Creo que he perdido (casi por completo) el impulso de escribir en este blog. Sé que me quejo constantemente de que "no pasa nada", que "no hay novedades", y que "la vida es aburrida". En parte es cierto, pero no del todo. Mi pequeña vida rutinaria es más interesante de lo que parece.
¿Por qué entonces ya no escribo tanto como antes? ¿Por qué ya no publico que al fin aprobé mi último examen de tiro, o que fui al cine a ver una película sobre doña Juana Azurduy, o que aunque sigo comiendo como fiera hambrienta no parezco subir de peso (o eso quiero creer)? La respuesta se reduce en gran parte a que soy floja. Mucho.
La otra parte es que...creo que estoy envejeciendo. Y con poca gracia. Pocas veces la vida parece funcionar tan bien como (me parece) funciona la mía, con sus altas y bajas, pero estoy dejando que todas las cosas que me apasionan se conviertan en rutina, y eso es malo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario