Mi vida se ha puesto medio aburrida estos días, o simplemente es que ando con la nariz tan hundida en libros que no noto la falta de eventualidades (aunque la anterior semana renegué mucho en el trabajo, pero bueh). La parte buena de eso es que no me ahogo en problemas (tanto), la parte mala es que me muero de histeria si, por ejemplo, me quedo sin batería.
La última víctima de mi fiebre lectora es la segunda saga (sí, saga) de Percy Jackson y su irremediable tendencia a acabar enredado en los asuntos de los dioses. Ya hace un tiempo, hice una extensa revisión sobre la primera saga, y mantengo mi opinión en muchos puntos, aunque sigo admitiendo que es entretenido de leer.
Pero, veamos: ¿Qué podría pasar con un semidiós después que derrotara a los Titanes que amenazaban el Olimpo? Al parecer, Percy la tiene peor que Harry porque hay más desastres en camino, al menos si uno sigue la lógica de la mitología...o casi. Por si fuera poco, el "lado griego" de la historia no es el único que existe, por ahí anda el "lado romano". Parece un poco jalado de los pelos, considerando al explicación de la saga anterior de que los dioses eran los mismos y sólo se mudaban de acá para allá.
Acá la explicación es que los romanos sí que le cambiaron algunos atributos y ciertos rasgos de personalidad a los dioses. Siendo así la cosa, al parecer los dioses, además de metiches e irresponsables, también tienen transtorno de personalidad múltiple y (más raro aún) tienen hijos semidioses en sus dos "modalidades". Más claro, que aparecen los hijos semidioses "romanos", que tienen su Campamento aparte y que los dioses mantuvieron apartados de sus hermanos griegos porque tienen la tendencia a matarse entre ellos por resentimientos muy antiguos.
Dado que ya acabó la guerra con los Titanes, y siguiendo el guión griego (más o menos), es el turno de Gea de tener un berrinche medio dormida y mandar a sus hijos, los Gigantes, para tratar de (qué sorpresa) eliminar a los dioses del Olimpo. Hera, que no es la diosa que más quiere a los semidioses, trama su plan por su cuenta y decide que la mejor manera de enfrentar el problema es hacer que los griegos y los romanos se unan. ¿Cómo se hace eso? Se secuestra a los líderes, se les borra la memoria y se los lanza en el campamento contrario a que sobrevivan como puedan.
De ahí en adelante, la historia se enreda en misiones cuasi imposible que los pobres personajes llevan a cabo a riesgo de sus pellejos, metiéndose en todos los problemas habidos y por haber, y tratando de encontrar sentido a sus caminos siguiendo las pistas dejadas por las antiguas historias. Todo un drama.
¿Entretenido de leer? Totalmente, incluso batallando con una traducción algo enredada (debo conseguir otra versión del cuarto libro). ¿Predecibles? Bastante, incluso sin conocer mucho de esa parte de la mitología.
Me muero por leer el quinto...cuando salga. Maldición.
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