las dos de la mañana y estábamos los dos, todavía en el sillón, pero muy dormidos. Dice mi sufrido novio que mi papá bajó y nos vio ahí botadotes durmiendo, y yo recuerdo algo, pero puede que también me soñara esa parte. Lo raro no es que nos durmiéramos (por Eru, estábamos agotados), ni que, después de que mi sufrido novio se fuera, yo me arrastrara en modo zombie a mi cama y ni pensar en encender la laptop, lo raro es que mi papá me viera durmiendo con mi chico en SU sillón...y no me dijera nada al respecto.
Con lo que llegamos al sábado: un mañana más de oficina (juro que jamás 3 horas pasaron tan lentamente), una tarde de copiosa (excesivamente copiosa lluvia) y el temido examen de coro. Al menos no desafiné, excepto por una nota aguda que me falló completamente y algunas entradas que me perdí. Pudo ser infinitamente peor, pero hasta me gustó como sonaba, así que no me quejo mucho.
La cosa fue cuando empezaron las audiciones para solistas. Moi se postuló para Contralto y debod decir que le salió mejor que su examen...y después se postuló una chica para solista SOprano. Díganme rayada o envidiosa, pero no me acaba de gustar como canta esta chica. Tiene buena voz y en general suele ser afinada, pero ayer estaba como un cuarto de tono más abajo y tiene una mala manía de deslizar las notas que no me gusta para nada, aunque me digan que eso pasable en una solista. La cosa es que, al parecer, a falta de postulaciones, Nelio le dio el solo...y lo único que podría hacer al respecto es postularme yo también, aunque sólo fuera para amargarle un cacho la victoria. ¿Cuando me volví tan rata?
lunes, 19 de septiembre de 2011
Que comience la cuenta regresiva
Por cierto, y hablando de buscar a alguien nuevo, esta mañana se presentaron tres candidatos, dos chicos y una chica. En parte me remordió la conciencia por otro motivo distinto: yo alegremente dejo un trabajo por el que varios se interesan y quisieran tener. Claro, visto desde el otro lado, esos jóvenes no saben de las malas reacciones de mi Jefa o de la poca iluminación de mi compañera. Me he sentido todo el día como una cría malcriada por eso (puede, claro, que la verdad es que sea una cría malcriada, pero jamás me oirán admitirlo).
¿Qué pasará el siguiente lunes? Se aceptan apuestas.
Otra vez enferma
Si fuera un poquito más desvergonzada, usaría esto como protexto para no ir a trabajar, pero lastimosamente tengo muy arraigado el sentido del deber y aunque me esté muriendo iría igual, aunque fuera sólo para restregarle en la cara mi compañera de que algunas no somos tan flojas como ella. Por supuesto, eso también tiene un lado negativo: mi jefa probablemente me quiera más de lo que ya me quiere, y se apoye aún más en mi. Considerando mis planes de escape (que, por cierto, mi mamá quiere sabotear), eso se podría considerar como algo negativo.
Pero, lo que realmente me preocupa no es el trabajo, es el coro. El miércoles son las pruebas para solistas, y el sábado hay examen. No voy a volver a cantar estando medio ronca para volver a quedarme muda dos semanas, no estoy tan loca, gracias, pero si eso podría salvarme del examen, arruina por completo cualquier esperanza loca que tuviera de postularme a solista soprano. Una de las nuevas lo hará, pero aunque tiene un buen registro, no me gusta como canta. No me creo la gran diva, pero creo estar en posición de saber cuando alguien desliza las notas como si fuera una montaña rusa.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Defensas
Ayer, mi amiga Payito defendió su tesis. Tema: HarryLatino (aproximadamente), una de las mayores comunidades virtuales de Harry Potter. Nota: 95, o sea, Distinguido con honores (aunque no sé como estarán ahora esas categorías, porque parece que las cambiaron y a la mala).
La idea es que nos invitó a cenar para festejar, y terminamos comiendo comida china (yummi!) en "Zhou" y riendo como locos de historias viejas de la U, anécdotas laborales que implicaban chanchos, un pozo para bañarse a tutumazos (pobre Baby...jajaja), y poses sexys estilo "Pasión de Gavilanes". Reí tanto que me dolían las mejillas y las ingentes cantidades de jugo de piza y menta (rico!) que tomé no ayudaban para nada.
Todo iba bien hasta que se pusieron a hablar de bodas, o invitaciones no existentes a bodas, y caí en cuenta de que todo el mundo se casa o se compromete...menos yo. Sí, mi vida es un asco, bu bu.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Un buen putazo
Debo admitir que, entre una cosa y otra (trabajo, Poniente, Club, dormir y quejarme), no que me quedaba mucho tiempo para sentarme a estudiar a conciencia como hice con el Requiem de Mozart, que de tanto escucharlo y repasarlo y darle vueltas en el piano, me lo sabía (y me lo sé) de memoria y sin fallarle ni una nota. Cuando vi el mensaje, me remordió tanto la conciencia que hoy, antes de ir al ensayo (de día feriado!!) traté de repasar la pieza que me faltaba con las pistas de midi (que, por cierto, es algo que jamás hago porque me desespera).
Cierto, no avancé gran cosa, pero al menos me hice una idea aproximada de la pieza que me sirvió en el ensayo...para no parecer tan perdida, al menos. Lo genial de todo fue que, el mensaje a la conciencia le cayó a todos como una patada y todos, aboslutamente todos, fueron con las piezas estudiadas. Fue uno de los mejores ensayos que hemos tenido en mucho tiempo.
