lunes, 2 de septiembre de 2013

Otra vez, la vida

Los análisis salieron mal. Todo lo que mi pobre perrito podía tener descompensado, lo tiene. La veterinaria dijo que su hígado y su páncreas fallaron, por eso no quiere comer, y no hay tratamiento ya para él, considerando su edad y todo, sólo sería para paliar un poco las molestias pero a la larga se moriría de eso, y sería peor. También nos dijeron que está sufriendo, y a medida que su condición avance será peor.
Hace unos meses, cuando mi abuelito estaba por partir, escribí que me sentía poco caritativa respecto a él por cosas que no vienen al caso. A pesar de todo, al final sentí que partiera. No puedo decir que lo extrañe terriblemente, pero lo recuerdo con la alegría de los recuerdos de la infancia que son los mejores que tengo de él. Fue un buen abuelo.
Ahora que mi perrito va a partir me siento poco caritativa conmigo misma. Tal vez pude cuidarlo mejor, hacer más antes de que llegáramos a la condición en que está ahora, que sin ser grave, es triste de ver. Mi esposo y mi amiga Marce me dicen que no es hora de arrepentimientos, si no de aliviarle lo poco que le queda de vida y dejarlo ir en paz. Pero, en cierta forma, siento que le he fallado. Creo que, a pesar de todo, hice bien en traerlo estos últimos días, no creo que lo hubieran cuidado en mi casa como nosotros lo hicimos estos días (y estas últimas noches, que hemos dormido en períodos de dos horas, saltando al menor ruido para atenderlo). 
A pesar de todo mi sentido de culpa, he de admitir que tuvo una vida interesante. Hizo muchas cosas que varios perros no alcanzan a hacer en toda su vida, desde perseguir ovejas a mudarse de ciudad, pasando por hacer corretear tras él a viejos y niños en sus múltiples escapadas, cazar pájaros, ratones y ranas (nunca supe como se metió esa cosa en el jardín), saltar muros del triple de su tamaño y sobrevivir al perro-chupacabras. Tengo muchas historias buenas con él, no creo que llegue el día en que pueda dejar de relacionar sus andanzas con las tonterías de otros perros.
Y como si no fuera suficiente, justo estos días escuché una canción simpática y algo boba. La estuvimos practicando para un juego del Club y se me pegó. Y después escuché la letra bien y la relacioné con mi bebé. No puedo escucharla sin llorar. Creo que jamás dejaré de escucharla sin pensar en mi cachorro. Siempre será mi cachorro.

2 comentarios:

MarceLezcobar dijo...

Tu perro hizo cosas que mi perro jamas hara :P

realmente ... la partida de su pequeño me entristece ... al punto de tener que huir de lugares poblados ... ud me entiende ...

Ahora .. la cancion ... jooooo ...me acaba de dar otra pespectiva de esa cancion ... ya de por si la encontraba deprimente ... y ahora me trauma aun mas ....

queria compartir mi trauma ... y eso ... (por eso hice la actividad) ... pero buuuu ... ud aumento mi trauma T_T

Meli dijo...

Sep...no sabes lo traumada que quedé con la tal canción. Aún extraño a mi bebito.