jueves, 7 de junio de 2012

Castigados

Como recién se me quitó la flojera (más o menos) y al fin tengo un momento con la computadora, les pongo un pedacito de la "entrada que debió ser" el lunes. De todas formas, no esperen algo increíblemente ingenioso o extenso...sigo sin inspiración.
El domingo pasado, como les había comentado, me dio un sorpresivo ataque de limpieza, que comenzó con un "Debo barrer la casa", y pasó por limpiar el jardín, lavar las chompas de mis perritos, ordenar mi cuarto, limpiar mis cajones de un montón de cachivaches que tenía guardados, limpiar mi baño hasta dejar la tina chirriando de pulida, hasta llegar a un "Debo lavar todos mis peluches".
Lo interesante es que mis peluches no son 4 o 5, son como un montonazo, de distintos tamaños y distintos materiales, con instrucciones del tipo "No sumerja en agua". Tuvimos que "lavarlos" limpiando por encimita y cuidando que no se mojaran mucho.
El caso es que, llegado el momento de secar a los niños, tuvimos que recurrir a colgarlos del alambre como prendas de ropa. Dejé encargados de la tarea a mi hermanita y mi sufrido novio, mientras yo trataba de secar con secadora a mi Hedwig. El resultado fue este:

2 comentarios:

Luis Curiel Medina dijo...

¡Tuviste un ataque de limpieza al estilo Sophie, de El castillo ambulante!

Meli dijo...

Jajajaja!! Sí!! Boté todo lo que no servía!
Lástima que no estaba Howl... :P jajajaja