martes, 25 de agosto de 2015

Nostalgia boba

Hace menos de una hora, el...pues no sé, ¿transformador? del poste de afuera empezó a chispear como loco. Tuvimos que desconectar varios de los aparatos eléctricos, por las dudas, aunque la electricidad siguió funcionando. 
Entre las cosas desenchufadas estaba la tele, y aunque se le pasó el ataque de locura a la cosa esa de afuera, preferí no arriesgarme a encenderla (bendita la batería de la laptop). ¿Qué puede hacer una, a la media noche, sin tele y pocas ganas de dormir? La respuesta lógica sería dormir (Dios sabe que necesito todas mis energías para el trabajo), pero yo no soy lógica (al menos, no todo el tiempo), y se me ocurrió revisar una bolsa que tengo sin organizar desde que nos mudamos aquí. 
¿Qué hay en la bolsa? Más que nada, papeles, papeles y papeles (papeles chiquitos, papeles grandotes, así como en la publicidad esa del pegamento). Revistas, viejos trabajos de colegio, letras de canciones, recortes de periódicos sobre Harry Potter y El Señor de los Anillos. Lo único ahí que no es papel es mi caja de colores Lyra (un lujo que probablemente no pueda volver a conseguir si pierdo esta, básicamente porque ya no los fabrican). Y entre la montaña de papeles me encuentro con mi anuario de Promoción del colegio. 
Y ahí fue cuando me puse nostálgica, es decir, todos esos recuerdos de colegio, las compañeras, las actividades...momento, ¿por qué me pongo nostálgica si era la raleada del curso? Sospecho que mi adolescente interior aún quiere atención a su drama y, no tan secretamente, aún desea haberse integrado un poco más (y también desea haber empezado antes a usar contactos, delineador y perder algo de peso, ese año estaba muy gorda). Mala combinación de emociones con mi dolor de estómago por comer pavo que sabía a chancho pero en realidad era pato, y cubrirlo con helado.
De la rememoración de todas las cosas en las que no me integré (y todos lo errores ortográficos y gramaticales del anuario que no puedo corregir ya), pasé a revisar las fichas de mis compañeras de curso: "oh mira, ella ya tiene un hijo, y ella también, y ella también, y ella, y ella...¿en qué andará ella? oh sí, no me caía bien, ¡mira, ella me era simpática! Mmm...creo que yo no a ella...ouch, cierto, ella se murió". Más recuerdos deprimentes. Ahí me puse a pensar: ¿no sería interesante hacer una especie de recopilación de en qué andan esas chicas ahora? Cierto, eso sería chismear y para eso tenemos al facebook. De todas formas, ¿qué pondría yo en mi ficha actual? "Sigo siendo más lista que todas ustedes...simplemente, me da flojera mostrarlo. Pero seguro que mi vida es más divertida que la suya".
Sí, sumamente reconfortante.

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