Recuerdo el tiempo en que ir a ensayar con el coro me hacía feliz. Veía a mis amigos, hacía lo que me gustaba, y aunque no siempre estaba de acuerdo con algunas decisiones o situaciones, siempre acababa disfrutándolo.
Tal vez es que ando muy cansada, tal vez sea que mis prioridades han cambiado (para moverse al mundo del deporte, quién lo diría), tal vez también afecte que el coro mismo ha cambiado en estos años, y muy radicalmente en estos últimos meses, pero las cosas ya no son las mismas. No me malentiendan: aún amo la música y cantar es algo sin lo que no puedo vivir (el día que pase sin que yo me ponga a cantar a grito pelado en cualquier parte, teman), pero este último tiempo en el coro me trae más dolores de cabeza que otra cosa.
Siendo honesta, creo que no me estoy tomando bien los cambios...ni la dirección actual del coro, y no ayuda que varios de los nuevos integrantes no logre pasarlos ni con llajua, como se dice por aquí. Tal vez parte del problema sea que he generado un pequeño complejo de superioridad, pero ni admitiendo eso logro entender cómo algunos califican ciertas cosas de "buenas" y "muy musicales" y yo sólo escuche voces que parecen cornetas de año nuevo.
Puedo tener muchos problemas, pero sorda no estoy todavía.
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