Hasta ensayos con una parte de la mini orquesta que está preparando la parte instrumental. Sï, había un violín que estaba muy mal (tengo que averiguar quién era para darle un tiro), pero en general el coro sonaba bastante bien. Aún hay mucho trabajo por hacer, pero ¿a qué es emocionante cantar con orquesta?
lunes, 12 de septiembre de 2011
Las Bandas otra vez
Definitivamente, mi vida parece que se arregla en el momento mismo en el que salgo de la oficina y este sábado fue el mejor de todos porque me pude salir antes con el pretexto de que tenía que llevar a mi perrito al Veterinario. De ahí en adelante, la vida fue buena y bonita una vez más. Jugar quidditch, sentarse con "las porristas" y chismear y reírnos por un momento de nuestras vidas miserables, y de ahí, ir al Concurso de bandas en tropa, fue lo mejor que podía sucederme.
Llegamos un momento antes de la final, el Stadium (o al menos, el sector de preferencia, estaba lleno a rebalsar, pero como es la mejor zona para escuchar a las bandas, valía la pena sentarse aunque fuera en las gradas. Con notables excepciones, las bandas que llegan a los duelos suelen ser las mejores de los dos días, así que se puede confiar en que el espectáculo valdrá la pena.
Y lo hizo, al menos en su mayor parte. Eso sí, al final e igual que el año pasado, me sentí profundamente estafada cuando el La Salle volvió a ganar sin mérito. Sospecho que se compran el premio, es la única explicación que le hallo para que ganen tocando mediocremente en un duelo de dos rondas y repitiendo exactamente lo mismo dos veces.
.-.-.-.-.-
Mientras buscaba el enlace de mi entrada de hace un año en el archivo de mi blog, caí en cuenta sobre cuanta gracia he perdido en un año. Hace doce meses, lo que escribía tenía mucha más gracia que lo que he publicado en las últimas 7 semanas. Puede que me quejara de mi falta de liquidez y de trabajo, pero era infinitamente más feliz y tenía una tendencia más saludable a ser feliz y ver las cosas un poco más positivamente.
Sí, ahora tengo un trabajo y un sueldo que raya lo miserable, considerando el costo de vida actual y esas cosas. Mi único gasto "real" es en pasajes de micro para ir al trabajo, y sólo en eso se me va casi un cuarto de mi salario. Ni hablar de darse gustos, necesito ahorrar desesperadamente si quiero 1000$ para Agosto del siguiente año.
Todo mundo me dijo que cuando viera mi primer sueldo, me reconciliaría con mi trabajo, pero lo único que sentí fue mucha más amargura (algo que, curiosamente, mi hermana mayor me había pronosticado. No suelo darle la razón así que...shhhhh). Idealmente, sólo tengo que soportar dos semanas dos semanas más.
lunes, 5 de septiembre de 2011
Secuoya y pluma de fénix. 26 3/4 cm. Inflexible.
"Pottermore" se hizo esperar mucho, y muchos (la mayoría, la verdad) aún está esperando la oportunidad de que se abra (en octubre), pero algunos (un millón en todo el mundo, para ser exactos) lograron conseguir una cuenta para la apertura de prueba. Mi sufrido novio (dado que yo ya no gozo del lujo de trasnocharme alegremente), logró superar el reto de la Pluma Mágica y nos abrió cuentas. Las lechuzas que confirmaban el acceso al Beta de Pottermore tardaron toda la vida en llegar y la espera coincidió en gran parte con un gran bajón en mi desempeño laboral (que, por cierto, no me interesa en lo más mínimo). Digo, si una se pasa la mitad del tiempo pensando en que tiene que entrar a su correo por millonésima vez en el día, y la otra mitad pensando en qué cosas nuevas podrán aparecer, lo normal es que no le quede tiempo para concentrarse en trivialidades de oficina.
Inmediatamente, empecé a explorar las novedades. Por lógica, lo que más quería era llegar a la parte de comprar la varita en Ollivanders y después irme derechito a Hogwarts para la Selección. Las preguntas para ambos pueden parecer confusas, a ratos "obvias", pero definitivamente si uno responde con sinceridad, hay una gran praobabilidad de que le salga algo aterradoramente acertado, tanto en su varita como en su Casa.
No es una gran novedad decir que quedé en Ravenclaw (soy yo, por Dios), y me encantó leer algunas de las características de los miembros de mi Casa que explican muchas cosas de mi propio caracter y del de mis compañeros. Realmente, somos demasiado geniales. Lo de mi varita merece un comentario extenso y aparte...pero lo meteremos aquí.
El título de la entrada es, por obviedad, la descripción de mi varita. Sería un palito más, por muy mágico que sea, si no fuera por la explicación de sus características que se pueden encontrar entre las notas publicadas por el Sr. Oliivander. No creo que sea legal publicar exactamente esas notas, pero no creo que un pequeño resumen dañe a nadie, verdad?
La madera de mi varita, la secuoya no es muy común, así que las varitas de ese material no son muchas, aunque la demanda es muy elevada. Al parecer, las varitas de secuoya buscan a las personas con la habilidad de salir bien parados de cualquier situación, elegir buenas opciones y que le encuentran el lado bueno hasta a las catástrofes (por esa última parte, me sorprendió que una secuoya acabe conmigo). La tradición, en cambio, toma las cosas por el otro lado: la gente cree que la varita de secuoya atrae a la suerte.
