domingo, 29 de septiembre de 2013

La semana de la locura

Nota breve, en serio. Esta semana fue la más loca que he tenido en mucho, mucho tiempo, algo así como el corolario que necesitaba este mes de locura para irse al fin. Ya sé que aún queda un día más que se termine oficialmente, pero no sé cuánto más de malo pueda pasar en un día que no haya pasado ya en el mes (mejor me callo, las probabilidades siempre me derrotan).
Más allá de la locura en el trabajo, y los afanes de un viaje enloquecido, lo peor fue el desgaste emocional. Digo, visitar a los enfermos es algo bueno, pero es tan doloroso ver alguien que quieres sufrir, más sabiendo que no hay nada que puedas hacer para ayudar. Nada que no sea rezar. Al final, las oraciones son lo único que queda, la fe en que sólo Dios puede hacer algo.
Sé que los milagros no son frecuentes (si lo fueran, no serían milagros), pero no se sabe nunca. 

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