viernes, 8 de febrero de 2019

Y se me pasó el Año Nuevo...

Cada vez es más complicado mantener este blog. Realmente, historias no me faltan, cada día pasan cosas raras y vivir la agitada vida de una deportista es de lo más interesante... y la vez no. Mucho trabajo, mucho sacrificio y cero paga. La misma historia de todos.
De todas formas, esto va a que hace unos días mi laptop se suicidó de un solo saque. Aunque había dado señales previas de que su vida se agotaba, no pensamos que fuera realmente serio. Había el plan de ahorrar para comprar otra laptop, hacer un respaldo de los datos guardados y todas las precauciones que se toman cuando algo electrónico está por morir... pero como el momento no llegaba, simplemente no le dimos más importancia, hasta que realmente se reinició y el disco duro no arrancó más.
No sabemos exactamente qué pasó ahí dentro. Hay un leve olor a quemado, pero no tenemos manera de saber cuál fue la falla precisa que mandó todo por la borda. Como siempre, después de las lamentaciones de rigor, y echar cuentas sobre cuántos años tenía la difunta (unos 8, según mis cálculos), el siguiente paso era pensar en reemplazarla con algo más reciente, más resistente y que estuviera dentro de nuestras posibilidades económicas y los otros gastos que hay que hacer (más flechas...).
Resultado: Estamos en presencia de... mmm... la nueva laptop innominada de Meli. Largo tiempo dure.

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