La pluma de fénix, por su parte, es uno de los núcleos mágicos más difíciles de controlar, por no decir que es de los materiales más raros, aunque puede producir una gran variedad de efectos mágicos...siempre que se cuente con el tiempo para que lo demuestre. Además tiene una extraña tendencia a actuar por su cuenta (vean no más lo que hizo la de Harry, esa parte de escupir fuego dorado), cosa que algunos magos consideran muy molestosa, pero me inclino a creer que, en caso de necesidad, siempre es útil que a la varita se le ocurra actuar por su cuenta (otra vez, fíjense lo que hizo la varita de Harry).
Lo del tamaño es una cosa más...mmm...compleja. Con 26 cm, y poco más, mi varita está dentro de lo que se puede considerar el tamaño promedio. Debajo de los 20 cm. ya se consideran muy cortas, y encima de los 38 cm, se consideran muy largas. Entre mis contactos de Pottermore, de momento soy la que tiene la varita más corta (la de mi sufrido novio es de 34 cm y pico). Segun Ollivander, eso de que el tamaño de la varita es directamente proporcional al del dueño sólo es "verídico" en el caso de las personas extremadamente altas. Si la varita es extremadamente corta, puede que más bien indique una cierta carencia en el caracter del mago o bruja...y viendo como es mi varita, me inclino a pensar que puede ser una lógica bastante acertada.
Y, por último, la parte de la flexibilidad se relaciona con el grado de adaptabilidad de la varita y su dueño ante los cambios, o su deseo de cambio. Siendo honesta, debo decir que con eso de "inflexible" le acertó de lleno.
Sumando las características de la varita (con la salvedad de la parte de la suerte, tal vez...) pueden tener una descripción muy muy cercana de mí misma. Saque cada quién su conclusión y, los que me conocen, digan si le acertó o no.
.-.-.-.-
Llevo casi cinco días escribiendo esta entrada. Es realmente deprimente el poco tiempo que el cansancio me deja para mí misma y lo que en verdad me importa. Para rematarla, mi compañera de trabajo está enferma y no regresa hasta el lunes (y eso, con suerte). Un fin de semana más de limpiar la oficina yo sola. Estoy comenzando a creer que yo también estoy generando un cierto grado de bipolaridad: en la oficina soy el perfecto modelo de los nervios de acero, imperturbable y hasta con la capacidad de reírme. En cuanto pongo un pie fuera de ahí, mi ánimo, cuidadosamente disfrazado bajo mi fachada de tranquilidad, se va al carajo y me siento a una nada de ponerme a chillar de frustración. ¿Rara yo?.
viernes, 2 de septiembre de 2011
Valor
El caso es que después de una mañana asquerosamente mala, llena de gritos y malos ratos, toqué fondo: mi sueldo no justificaba ningún mal rato de ese tipo. Se lo comenté a mi sufrido novio y a mis papás (no al mismo tiempo, claro) y los tres estuvieron de acuerdo: renunciar antes de que terminara de amargarme. Siendo así la cosa, me pasé la tarde tratando de juntar valor para cuando llegara la hora de salida y tuviera que hablar con mi jefa. Irónicamente, pasó toda la tarde de buen humor y tranquila, y en cierta forma eso le quitaba algo de sentido a mi propósito.
De todas formas, cuando llegó el momento le dije varias ( no todas) de las cosas que me molestaban de su actitud y de la actitud de mi compañera de trabajo, de como sus retas me despomponían porque las sentía injustas, mal dirigidas y mal formuladas (los gritos no son algo que tolere con ecuanimidad). Mi jefa, muy razonablemente, pidió disculpas y, aquí viene la parte por la que luego me sentí como si me hubieran mareado la perdiz, me dijo que me tenía mucho cariño y que valoraba mucho mi trabajo.
Al final, y según yo (y espero que mi jefa también lo haya entendido así y no creo que se lo dejaré pasar), quedamos en que me quedaría hasta el 25 de este mes. Espero realmente llegar viva a esa fecha y sin manchas de sangre o cosas así sobre mis manos y mi conciencia.
-.-.-.-.
Tardé mucho en escribir esta entrada, no por falta de tiempo, irónicamente. Siempre que me siento a la compu, lo hago con la firme intención de escribir, pero últimamente, cierta serie de libros no para de llamarme y no puedo abandonarla. la publico con la fecha en la que pretendía publicarla, aunque ya hayan pasado dos días de eso, y tres desde lo que cuento. Los días se siguen arrastrando unos tras otros, lentos y veloces a la vez, y mi vida me parece cada vez menos mía.
Mis papás están felices de que tuviera el valor de enfrentar a mi jefa con educación y buenas palabras, tengo su bendición para dejar la oficina siempre y cuando encuentre otro trabajo. Entiendo su preocupación por mí, pero me tomo con menos simpatía sus intentos de animarme. Hoy, domingo, mi papá quiso brindar conmigo por mi primer mes de trabajo. Antes de darme cuenta, ya había saltado a decir "No quiero brindar por eso...no es algo para brindar".
Mi trabajo me molesta y me deprime, estoy llegando al punto en que no tengo ningún ánimo para salir de mi cama por las mañanas, y sólo lo hago y me arrastro al trabajo por una cuestión de inercia y "sentido del deber". Vivo rezando para que algo pase que me impida ir, incluso he vuelto a un pernicioso hábito de la infancia: comer cosas que sé que juntas me harán daño (como embutidos de cerdo y leche con chocolate ala vez). De niña, hacía eso una vez al año para poder tener un día de descanso. Ahora llevo haciendo eso cuatro días seguidos. No sé ustedes, pero mi lado inteligente y conciente me dice que eso es algo autodestructivo.
martes, 30 de agosto de 2011
Suerte
Puede que, claro, también se deba a que no vi a mi jefa ni a mi compañera de trabajo la mitad del día porque estaba sacando mi carnet, así que no tenía con quién renegar. A eso, agréguenle que, con tal de no verlas, estaba más que feliz de tener que hacer filas e ir de aca para allá con el trámite (que, debo admitirlo, fue bastante rápido). En cualquier otra circunstancia, odio hacer trámites y papeleos y mucho más ahora que me paso la vida transcribiendo esas cosas. De hecho, estoy llegando al punto en que lo único que me provoca un abogado son ganas de matarlo de forma lenta y dolorosa. Pero ahora, prefiero estar clavada en la fila(y respirando aire puro) que clavada en mi silla de la oficina (y respirando humo de segunda mano de todos los cigarrillos que fuma mi jefa...un punto más en contra de mi trabajo).
El caso es que, al parecer, mis tenis mugrientos pero muy muy cómodos, están imbuidos de toda mi buena vibra y mi ración de suerte. Tal vez debería ponermelos más seguido en la oficina, así no saldría día sí y día no con dolor de cabeza y ganas de matar a alguien.
domingo, 28 de agosto de 2011
Más mal
El anterior sábado salí brincando de alegría porque al fin era hora de irme, no crean, y mi sufrido novio estaba afuera esprándome con su mamá y salteñitas. Ayer, sábado, salí arrastrando los pies porque jamás en la vida tres horas me parecieron tan largas y miserables. Cada día me despierto de peor humor y me amargo más a medida que pasa el día. Ni el domingo puedo tener paz porque todo me recuerda que al día siguiente tendré que volver al trabajo. Y, en mi opinión, levantarse cada día rogando por alguna catástrofe o contratiempo de cualquier tipo para no tener que ir a un trabajo por demás frustrante, se puede considerar como indicio de profunda desesperación.
Empiezo a sospechar que estoy volviendo a caer en la manía de deprimirme, pero esta vez es más serio que de costumbre. Sólo recuerdo haber estado deprimida una vez en mi vida, pero en esa ocasión era como 7 años más joven que ahora, más inocente y en esa época tenía algo que me gustaba hacer para salir de esa: estaba estudiando y me dije a mí misma, con toda la severidad que podía reunir, que no iba a ir lloriqueando por ahí cuando tenía cosas más importantes que hacer, como aprobar mis materias con las mejores notas. Sí, andaba triste y como un zombie, y pasé varias noches llorando, pero estudiar era importate para mí, lo hacía todos los días y estaba sobrecargada de trabajo para pasar más tiempo sintiendo autocompasión.
Lastimosamente, ahora no tengo algo así para aferrarme a eso y no dejarme hundir. El trabajo es agotador, monótono y frustrante, vivo nerviosa y pensando en la huida, así que no es lo ideal para "distraerme", más si se considera que soy miserable justo por ese trabajo. Podría decir que tengo el coro o el Club, pero ni canto toda la semana, ni veo a los chicos más que una tarde, y esperar a que lleguen esos días, no hace más que ponerme de peor humor porque me recuerdan qué tan lejos están.
A veces, pienso que debería tratar de ser más fuerte, pero, realmente, no está en mí aguantar muchas huevadas sin reaccionar, y menos si siento que van en contra de lo que soy (o de lo que creo que soy): vestirme de daminta y usar tacones, hacer un trabajo para lo que no se requiere nada de imaginación y no poder corregir la cantidad de cosas mal escritas que me toca transcribir...sólo para empezar, esa no soy yo, ni de lejos.
viernes, 26 de agosto de 2011
Mal
Si mi jefa es exigente y se vanagloria de que todo lo que se hace en la oficina es revisado por ella en persona, debería haberse fijado en que el tamaño de la hoja del documento estaba mal, ¿verdad? Si mi compañera pusiera un poco de atención a lo que hace, se habría fijado en su hoja era muy chiquita, ¿verdad? Siendo así, no entiendo del todo por qué un documento, que supuestamente ha sido revisado dos veces, sale desconfigurado y es mi culpa.
Momento, ya sé por qué: Porque sigo siendo lo bastante ingenua para pensar que todos hacen su trabajo como yo. ¡Qué tonta!
miércoles, 24 de agosto de 2011
Parentescos locos
Hablamos de muchas cosas, ninguna que pueda repetir pero todas, como la gran mayoría de nuestras charlas, únicas y memorables. Entendí, una vez más, como es que siendo tan distintas, nos llevamos bien desde el principio y, a pesar de las muchas cosas feas que pasaron a nuestro alrededor, pudimos mantener nuestra amistad y mutuo cariño: hay cosas más importantes que nos unen y las que nos podrían separar nunca pesaron lo suficiente para lograrlo (no, ni siquiera un chico pudo lograrlo).
