jueves, 26 de febrero de 2015

Reacciones de diva

Hay algo que siempre me ha parecido interesante, por no decir "ridículo", en la forma de actuar comúnmente de algunos artistas. Puede que sea simplemente un caso aislado, aplicable sólo al pequeño círculo de músicos clásicos en esta ciudad, no podría afirmar que es así en todas partes porque ¡hey! no conozco como se mueve la gente en esas hipotéticas otras partes. 
Sucede que aunque hay varias personas metidas en el medio musical, no son las bastantes (ni todas tienen el nivel) como para hacer muchas obras, o formar varias agrupaciones fijas. Los músicos suelen formar parte de varias orquestas, o de varios coros a la vez. Eso suele llevar a que un músico tenga ensayos de varios obras distintas a la semana, y si los ensayos se superponen unos a otros, la cosa se pone complicada.
Obviamente está el hecho de que, como dice el refrán, quien mucho abarca poco aprieta. Pero el verdadero conflicto, el que genera odios, rencores, represalias y miradas de feas es que eso lleva a conflictos entre los directores. Es como el viejo conflicto de colegio en que un profesor se enoja porque el trabajo de otro no deja tiempo para el suyo en los horarios de los estudiantes y cosas así.
Podría decirse que, siendo tan pocos directores en la ciudad no debería haber tanto problema, pero los músicos somos tan pocos que sí se genera un lío. Y ahí empiezan los líos en que los directores exigen que los músicos que estén en SU obra sólo pueden estar en esas y en ninguna más, que no darán permisos a nadie, y por las dudas aumentan los ensayos para que el músico en cuestión no tenga el tiempo de ir a cualquier otro ensayo. De ahí a creer que todos los otros directores que están preparando alguna obra al mismo tiempo o para fechas cercanas lo hacen sólo para molestar, hay un paso (muy corto para algunos, un poquito más corto para otros).
Siendo así la cosa, ¿alguien se sorprende realmente de que haya tan poco movimiento por estos lados? Aparte del nivel (excelentes los cuento con los dedos, los buenos son pocos, los mediocres sobran), esos miramientos entre directores y que cada uno, en mayor o menor grado, se crea el centro de toda la galaxia, son muy perjudiciales. Si encima le suman que ninguno de ellos podría admitir ni lejanamente que son parte del problema (por ese complejito de que son todos los otros los que los odian a ellos, pobres angelitos), acá estamos fritos.

No hay comentarios: