Hace unos días (un par de semanas, en realidad), fuimos a la fiesta de cumpleaños de mi sobrino. Creo que no tengo que aclarar que la horda de niños malcriados (y madres más malcriadas, créanme) sacaron lo mejor de mi autocontrol y rápidamente huí a esconderme en algún dormitorio. Felizmente, me topé con el librero de mi hermana, y recordé que debía realizar un búsqueda importante: el libro verde de Cuentos Rusos.
Este libro tiene una historia interesante (al menos, es interesante en mi cabeza). Mi papá, como buen becado a la ex URSS, tenía una afición por comprar libros de la Editorial MIR de Moscú y otros varios. No tengo ideas si los libros eran comunes y fáciles de encontrar o no, pero los que más recuerdo son las revistas Misha, y dos libros de cuentos. Uno de los libros, según las justas reparticiones de la casa es mío, y el otro, lógicamente, de mi hermana mayor.
Lastimosamente, cuando nos mudamos a Cochabamba, mi papá, hombre siempre práctico, regaló las Misha (me partió el alma que lo hiciera, por cierto, esas revistas eran geniales). Mi libro de cuentos aún lo conservo en buen estado, y el de mi hermana...pues perdió la sobrecubierta hace unos años, y después le perdí el rastro.
Si algo tenemos en común con mi hermana es que, al mudarnos de casa, de las primeras cosas que sacamos fueron los libros que consideramos propios. Yo me llevé mis "Cuentos de Aliónushka", y ella se llevó los Cuentos populares Rusos de Afanásiev. En fin, que encontré el libro en cuestión en medio del cumpleaños.
Ya que era técnicamente imposible que lo escaneara con el celular antes de que terminara la fiesta (además que tenía que ayudar con la comida), apelé a la generosidad de mi hermana...y le ofrecí copiarle el libro de Aliónushka (obvio que ella quiere mi libro, igual que yo quiero el suyo) para que me permitiera llevármelo a casa.
Recordaba algunos de los cuentos a grandes rasgos, y de otros no me acordaba nada. Al volver a leerlos, reí a carcajadas y recordé por qué despreciaba un poco a las princesas de Disney. Aunque en estos cuentos rusos también a varias "damas en peligro" que necesitan ser rescatadas, ninguna es precisamente tonta. Por otra parte, hay varias que son astutas y que, aunque son mostradas como mujeres algo caprichosas y mandonas, hay que reconocerles que les sacaban las castañas del fuego a varios de los príncipes de las historias.
Creo que lo más genial de los cuentos era que, a diferencia de muchos cuentos infantiles, los personajes necesitaban ser algo más que sólo "buenos" para lograr su final feliz. La inteligencia y la astucia eran las más necesarias para sobrevivir en un mundo en que podían mandar a cualquiera a enfrentar fuerzas sobrenaturales, aunque la ayuda de la magia tampoco estaba de más, pero la simple magia sin que el personaje estuviera un paso delante no tenía sentido.
La pena es que buscando una imagen de la portada que recuerdo, me enteré que el libro verde es parte de una colección. Hay un libro rojo y uno azul con otros cuentos que jamás leí, eso es más que suficiente para volverme loca.
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