Lo odio, en verdad lo odio. Ni siquiera por el "descanso" vale la pena (aunque de lo único que descansé fue del Club, y eso no cuenta como descanso). Me siento mal, apenas puedo hablar, no digamos cantar y menos tragar, me duele todo y los antigripales no me hacen nada.
Y no hay chances de que mejore pronto...
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