Debe ser una de las pocas Géminis (sin contar la señora madre de mi sufrido novio) con las que me llevo bien y no tienen rasgos de locura con tendencia bipolar o hipócrita. Extrañaba a mi hermana, y mucho. Verla me alegró un día por demás desesperante.
martes, 23 de agosto de 2011
Fines terapéuticos de los zombies
Tome su computadora (de preferencia, una de velocidad decente), agarre su mouse e instale "Left4Dead2". DEsvíe toda su frustración e ira silenciosa acumulada hacia los montones de bytes con forma humana que encarnan a los zombies, elija el arma más acorde a su personalidad y ¡Voilá! Tendrá garantizadas varias horas de sangre y muerte que lo dejarán relajado y contento.
¡Pruebe ahora!
Atención: Meli y Left4Dead2 no se hacen responsables de posibles dolores musculares en brazos, cuello y espalda de los jugadores tras varias horas seguidas de uso del producto. Gracias.
domingo, 21 de agosto de 2011
Realidades y realidades
Hace un momento, volvimos con mi sufrido novio de una accidentada y muy entretenida visita al parque de diversiones local. Sólo me subí a esa atracción de las tacitas que giran sobre sí mismas, que bastó para dejarme el estómago revuelto y la cabeza dando vueltas. Reí como loca, eso sí. Pero, por alguno de esos misteriosos caminos del pensamiento, dos charlas que tuve en la oficina con dos personas distintas, regresaron a mi mente.
La primera fue con mi compañera de trabajo, la que es estudiante de Derecho pero anda más perdida que yo (que ya es mucho decir, por cierto). Conversábamos cierta mañana sobre las durezas de nuestro trabajo, y, como de pasada, le comenté que lo más duro me parecía que era la total falta de imaginación que se requiere. Fue como haber dicho que las vacas vuelan: mi compañera me miró extrañada y dijo algo como "Es que esto no es para imaginar nada". Con razón es como es y le va como le va.
La siguiente charla fue con mi jefa, después de un día especialmente duro en que ambas, mi jefa y mi compañera, pusieron a prueba mis nervios con sus gritos y sus errores. En algún momento, mi jefa dijo algo como "Salgo de aquí (la oficina) y regreso a la realidad y me olvido de todo". Y yo que creía que la realidad era ese trabajo...
Lo cierto es que, viendo las cosas con algo más de calma, ambas tienen un poco de razón. Cierto, en ese trabajo no hay campo para imaginar nada, ni tiempo, si nos vamos a eso. Al principio, trataba de pensar en las historias que podría haber detrás de cada documento, pero tras mil veces de copiar lo mismo una y otra vez, una pierde el hilo y el interés en los dramas ajenos. No hay campo para imaginar nada, porque la ley es así, fría y seca.
Por otra parte, salgo de ahí y regreso a casa (la mayoría de los días). Enciendo la compu, tomo un té caliente, y me siento a leer el libro de turno, a escuchar la música de todas las películas que cuentan las historias que amo (en cuanto más fumadas, mejor), y por algunas horas corro por los pasillos de Hogwarts con una varita en el bolsillo, viajo en naves intergalácticas con un sable láser en la cintura, recorro la Tierra Media o los Siete Reinos de Poniente con un arco en la espalda, canto en los mejores teatros y un montón de otras cosas. Y sí, por un momento me olvido del trabajo, me olvido del martirio en que se ha convertido levantarme cada día sabiendo lo que me espera y que no tengo manera de huir.
Si aplicamos el razonamiento de mi jefa, ¿cuál es la realidad? Estar en la oficina es como estar atrapada en un mal sueño, incluso en los mejores días cuento cada minuto que paso ahí, rogando porque el tiempo pase un poco má rápido. Salgo de ahí y me olvido de todo porque estoy de vuelta en mi "realidad" que, irónicamente, tiene mas de fantasía que de otra cosa. Y sí, mi "realidad" es lo único que me mantiene cuerda.
miércoles, 17 de agosto de 2011
Transtornos
El caso es que, tras estas semanas de infierno...trabajo, he comenzado a pensar en que mi Jefa sufre de alguna clase no especificada de transtorno bipolar. No encuentro otra manera de explicar que se pase media hora de la mañana gritándonos, y en la tarde me felicite por mi desempeño laboral diciéndome que está muy satisfecha. No es lógico. Al final no sé si soy un desastre y una bruta, o una super eficiente oficinista que pronto ascenderá a super asistente de notario.
No es que sea una genia, pero la mayor parte de las cosas ahí son mecánicas, una vez que le agarras la lógica, no hay mucho donde perderse. Supongo que por eso lo detesto tanto, las cosas que no te exigen un poco de creatividad, no tienen mucha gracia para mí.
De todas formas, la idea esencial es una muy sencilla: ODIO que me griten.
domingo, 14 de agosto de 2011
Feriado
Hoy me dormí hasta tarde, bañé a mis perros con toda mi calma, pasé algunas horas comiendo chocolates con mi mamá y tengo planeada una salida al cine. Anoche, después de la reunión del Club, pasamos un buen rato con los chicos comiendo pollo, hablando de bodas (charla llena de indirectas para mi sufrido novio), y jugando al Hombre-Lobo. Parece un buen fin de semana, y aún tengo dos días más de descanso antes de regresar a Azkaban...digo, la oficina.
Creo que lo único realmente malo de los feriados y las vacaciones es que te engañan con un falso sentido de comodidad que termina abruptamente el día en que despiertas y debes regresar al trabajo. Por mí, no volvería nunca.
