domingo, 22 de septiembre de 2013

El caso de los chubby bunnies

Ayer tuvimos una actividad algo inusual en el Club que implicaba violar dos buenas normas de urbanidad: llenarse la boca de comida y no tragarla y hablar con la boca llena (de forma comprensible, claro está).
El asunto era meterse un masmelo a la boca y decir "chubby bunny". Después de un minuto, si no se había podido resolver el problema, había que meterse otro masmelo, con lo que ya eran dos, y volver a decir "chubby bunny", y así sucesivamente hasta llegar a cinco masmelos. 
No voy a decir que era muy agradable de ver, pero definitivamente era muy gracioso de ver a todos con  cachetitos inflados (hablando de conejitos regordetes). A la mitad del juego, ya nadie le decía "masmelos" a los masmelos. Al final del juego, nadie quería comer más masmelos por el resto de sus días.
Personalmente, no quiero comer chubby bunnies en una semana (después de eso, no hay problema).

No hay comentarios: