miércoles, 17 de junio de 2015

Después de la larga espera

Tras dos semanas de hacer cuenta regresiva, morderme las uñas esperando la llegada, al fin está aquí. Bueno, la verdad es que llegó el domingo y mi larga espera estuvo sazonada por un espantoso resfriado y sucesos varios, así que no fue tan terrible (ahora digo eso, claro).
Tal vez la peor parte del asunto (aparte del hecho del gasto), fue que el lunes, el día que me proponía estrenar mi hermosa adquisición, resultó que una pala no entraba y nos pasamos la tarde hurgando tornillos de un lado a otro. Estuve al borde de un ataque de pánico, si la pala no entraba, todo el gasto hubiera sido en vano. Al final, después de mucho darles vueltas a todas las tuercas, la bendita pala entró...y decidió no salir. Otro alboroto, pero mi esposito (hábil como siempre) encontró la solución.
Así que ahora soy la feliz poseedora de un arco recurvo olímpico muy azul. Aún ando pensando en un nombre que esté a la altura de su hermosura y demás (porque no puedo tener algo significativo que no tenga un nombre). De momento, tengo dos opciones, ambas en élfico y referidas al mismo personaje: el mejor arquero de la Tierra Media, Beleg (sorpresa, no es Legolas). 
Hasta que me decida por uno (o alguien me dé una mejor idea), les presento a mi nuevo jueguete caro (muy caro).


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