lunes, 25 de junio de 2012

Usos inesperados

Pensé que un anillo de compromiso (me sigue pareciendo tan genial escribir eso...) tenía sólo dos usos:
1) Mostrarle la mundo que pronto serás una papa...mujer! casada.
2) Contemplarlo en soledad o acompañada de tus amigas (Marce querida, sabes de qué hablo).
Sorprendentemente, encontré que además tiene la cualidad única de convencer al Experto en el Arte del Dolor II alias Ortodoncista de que te quite los brackets. Sucedió algo así.
Meli: ¡Doc! ¡Mire mi anillo de compromiso!
Mente de Meli: ¡Sí! ¡Míre!
Doc: ¡Oh! ¡Felicidades! En vista de eso, ¡te quitaremos los brackets la siguiente semana!
Mente de Meli: ¿QUÉ? ¿Así de fácil!?
Meli: ¡Gracias!

Me mató...

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