lunes, 20 de enero de 2014

Las clásicas brujas

Dejemos de lado la versión "brujeril" de Harry Potter que tanto me gusta, y vámonos por un momento a lo que se consideraba una bruja hecha y derecha en la Edad Media. Mujeres (casi siempre) que cometían las peores atrocidades en nombre del diablo: sacrificios humanos, comer niños, echar maleficios, invocar al diablo, y un larguísimo etcétera. Por supuesto, la Inquisición y demás instituciones eclasiásticas andaban tras ellas para asarlas en una hoguera (claro, según HP era muy raro que atraparan a una bruja adulta real, pero ese es otro asunto).
Casos de brujería se encuentran en todas partes, o casi, aunque hay algunos más famosos que otros. Por ejemplo, todo mundo ha escuchado de las Brujas de Salem, un caso famoso de histeria colectiva de todo un pueblo que se dedicó a torturar y asesinar a un montón de gente por culpa de unas chiquillas locas. Y ahora, viendo una peli española, me vengo a enterar de otro caso: Las Brujas de Zugarramurdi.
Lo clásico, un montón de gente quemada viva, algunos se los perdonó, pero el caso se hizo famoso en toda España (de hecho, se considera como el más famoso caso de brujería español) por la dureza de la sentencia final contra los acusados (aunque muchos dicen que, comparados con otros casos en otros lugares, hasta podría pasar por clemente).
¿De qué va la tal peli? "Las brujas de Zugarramurdi" trata de, obviamente, brujas que andan tramando cosas malvadas. Y los pobres incautos que caen en las garras de las brujas son unos ladrones improvisados que asaltan una casa de empeño de joyas, se llevan un montón de anillos de oro, casi todos alianzas matrimoniales, con el plan de cruzar la frontera española hacia Francia.

Empecemos por el hecho de que el acento español me confunde y hasta que me haga a la idea de lo que estoy escuchando resulta que me perdí la mitad de los diálogos. Saltando eso, la película es francamente rara, pero de esas tan raras que te dan ganas de llamar al guionista y al director y preguntarles qué siempre se fumaron. Las actuaciones son buenas, la historia es loquísima y genial, como una crónica de las malas relaciones, clichés ridículos incluidos, y para rematarla tiene unos efectos asombrosos, de esos que no sabes si aplaudirlos o salir corriendo del susto (y el asco). 
Me divertí como mono viendo esta peli, incluso los ratos más bizarros en que no se sabe si reír o asustarse un poco, como que hasta un rato de esos se me pegó el acento. 

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