lunes, 3 de febrero de 2014

Mucho cabello o pocas horquillas

Hace poco más de una semana, decidí que dado el largo de mi cabello y el hecho de que mi mamá comentara que mi super cómodo moño de todos los días me hacía parecer vieja (!), era una invitación muy clara a hacer un cambio de look...o al menos de peinado. Lastimosamente, lo único que he aprendido a peinarme en toda mi vida es...un moño. Alguna vez intenté hacer otras cosas en mi cabello (más que nada, tratar de peinarme como elfa), pero considerando que mi cabello no suele querer acomodarse en ningún lado, los "peinados" acababan deshechos y vueltos a acomodar en un moño.
Si tu madre, tu propia madre, te dice que pareces vieja la cosa es seria ("no hay hijo feo para su madre..."sí, seguro), así que con la ayuda del siempre poderoso youtube, traté de hacer algo nuevo con mi cabello. Comencé con tratar de aprender a hacer una trenza espiga, una duda que siempre tuve que resultó ser ridículamente sencilla de hacer y de ahí traté de hacer algo más complicado.
Como siempre, mi cabello no se acomoda y resulta que tengo que rehacer el peinado del día al menos dos veces (a no ser que, como hoy, tenga una gran jaqueca), pero usualmente salen bien...si sólo implican trenzas y liguitas. Si nos metemos en el campo de las horquillas, estamos fritas.
Debe ser por mi loca abundancia de cabello o porque, simplemente, no sé manejarlas, el caso es que no me sirven para nada. No me sujetan el cabello, ni un triste mechón, y si lo logran es porque prácticamente las clavé por miles en mi cuero cabelludo para que no se muevan, lo que no es útil (ni cómodo) de ninguna manera. Lo que me acaba de molestar de las malditas horquillas es que cuando veo a la gente que se las pone en los videos, parece tan fácil que se queden en su sitio.
Por supuesto, no he visto a nadie en los videos que tenga una cantidad de pelo cercana a la que yo tengo, ni tan esponjado, ni tan rebelde (ni con tantas canas prematuras).
   


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