lunes, 6 de abril de 2015

Mundo enfermo y triste

Hace unos días, una prima de mi esposito le pidió a mi suegris que le ayudara con su bebé unos días. El bebé en cuestión resultó, como todos los bebés de tres meses que hacen ruiditos adorables, un hermoso paquetito de alegría. Tanto así, que casi vuelve a hacer funcionar mi reloj biológico, que cuando arranca me exige pedacitos de alegría similares.
Como toda mujer (al menos, las que conozco), cada vez que me sucede eso, me debato entre la comodidad y la urgencia. Siempre gana la comodidad. Pero a veces, muy de cuando en cuando, como cuando me pongo a ver noticias internacionales, entra en juego la sensatez y lo que ella dice no resulta de ninguna manera alentador.
Muy especialmente, son las noticias de Medio Oriente las que me asustan y me hacen pensar en qué mundo de locos estamos viviendo. Cada vez que me doy la vuelta, me encuentro con otra noticia de esas que chorrean sangre por todos lados, con más o menos cobertura mediática (lo que es una gran hipocresía de parte de los medios, ya que vamos a eso). Desde el conocido ataque a Charlie Hebdo, hasta la última salvajada de los yihadistas que se cargaron a 147 estudiantes universitarios en Kenia, al que no se le ha dado tanta relevancia. En medio de eso, varios otros ataques aquí y allá.
No voy a ser tan hipócrita para pretender que los cristianos católicos jamás han hecho eso de matar por la religión. Las Cruzadas y las masacres que los cruzados hicieron en su momento son el mejor ejemplo, son el consabido botón de muestra. En las guerras entre religiones, ninguna de ellas está libre de pecado. Eso sí, creo que los siglos nos han dado algo más de sensatez (poquita, no mucha), los pretextos del mundo occidental para declarar guerras hoy en día es, usualmente, "defenderse" de los "salvajes asesinos" yihadistas (que sí que lo son) y de la amenaza que representan para...bueno, casi cualquier ser humano, por lo que podemos deducir de sus ataques.
Por supuesto, estoy de acuerdo con que se debe hacer algo para detener a los yihadistas, son extremistas y realmente peligrosos, nadie duda de eso, pero sucede que no veo como eso pueda ser posible. Por una parte, creo que para hacer eso, con esa clase de gente, no creo que se pueda negociar de ninguna manera "lógica" conocida (no que nadie lo haya intentado, que yo sepa), por lo que seguramente la única salida tal vez sea bombardearlos a la mala, es decir hacerles lo que ellos hacen en sus atentados...que es lo que se hecho hasta ahora. Y eso lleva, obviamente, a la otra parte de la cuestión: la violencia sólo genera más violencia, y siempre habrá alguien dispuesto a levantar la antorcha de la estupidez. ¿Y eso a dónde llevaría? ¿A borrar a todos los musulmanes del mapa?
Aún cuando estas palabras no lleguen a nadie, aunque mi pequeña página tenga el mismo poder de persuasión que la sillita de Mafalda, quisiera ser clara en esto. Eliminar a todos los musulmanes del mundo jamás podría ser la solución. Los yihadistas son sólo una fracción no necesariamente representativa de su religión, incluso considerando todo su "rating" destinado a satanizar a toda la comunidad islámica, no creo que todos merezcan caer en el mismo saco. Hay que tener cuidado de ISIS y compañía, de sus campañas fanáticas que atraen a tantos jóvenes ignorantes y perdidos a cargar armas  y creer que matar por su fe es bueno, pero la evidencia lógica dice que no todos los musulmanes del mundo están de acuerdo con ellos, no todos están ahí disparando y asesinando (si así fuera, estaríamos fritos todos).
Y entonces, vuelvo a mi punto original: ¿En verdad, es responsable traer niños inocentes a este mundo enloquecido y bañado de sangre? El mundo siempre ha sido un lugar peligroso, uno puede encontrar amenazas en su mismo hogar...pero parece que nunca ha sido tan peligroso como ahora, incluso (o tal vez debido) con toda la ciencia,  todos los avances tecnológicos, o los cambios de mentalidad de los últimos siglos.

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