viernes, 27 de junio de 2014

Filosofemos

La parte mala de los e-books es que no puedo llevarlos en mi cartera y leerlos cuando no estoy en casa, básicamente, porque no tengo una table ni un kindle ni nada por el estilo, más que mi laptop, que es muy engorrosa de transportar. El caso es que se me ha hecho casi una costumbre desde principio de año andar con un libro por ahí. El último fue "Una vacante imprevista" y después de eso me quedé sin ideas. Mi esposito, al que le pedí consejo, me sugirió leer "El mundo de Sofía".
Puede ser por mis malas experiencias en el colegio (en que filosofía era una de las materias más improductivas que había), pero jamás tuve una buena opinión de los filósofos ni de la filosofía. Pueden sermonearme toda la vida sobre su utilidad y cómo pensar nos hace humanos todo lo que quieran, pero ningún muerto va a decirme como vivir. Punto. El caso es que no empecé el libro precisamente entusiasmada...y según yo, tenía toda la razón.
Más allá de las lecciones de filosofía, que algo sí me dejaron (una nueva capa a mi cultura general), la historia en sí no me pareció nada del otro mundo. Admitamos que he leído un montón de literatura fantástica y tramas atravesadas (de muy buenas a malísimas), así que algunos giros no me sorprenden. Admitamos también que leía las partes de filosofía a la gran carrera para llegar a la historia y aún así no me sentí increíblemente sorprendida con ninguno de los giros, ni decir con el final que me dejó con algo así como "¿Y?¿Eso fue todo?". No es una sensación agradable.
Voy a tratar de ser justa y admitir que el libro fue publicado en los '90, y fue un verdadero hito en su tiempo, antes de que la literatura fantástica volviera a ponerse de moda. Por otra parte, mi esposito dice que le entré con "mala leche" a este libro, y creo que tiene una buena parte de razón. Pero nada va a quitar que los diálogos son forzados, que los personajes son flojos (los reales y los "imaginarios") y que lo importante de un libro de más de seiscientas páginas es la filosofía y que la historia está de relleno. Más honesto hubiera sido hacer un libro de texto y ya. (¡Qué mala soy!).
Y ahora, que lluevan los tomatazos.

No hay comentarios: