lunes, 2 de febrero de 2015

Entrenando

Y me inscribí al Club de Tiro con Arco. Meli más feliz que perro con dos colas (dudo que sean felices con dos colas, pero el dicho funciona). Lastimosamente, no podía ir entrenar en enero por la cuestión de horarios.
Por suerte, justo hace dos días cambiaron los horarios a tres días en la tarde y tres en la mañana. Obviamente, por el trabajo, en las mañanas no puedo ir (y es una lástima, porque parece que todo lo importante pasa en las mañanas), pero como de momento mi ambición es disparar, me puedo conformar con las tardes y ser feliz. 
La primera vez que fui me pareció la cosa más divertida del universo. Jamás seré un elfo, pero eso no le quita nada de la diversión. La única pena es que es un deporte sumamente caro (como cualquier cosa que quiero hacer), y ya empecé a gastar con gran alegría (y algo de cargo de conciencia). Mi gran deseo es comprarme un arco decente para mi cumpleaños, y como para eso falta un montón de tiempo, creo que lograré reunir un monto adecuado. Lo que me preocupa es que, definitivamente, me dará cargo de conciencia. Habiendo tantas cosas necesarias, yo iré a comprarme un arco...
Lo único que me consuela es que, en caso de apocalipsis zombie, al menos tendré el chance de vivir un día más con un arco y flechas a mano.

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