miércoles, 20 de junio de 2012

Pequeños placeres

La vida tiene pequeñas satisfacciones, como comer helado, o encontrar un antojo justo cuando lo deseas, o leer libros geniales, o resolver el misterio de la Atlántida perdida. En el último caso, la cosa se pone aún mejor cuando tu compañero de aventura resulta ser nada más y nada menos que el famosísimo Dr. Indiana Jones.
Está bien, recobremos algo de sentido. Para todos aquellos que, además de ser de mi edad (más de 20 y menos 30 años), hayan disfrutado en su infancia y adolescencia con las aventuras gráficas de LucasArts, tal vez conozcan "Indiana Jones and the Fate of Atlantis". El ingenioso arqueológo, después de un poco agradable encontronazo con un nazi, debe encontrar cierto libro perdido que habla de la Atlántida perdida, en compañía de su ex-ayudante y actual medium Sofía Hapgood.
Como es de esperarse, Indy se mete en todos los líos, se manda tremendos viajes de acá para allá y, usando su maravilloso ingenio, debe descifrar un montón de acertijos para llegar a su meta: la mítica Ciudad Perdida. El caso es que yo jugué esta aventura hace muchos, muchos años (al menos unos12 años o más). 
Por esas épocas, no era precisamente la más ingeniosa del universo, aunque ya habiendo resuelto "The Secret of Monkey Island", ya podía defenderme en eso de pensar retorcidamente. De todas formas, y considerando que no me dejaban usar mucho tiempo la computadora, me tomó algunos meses resolver el juego en sus tres variantes.
Hace poco, nos dio por instalar un emulador del SCUMM en la compu de mis hermanas, y son eso vinieron varias aventuras gráficas de mi remota infancia, entre ella "Atlantis". Lo que me mata es que cuando me puse a jugar "Monkey" y "El día del tentáculo" me hice un lío porque no me acordaba el camino, en cambio, con "Atlantis" avanzo sin siquiera dudar. Es genial.
En cuanto termine con uno de los caminos, volveré a comenzar para sacar el otro...y el que sigue y el que sigue.

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