Supongo que por esto es que no quería crecer: la vida es demasiado complicada, y no se hace más fácil a medida que llevas más años en ella, sólo se pone más difícil. Supongamos que este es el estrés escribiendo y que mi habitual serenidad y cordura se han tomado unas muy merecidas vacaciones, dejando a cargo a todo mi histerismo. De todas formas, debo admitir que me siento excepcionalmente cansada, ni siquiera el feriado pasado (y creo que tampoco el que viene) me ayudaron a relajarme o a sentirme un poco más descansada. De hecho, fue aún peor porque me costó muchísimo regresar a la rutina después de un día de "vacaciones".
Tengo muchas preocupaciones encima, algunas son pequeñas y otras me están matando. Crecer apesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario