martes, 7 de mayo de 2013

Las crónicas del excéntrico hombre metálico

El sábado por la noche, a modo de hacer hora para ir a recoger a mi hermanita de una fiesta, nos fuimos al cine a ver "Iron man 3", la última peli de esa saga (al menos, imagino que será la última...hasta que salga la siguiente de "Avengers"). Dicen las malas lenguas que Robert Downey Jr. ya no hará el papel de Tony Starks, el millonario creador de la armadura, y si me preguntan eso sería una completa lástima porque no creo que nadie más pueda encarnar al loco ese tan bien o con tanta soltura.
Todo comienza con un cuate terrorista llamado "El Mandarín", un chino con complejo de evangélico y terrorista mesiánico, en pocas, un loco. Por su parte, Tony Stark está medio traumado por lo que pasó en New york cuando los aliens invadieron la ciudad y él escapó por los pelos del agujero negro, tanto así que tiene ataques de pánico en que lo único que quiere hacer es meterse a su traje y salir volando.
Gracias al demasiado concienzudo guardaespaldas de Pepper Potts, Stark acaba amenazando al terrorista loco, y todo se desmadra.
Debo admitir que Iron Man no es santo de mi devoción desde que leí "Guerra Civil", por mucha razón que creyera tener, se le salieron las cosas de la manos, pero acá tenemos una presentación algo más "inocente". El Iron Man de la peli no es tan maquiavélico, pero sigue siendo un gran estratega y un cerebro analítico y astuto...y definitivamente raro. Incluso en la peor de las situaciones, tiene el ánimo de soltar un sarcasmo a cualquier ser humano con el que se encuentre.
Los que leyeron el comic no disfrutaron mucho de la peli, por los comentarios que leí. Al parecer la interpretación del Mandarín y su contexto no los convenció mucho, y aunque yo también la sentí algo flojita, todo el resto de la historia es bastante bueno. 
Creo que la clave para disfrutar las películas de superhéroes es no creer que son Las películas que cambiarán al mundo en algún sentido para siempre. No creo que esa sea su pretensión (al menos no lo parece) y buscarle más trasfondo y esperar joyas de la cinematografía...o completa fidelidad a los comics clásicos, es buscarle cinco pies al gato (además que hace mucho daño al hígado). Vale la pena ver Iron Man 3 si uno va con la idea de pasar un rato entretenido en el cine, y no pretende descubrir algo así como el sentido de la vida.

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