viernes, 11 de enero de 2013

Nuevas y heroicas aventuras

Hace unos días ( más exactamente, anteayer), nos reunimos con los vagos para nuestra habitual sesión de rol, y en vista de que eso de salvar el mundo se nos ha puesto muy complicado, decidimos empezar otra campaña de otro juego de rol (eso no quiere decir que nos hayamos rendido, simplemente necesitamos un poco de descanso para enfocar mejor el problema). Incitados por nuestro master, que lleva ya unas 4 sesiones tratando de convencernos, nos pasamos a un nuevo juego de rol llamado Mutants & Masterminds.
Por su nombrecito, se darán cuenta de que el juego va de super héroes y super villanos, todos con superpoderes. Aunque aun no hemos probado el juego en sí mismo, pasamos una sesión super entretenida creando a nuestros super personajes (un "super" más y me volveré oficialmente fresa). El proceso de crear un nuevo personaje siempre es un lío, algunos como mi esposito se van por el lado fácil, toman los datos generales de un personaje pre-fabricado (el de mi esposito es sospechosamente parecido a Batman, excepto porque su alter ego es una estrella de rock). Por otra  parte, están los que se inventan algo de la nada, como mi amigote Javi, que empezó con que queria un guante que hiciera silencio y acabó comprando mil artilugios a costa de llenarse de debilidades y enemigos.
La última opción para crear un personaje en este juego es buscar en los recuerdos y frustraciones de la infancia...y de esas yo tengo a patadas. Estuve dos horas decidiendo entre mi decepción por no haber nacido como Bellota de las Chicas Superpoderosas, y mi nunca satisfecho deseo de ser Titania o Jean Grey de los X-men cuando jugábamos con mis primos. Por un momento, estuve tentada por una frustración más reciente que implica un arco y la increíble puntería de Hawk Eye, pero al final terminé por decidirme a emular a la última obsesión de mi cuasi infancia: Sakura card captors.
El resultado de pasar otras dos horas tratando de determinar el valor de los poderes de cada carta de la serie y las peliculas, fue tener un personaje con dos dispositivos: un báculo para invocar los poderes de las cartas (si nos vamos a copiar de Sakurita, lo haremos con todas las de la ley) y 52 cartas con los poderes suficientes para jugar a la navaja suiza. La parte mala del asunto es que tanto poder viene (no con una gran responsabilidad, como dice el tío ñoño del ñoño de Spiderman) con un gran gasto en puntos de habilidades.
Al final, me quede con casi nada de puntos para repartir a cualquier otra cosa, así que tengo un personaje con grandes poderes, y la capacidad de defensa de un niño con resfriado. Así son las cosas...

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