viernes, 8 de mayo de 2009

Demasiadas cosas en poco tiempo

Estos dos últimos días han sido algo difíciles, y la verdad es que esta entrada no tendrá nada de gracioso ni sarcástico (es que no tengo fuerzas para eso), así que los que estén acostumbrados a "mi estilo" (anda, qué pretensiosa) pueden ir saltándose esto y sentarse a esperar dos días a mi siguiente publicación.
Ayer estuve ayudando a mi mamá en la cocina, dado que aún no se me pasa el mal humor por estos malditos fierros y mejor vigilo lo que cocinan. Y después de eso me dispuse a pasar una tranquila tarde sin pena ni gloria, acompañada con un libro, pero (siempre hay un pero cuando quiero pasar una tarde sin pena ni gloria) resulta que mi memoria, que no suele ser tan mala, me hizo una trastada y se me olvidó que tenía que salir con Marieta a comprar un dominio para la nueva página del Club.
Tuvo que llamarme la señorita para que me acordara (qué vergüenza!) y salí corriendo cual correcaminos para alcanzarlas. De ahí nos pasamos de un lado para el otro para el pinche dominio, y cuando supusimos que ya teníamos todo, va y resulta que la cosa es más cara de lo que decía la estúpida empresa en su página web, que hay que comprar un estúpido host más aparte del dominio (ni me pregunten qué changos es eso, porque no lo sé. ¿Qué me vieron? ¿Cara de ingeniera de sistemas?). Si sólo fuera por la página y por darnos un gusto, no habría mucho lío y aprenderíamos a vivir con eso, o reuniríamos más plata con más tiempo. Pero el gran problema es que es el proyecto de Marieta y tiene que presentarlo funcionando y subido a la red.
Después de eso (y de no poder encontrarle solución al lío, digamos que no me sentía precisamente iluminada) me vuelvo a mi casa, sirvo el té, todo tranqui hasta que a la hora en que suele llegar mi sufrido novio, me llama con una noticia espantosa (que no comentaré aca) y que no puede venir más que de pasada.
Bueh, en vista de que no podría estar con mi sufrido novio pensé que todavía me quedaba el gran consuelo de mi sesión diaria de 3 o 4 horas de sana navegación por las olas del internet. Pero no conté con la estúpida conexión electrica del estúpido escritorio de esta estúpida casa (sí, me empluma que pasen esas cosas) que va y HACE CORTO! Al menos, eso me dijo mi papá, con el añadido de que me mejor ni me conecte a no ser que quiera tener chicharrón de laptop (no, gracias).
Sin internet puedo vivir (al menos por un noche, pero no me pidan más de eso, en serio), así que me acabé el libro que estaba leyendo, dí unas vueltas a ver si agarraba sueño y me dormí...a la hora de siempre, o sea, bien tarde.
Hoy, otro largi día. Cocinar (o al menos vigilar todas las estúpidas ollas), vigilar a mi sobrino, que estaba empeñado em ver "Hakuna Matata" de "El Rey León" una y otra vez, gran discusión gran con mi sufrido novio (nunca mejor dicho) que acabó en lagrimotas y no poder verlo hoy, en parte por la estúpida Maestría (sí, mientras siga emplumada, todo será estúpido. He dicho) y en parte por la noticia espantosa de ayer (que aunque sea horrendo, pues bueno, tenía que estar ahí), y de ahí, ir al cumpleaños de mi abuelita con la cabeza en cualquier parte y la boca reseca por estos estúpidos fierros. Quiero mucho a mi abuelita, pero yo no estaba en el mejor de los ánimos ni en el mejor de los momentos para festejar.
Regresando a casa, mi papá anuncia que arreglará la cosa del escritorio y el estúpido foco explota! Ahora, mientras escribo, sus restos cuelgan sobre mi cabeza...
Y para rematar mis alucinantes días con broche de oro, me duele un costado de la mano derecha sin motivo aparente: no hay marcas de golpes, raspones, cortaduras, quemaduras ni hinchazón ni nada de nada, pero me duele mucho...o al menos me incomoda.
Faltaría no más que los restos del foco me caigan encima...así que...

2 comentarios:

casa da poesia dijo...

lindo!...e para ti...

"Ima phuyun jaqay phuyu..."

salut!...

Meli dijo...

Mmm...si mal no recuerdo, ese es un verso del más famoso poema de Juan Walparrimachi, y dice algo de una nube oscura que se acerca, y el llanto de su madre...
Bueno, saltando lo del llanto de la madre, sí, estos días han sido de esos en los que ves sólo nubes en el horizonte.