Todo mundo me dice que cuando reciba mi sueldo me sentiré algo mejor, pero no creo que nada logre compensar el trabajo. Es cierto que la mayor parte de los platos rotos los paga mi compañera (que es un cacho más lenta que yo, así que comete muchos errores bobos), pero me destroza las nervios la incertidumbre de no saber exactamente de qué humor está mi Jefa, o si puedo hacer una pregunta o no. A veces puedo hacerla y obtener una respuesta directa, otra veces no y se arma la gorda en que mi otra personalidad, la loca que se atreve a todo porque no le teme a nada, trata de salir a gritar más fuerte, mientras yo trato de que no se slaga y mi conciencia la jala para atrás recordándole que esas cosas no se hacen. Una lástima, si me preguntan.
Bah...pensaba escribir una entrada de como pienso relajarme un poco y quitarme el dolor de cuello y espalda en los dos días de descanso que me quedan, pero al parece ni la perspectiva de un feriado me quita la sensación de encierro y paranoia que estoy empezando a desarrollar. Como si necesitara volverme más loca.
viernes, 12 de agosto de 2011
Música
Lo único que me ha mantenido a flote estos días fue la perspectiva del concierto del Requiem de Mozart, otra vez presentado con piano. Podían haberme gritado todo el día, podían haberme presionado para que sienta una "identificación" que no me llega por ningún lado, podían haber pasado mil cosas, pero no importaba ninguna en el momento en que llegaba al salón, me reunía con mis compañeros de coro y comenzaba a meterme en el papel de Cantante.
En general, tengo un pánico escénico bárbaro, no me ponen en un escenario ni delante de una cámara ni a balazos. Sólo para cantar (y tal vez para tocar piano) me subo con gusto a un escenario, sonriendo feliz, y por esa hora que dura el concierto siento que soy yo misma, nadie más que yo, tal como debería ser, sin ninguna máscara ni nada que ocultar ni callar. Incluso me veo distinta en las fotos: segura, confiada, con todas las ganas de estar ahí y en ningún otro lugar, con toda la intención de dar todo porque eso es lo que realmente importa.
Acabo molida, con dolor de espalda, de pies, y si estoy resfriada (como ahora), de garganta e incluso de cabeza, pero todo eso vale la pena por el momento vivido, por sentir que la música me eleva encima de la realidad. Realmente, Dumbledore tenía razón, la música es magia más allá de cualquier cosa que uno pueda imaginar. Mientras canto, soy más bruja que nunca (en el mejor sentido).
Suena extremadamente cursi, y desearía poder decirlo de otra manera menos rebuscada, pero no la encuentro. Tal vez debería cantarlo, y transformarme en la mejor versión de mí misma.
domingo, 7 de agosto de 2011
Fiestas mágicas
Conseguí un montón de puntos en la primera clase, pero después, el psicópata del auror que daba DCAO me dijo sabelotodo en la siguiente clase. Digo yo ¿Qué culpa tengo de leer todos los libros y tener memorias fotográfica, eh? Ninguna.
De todas formas, la pasé re-bien. Entre la reta que me dio el psicópata y los huevos de dragón, me la pasé muriendome de risa en las clases. Me recordó a mi época de estudiante de Colegio...claro que en esa época tenía la mala manía de tomarme las materias demasiado en serio.
DEspués de eso, la fiesta se pasó en los entretenimientos habituales del Club en modalidad Fiesta: Comida, caramelos, gaseosa, más caramelos, papas fritas, más caramelos, telegramas, más caramelos y baile. Eso último merece una mención especial.
Resultó que nuestro querido Harry, también conocido por los muggles como Mija, no sólo tiene un apellido ruso, también tiene la agilidad para hacer el bailecito ese de los cosacos. El hombre es un cajita de sopresas.
viernes, 5 de agosto de 2011
Estrenitos
Tal vez hubiera tardado mucho más en hacer algo, si no fuera porque me encontré un día con alguien había entrado a mi MSN desde mi celu. No pregunten como lo sé, simlemente, confíen en mi palabra y en mis dotes de observación: para alguien que saba ver, era más que evidente que alguien se había metido a mi cuenta. Medidas de emergencia y demás (tuve que cambiar varias de mis contraseñas), era evidente que, si lo habían hecho una vez, nada les impedía hacerlo de nuevo.
Mi papá consiguió alguien que bloqueara mi pobre jabón Pimpón y...ese es el fin. Mi sufrido novio me prestó, de momento, su celular viejo (él tiene uno nuevo). Así que, técnicamente, estoy estrenando celu.
martes, 2 de agosto de 2011
Del dicho al hecho
Hoy tuvimos una tarde especialmente ajetreada en la Oficina, aunque, definitivamente, la cereza del helado fueron un par de niñas que llegaron con su madre y dos amigas de la madre. Mientras las amigas charlaban alegremente, las mocosas daban vueltas por toda la oficina, levantando todo, urgando todo y ensuciando los escritorios con sus manitas llenas de grasa.
Debo tener más paciencia de la que creo, y ser más fuerte de lo que creo a pesar de mis quejas, porque a pesar de todo, logré sobrevivir a un día francamente malo, sin largarme a llorar y sin darle una buena palmada en las manitas a las niñas metiches. Tal vez, en otra circunstancia hubiera tomado la situación con algo más dle ligereza, pero después de lo que pasó con mi celu...lo siento, nadie se acerca a mi escritorio, gracias.
