jueves, 20 de enero de 2011

Tengo tantas cosas que contar...

Pero la verdad estoy tan cansada (y tan, tan llena) que no puedo juntar dos pensamientos coherentemente. Resumen (espero que breve, no tengo ganas de extenderme): Cumpleaños de mamá, parecía que sería muy divertido, pero creo que terminó bastante bien, y con una buena cosecha en regalos para mi mamá.
Encontrar un regalo adecuado tomó mucho tiempo, como sabe cualquiera que me conoce mínimanente, soy un desastre para pensar en qué regalar. ¿Quieren un regalo mío? Díganme "Quiero tal cosa" y si no es muy cara seremos todos más felices, tendrán su regalo y yo no tendré un dolor de cabeza.
En otras noticias, llevé (al fin) mi "nueva" cámara al técnico. Hice un trato excesivamente turbio con mi papá: dado que su hijita arruinó la cámara y no tiene ni ganas de buscar al técnico siquiera, le propuse que me la dejara (con tal que ya no sirve, ¿verdad?) pero si la hago reparar (pagando todo yo, claro) me la quedo y será mi Squishy! digo mi cámara! Conveniente, ¿verdad? Al menos para mí lo es.
Eso tiene otra ventaja (aparte del hecho obvio de que tendré una cámara a precio de gallina muerta...espero), al fin sabré qué diablos le pasó siempre para que se arruinara, porque el cuento de "le entró arena, de veras" no me lo paso ni con aceite. Oh sí, preciosso, pienso hacer caer a mi hermana por su propia lengua, ¿no es genial?
Y, antes que se me olvide, sé que todavía les debo mi comentario sobre "Rebelión en la Granja" (de veras, buen libro), pero con tantas cosas se me va pasando. Juro que lo haré, de veras, y lo más pronto posible, no más dejen que me libre de lo que me traigo entre manos (oh por Dios, ¿cómo llegaron esos chocolates a mis manos? Me tendré que librar de ellos, lástima...)

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