Tal vez sea pura paranoia mía, pero me sucede (frecuentemente) que cuando empiezo a comentar con familia o amigos sobre algún proyecto futuro o sobre algo que espero que ocurra...termina por no ocurrir. En cierta forma, eso me ha vuelto un poco cautelosa sobre lo que comento sobre mis futuros planes.
Claro que, también, tiene su lado "útil", cuando comento cosas que tal vez pero no deseo que se cumplan, algo así como voltear la maldición a mi favor. No es muy frecuente, pero hay que agarrar la felicidad dónde se pueda, y después poner cara de circunstancias.
Y ahora hay algo grande, realmente grande, en el no tan distante futuro, y he cometido el error de comentarlo más de lo necesario. Al demonio la cautela, era algo demasiado bueno para callarlo, aunque, siendo honesta, también estaba metido mi algo desmedido orgullo (que muchas veces es infundado), pero ahora temo que la maldición vuelva a alcanzarme y me quede con las ganas.
Maldita sea mi bocota...
No hay comentarios:
Publicar un comentario