Y, por cierto, la nota graciosa: Añadí un nombre más a mi lista de "Nombres raros/crueles qe tiene la gente", que espero poder publicar algún día acá. ¿Quién le pone a su hija BENIGNA VACA?
lunes, 1 de agosto de 2011
Nuevo mes
Tan malo fue que sigue siendo "Ese Agosto" en los anales de la familia. Tal vez fuera casualidad que todas las cosas malas pasaran casi al mismo tiempo, en el lapso exacto de ese mes, pero mi mamá tenía otra explicación que aún considero válida: El 1° de Agosto (de Ese Agosto, claro) nos juntamos desayunar como cualquier día hábil (supongamos que era un martes), pero todos estábamos de un humor de perros. Ni siquiera recuerdo los motivos, pero parecía que estábamos todos contra todos y hubo algunos gritos antes de que cada quién se fuera a los suyo.
La teoría de mi mamá es que, si uno empieza mal un mes (de mal humor, o enfermo, o cosas por el estilo), le irá mal todo el mes. Casualidad o atracción de malas vibras, fue un agosto desastroso.
Hace 42 minutos (según mi reloj) empezó un nuevo Agosto. Entre todas las cosas malas que me han estado pasando últimamente, me vino ese recuerdo y me puse a pensar (una gran desgracia, muchas veces). ¿Cómo quiero que sea este mes? ¿Quiero seguirme regodeando en mi miseria o hacer algo para salir de eso? Por muy tentador que suene el regodeo, supongo que tengo que tener algo de fe para salir de la sartén, ¿verdad?
Nada me impide buscar otro trabajo, algo de lo que sí sepa y donde me permitan escribir bien y no hacer un trabajo mecánico que me va matando las neuronas una a una. Puede que se vea muy mal dejar un empleo al poco tiempo de empezar, pero mi salud mental (o lo que queda de ella) lo vale. Mientras tanto, trataré de convencerme de que mi trabajo no es tan terrible, en el hipotético (y más que probable) caso de que tenga que resignarme y quedarme ahí. Las cosas graciosas están a la orden del día, la cosa es saberlas ver y disfrutar con esos pequeños regalos en el mar del aburrimiento.
Así que, y rompiendo mi filosofía de que los "propósitos" de año o mes son un desperdicio de tiempo de los bobos, me propongo tener otro Agosto que pueda recordar, que sea "Ese Agosto" en el que pasaron todas las cosas buenas.
p.d. Debe ser el sueño el que me puso cursi...
viernes, 29 de julio de 2011
Mi vida apesta
Sí, hay cosas buenas como que mi jefa me tiene mucha paciencia (aunque sospecho que eso me acarreará problemas con mis compañeras a la larga), o me encuentro con nombres tan divertidos que me hacen desear reír a carcajadas (que no puedo). Pero ni aún así me puedo considerar mínimamente cómoda en el trabajo: no encajo ahí de ninguna forma.
No me caracterizo por mi exceso de paciencia, y esa frase que me soltó el otro día mi mamá (con la mejor de las intenciones, supongo) de "Tal vez es el momento de aceptar la voluntad de Dios...", me acabó de poner de los nervios. ¿De veras cree que ESTO es lo que Dios quiere para mí? ¿Que pase mis días unos tras otros sin hacer nada que no sea un trabajo aburrido? Me niego de plano a creer semejante idea, y que me lo diga mi madre que hace unas semanas no se cansaba de decirme que explote mis capacidades, que si quería estudiar música estaba a tiempo aún, y que yo era tan inteligente y tan apta para hacer lo que quisiera y me gustara, y etc, me parece casi una falta de respeto.
Como si no fuera bastante malo, ayer descubrí las desventajas de trabajar en una oficina que atiende al púlblico en general: mi celular desapareció misteriosamente de mis escritorio en un momento en que había un montón de gente ahí metida. Tengo a mi sospechosa y ninguna manera de recuperar mi teléfono.
Trataré de ser un poco más paciente, tengo que aguantar hasta que encuentre algo que sí tenga que ver con lo que estudié (¿o para qué rayos me quemé las pestañas cinco años?).
martes, 26 de julio de 2011
Aburrimiento mortal
Además, estos dos días en la oficina me han hecho recordar una de las razones por las que no quise estudiar Derecho: Es aburrido, tedioso a más no poder, y se me debe estar pegando porque no encontré más que dos sinónimos para decir algo.
Tengo la mano izquierda medio acalambrada de tanto llenar el tal libro de protocolos de poderes o lo que sean, y probablemente tenga pesadillas con el tal Anko Arthur Stilma, gerente de SICIREC BOLIVIA, porque va el menso y saca como 1o poderes seguidos para lo mismo. Hay gente burra...
No espero que mañana me den algo más interesante que hacer, porque ¿qué podría hacer en una notaría una comunicadora? Si hasta la otra chica que es estudiante de Derecho está perdida como sordo en balacera, yo más. Quiero hacer otra cosa, quiero otro trabajo.
domingo, 24 de julio de 2011
Nieve en llamalandia
Había pensado hacerme un tatuaje en el hombro (una Clave de Sol, que además de bonita, serviría para recodarme siempre qué es lo que de verdad quiero) para despedir mi juventud y esas cosas, pero en vez de eso, nos fuimos de paseo a algún cerro (sigo sin saber cuál) con mi sufrido novio y unos amigos para ver la nieve. Bueno, el plan inicial era ver hasta donde nos llegaba el combustible (calculando ida y vuelta) para planear una futura excursión.
Sorprendentemente, el combustible aguantó bien y llegamos hasta la nieve, o lo que quedaba de la última nevada. No era mucho, pero igual era hermoso. La nieve es tan suavita, pero moja los guantes, quema las manos y si te golpean con una bola bien compactada, duele como un pedrazo. Jugamos como chiquillos, comimos pan con mortadela a montones, tomamos café calientito, e hicimos un muñeco de nieve chiquito. Rodeada como estaba de tres Gryffindor, lógicamente el pobre muñeco acabó vestido de amarillo y rojo (pinches leones), pero por un ratito me permitieron ponerle los colores de mi Casa. He aquí el resultado:
¿Lo único malo? No tenía la más pálida idea de que una se quema por el reflejo del solecito en la nievecita. Mi cara está hecha un trapo.
viernes, 22 de julio de 2011
Compradora compulsiva
Para mí, salir a comprar ropa es un martirio, si lo hago tardo más en llegar que en comprar. Voy en plan "mira rápido, elije lo más sencillo y bonito que haya, fíjate que no sea muy caro, pruébate, compra, vámonos de aquí". Hacerme coser ropa tampoco es una opción, generalmente no lo hago y cuando lo hago es más del tipo "Hazme una falda bonita, medio amplia, ¿listo? Vámonos". Elegir modelitos, que si esto es má bonito que aquello, por muy incómodo que se vea, que si el corte acá o el corte allá, y cosas, definitivamente no es lo mío.
En mi opinión, la ropa debe ser cómoda, servir para múltiples propósitos (salir al cine, con los amigos, a beber, a jugar, etc, etc), no me entretengo en fruslerías. Tal vez por eso mismo es que siempre ando con pantalones jeans, poleras y tenis (zapatillas deportivas para los incultos). No significa que me vea desarreglada, no, simplemente que estoy más cómoda que toda la gente que vive trepada en tacones, con pantalones de tela incómodos (porque no se acomodan a ningún lado) y blusas de tela tan delgada que viven resfriados. Si alguna debilidad tengo en cuestión de vestir, son las faldas, pero como evito las oportunidades de vestirlas, pues están todas bien guardadas el fondo del ropero.
Eso sí, con esto de "mi nuevo empleo", mis papás juzgaron conveniente comprarme ropa, lógicamente, ropa como para usar en una oficina porque, en su opinión, no puedo ir con tenis, jeans holgados y poleras con estampados de Pac-man a trabajar, oh no, preciossso. Así que me dieron dinero (que nunca es mal recibido) y me mandaron de compras con mi hermana en calidad de "Asesora de modas", con claras instruciones de no dejar que me compre nada suelto ni estampado (y vi una polera que decía "I love chocolate").
Aún teniendo en cuenta mi inveterado odio por las salidas de compras, en especial las excesivamente prolongadas, fue un paseo interesante...y no precisamente por la ropa. Descubrí, por ejemplo, que la gente se ha encogido. ¿Cómo? se preguntarán. Es muy sencillo, mis jóvenes padawans, resulta que cada vez que me probaba un pantalón de esos que están de moda (bota chupada, ajustados y con cosas bordadas), dicha prenda de vestir, aunque me cerrara, me quedaba muy corta. Tenía que pedir que fueran largos para que me quedaran bien. No soy muy alta (1.70 m no es la gran cosa), pero si los pantalones estándar me quedan cortos, debo deducir que una mayoría de la población ha perdido tamaño.
Y la gran aventura del día. Después de una larga caminata comprando pantalones, una blusa, crema de peinado (para finjir que hago algo más que con mi cabello que simplemente atarlo), y algunas cosillas más, nos encontramos con X cantidad de dinero (No diré cuanto. Si alguno de mis conocidos lee ésto, me desprestigiaré ante sus ojos. Se dice el pecado, no la penitencia) que, por cierto, no era poco, pero tampoco mucho. Íbamos por ahí caminando, con la idea de comprar una blusa más cuando mi hermana ve una que, hay que admitirlo, era muy bonita y, definitivamente, algo que yo usaría. Pregunta el precio, digamos N. Convencida de que era una buena compra, mi hermana, a la que ingenuamente dí todo el dinero porque mis bolsillos no son los más seguros, sacó todo lo que quedaba, contó y pagó por la blusa. El resultado de la transacción fue:
Supongo que sólo por eso, no hice un escándalo y me negué a comprar la tal blusa. Supongo que por eso, no me quejé por caminar varias cuadras mirando al suelo y rogando por encontrarme una moneda de 2 Bs por lo menos (obviamente, no hubo suerte). Y supongo que también por eso, no me quejé cuando mi hermana usó buena parte del crédito que me quedaba en el celular para llamar a casa pidiendo auxilio.
De veras, me tiene que ir muy bien en este trabajo o me sentiré mucho más culpable por comprar esa blusa tan bonita.
jueves, 21 de julio de 2011
Nuevas eras
Estuve deprimida por muchos días, de veras, la idea de trabajar en una oficina y de vestirme estilo "señorita" con pantalones de tela (y no jeans), con blusitas (y no poleras) y con tacones o zapatitos decentes (y no tenis) es de por sí escalofriante para mí. Al final de cuentas, supongo que si te dan a elegir entre aburrirte en casa o aburrirte en una oficina y que te paguen por ello...